Durante las últimas semanas, Francia ha sido testigo de largas jornadas de protestas en contra de la Reforma Laboral impulsada por el Ejecutivo. Esta octava jornada ha sido marcada por los disturbios que ocasionaron los manifestantes en tiendas de París. Aunque hay detenidos de esta protesta, los opositores no piensan claudicar en su demanda. Mientras tanto, el Primer Ministro Manuel Valls defendió su proyecto de reformas como “un mal necesario”.
París, 26 may (dpa/EFE).- Miles de personas se manifestaron hoy en toda Francia y una huelga de trabajadores redujo la producción de energía en las centrales nucleares del país, mientras el Gobierno aseguró que mantendrá el curso de una controvertida reforma laboral que desató una ola de protestas durante las últimas semanas.
En una de las jornadas más violentas de las protestas, un puñado de manifestantes causó disturbios y destrozó ventanas de tiendas, mientras el Primer Ministro francés Manuel Valls defendió el proyecto de ley de reformas como “necesario” para el país.
Según los medios franceses, a las 19.00 hora local (17.00 GMT) habían sido arrestadas al menos 31 personas por participar en los incidentes.
Trabajadores de las 19 plantas nucleares del país se unieron a la protesta y 12 de ellas habían reducido su nivel de producción durante la noche, dijo la portavoz del sindicato Marie-Claire Cailletaud a la cadena televisiva BFM-TV, pese a que los apagones no fueron inmediatamente advertidos.
Cerca del diez por ciento de los empleados estaban de huelga en la compañía de electricidad EDF, dijo un portavoz, aunque aseguró que la provisión de energía a sus clientes estaba “asegurada”.
Valls afirmó hoy que podría haber cambios en el proyecto de ley de reforma laboral impulsado por el Gobierno pero rechazó la posibilidad de retirarlo completamente, en un día marcado por una huelga nacional que también afectó la provisión de combustible y generó bloqueos.
La reforma apunta a flexibilizar la ley del empleo, entre ellas las normas sobre despidos y los mecanismos de negociación colectiva.
“Estoy siempre abierto si hay que mejorar algún aspecto (del proyecto de ley), pero los puntos principales, en particular el artículo 2 no se tocará”, dijo Valls en declaraciones a BFM-TV. “No podemos ceder al deseo de hacer que el Gobierno se doblegue mediante el bloqueo de la economía”, agregó.
El artículo 2 de la legislación cambia el código laboral para dar más importancia a las negociaciones sobre el horario de trabajo a nivel de empresas, antes que a nivel sectorial en el marco de convenios colectivos.
El presidente François Hollande, que participó en Japón de la cumbre del G7, dio su apoyo a la posición de Valls, según medios franceses.
Miembros de la central sindical CGT, una de las convocantes a la huelga de hoy, pidieron un retiro total del proyecto. El secretario general de la central, Philippe Martínez, instó a Hollande a estar la altura de las promesas que hizo mientras era candidato a la presidencia.
El conflicto entre los sindicatos y el Gobierno representa uno de los desafíos más grandes para la gestión de Holllande, que ve enfrentarse a los trabajadores contra su Partido Socialista a sólo un año de las próximas elecciones presidenciales.
El Gobierno está tratando de tranquilizar a una sociedad nerviosa, que hoy se vio forzada a cargar sus tanques de combustible más de lo normal por temor al desabastecimiento. Un 20 por ciento de las estaciones sufrieron escasez como resultado del paro de trabajadores de refinerías.
También se plegaron a la huelga los trabajadores de trenes regionales y de larga distancia. Un 15 por ciento de los vuelos del aeropuerto de Orly fueron cancelados debido a la huelga convocada por los controladores aéreos.
La empresa ferroviaria SNCF había dicho a comienzos de la semana que las tasas de participación en huelgas estaban en constante descenso desde el 35.5 por ciento registrado el 9 de marzo pasado. El miércoles la participación fue del 10.6 por ciento, dijo SNCF.