Ciudad de México, 26 de marzo (SinEmbargo).– El Pacto por México vive sus últimos momentos y su vigencia no pasará del actual periodo de sesiones, previó la presidenta del Partido Acción Nacional (PAN), Cecilia Romero Castillo.
“Podríamos decir ahorita que este Pacto por México está en una posición, en una situación de aletargamiento, no ha muerto, pero tampoco tiene la vida ni la energía que tuvo en un principio. Esto es un mecanismo que seguramente o muy probablemente vaya a ser dado, ahorita sí que por muerto, por concluido en su etapa útil, de vida útil para México al término de este periodo de sesiones o en algún momento más o menos reciente”, dijo ayer durante el Taller de Cooperación para la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) y el PAN, realizado en la sede nacional de ese partido.
El Pacto por México fue firmado el 2 de diciembre de 2012, un día después de la toma de protesta de parte del Presidente Enrique Peña Nieto, por el gobierno federal y los cuatro principales partidos, Acción Nacional, el Revolucionario Institucional (PRI) y el de la Revolución Democrática (PRD).
Se trata de un documento con 96 compromisos, casi todas traducidas en la aprobación de las reformas estructurales, como la laboral, la educativa, la energética, la política y la de telecomunicaciones.
La Presidentaa de Acción Nacional dijo que ahora está la etapa de discusión de las leyes secundarias.
“Hoy mismo nos encontramos en la discusión de las leyes secundarias de la Reforma de Telecomunicaciones, y aquí el PAN y el PRD nos hemos manifestado en contra de la iniciativa que mandó el Ejecutivo porque no está respetándose el espíritu y la letra de la Reforma Constitucional aprobada en diciembre”, expuso Romero Castillo.
De acuerdo con la dirigente, el tema se discute en una mesa de trabajo, lo que forma parte de la metodología acordada por el Pacto. En la mesa discuten los detalles técnicos e importantes que causaron la oposición panista y también la perredista, dada a conocer el 24 de marzo de manera conjunta tanto por Romero como por el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano Girjalva.
“Lo que no podemos aceptar como firmantes del Pacto y como actores importantes que trabajamos en la Reforma Constitucional, que esta reforma sea nugatoria a la hora de las reformas secundarias. Pero estamos trabajando y estamos dialogando”, les dijo a los presentes.
“El fundamento del Pacto es la definición conjunta de todos los actores de sacar adelante las reformas que son necesarias para el país, independientemente de los partidos políticos y diría yo por encima de ellos”, explicó.
MEZQUINDAD CONTRA EL PAN
En el taller había representantes de la ODCA y del Partido Unidad Cristiana de Costa Rica (PUCS), a quienes Romero explicó que durante las dos administraciones panistas, la de Vicente Fox Quesada y la de Felipe Calderón Hinojosa, no salieron adelante las reformas estructurales a pesar de intentarlo.
“En esas administraciones hicimos un esfuerzo desde el gobierno enviando al Legislativo y buscando la forma de que se hicieran reformas sustantivas, importantes a la legislación de nuestro país, que nos permitieran avanzar y dejar esos rezagos graves y grandes existentes en México por lo menos desde principios del siglo XX, en algunos casos, y cuestiones que no permitían a nuestro país avanzar en lo estructural”.
Dijo que no lo lograron porque no tuvieron la mayoría en el Congreso de la Unión en las cuatro legislaturas que fueron gobierno federal, y también porque se toparon con la falta de acuerdos, consensos y una negociación civilizada.
“Podemos decir y lo hemos afirmado en todas partes, que hubo mezquindad por parte de la oposición, que no hubo un deseo de colaborar para el bien del país, no para el bien del partido que estaba en el gobierno ni mucho menos, no se logró entonces tener estas iniciativas, estas reformas estructurales aprobadas en el Congreso”.
Dice que en vísperas de la toma de poder del actual Presidente, Enrique Peña Nieto, se acercaron los partidos y representantes del próximo gobierno.
“La situación en el país sí se encontraba ya muy deteriorada en cuanto a que estas reformas que eran tan necesarias y no se habían hecho sí estaban provocando ya una situación muy complicada en México, entonces se armó a partir de mesas de trabajo, de reuniones, de pláticas, de iniciativas desde la oposición asumidas por el gobierno, se determinó hacer una firma de un Pacto que buscara en primer lugar el desarrollo de México, no de ningún partido político ni de ninguna bandería”.
A partir de la firma del Pacto y la redacción del contenido, el PAN se asumió como una fuerza democratizadora, afirmó.
“Nosotros no respondimos con la mezquindad con la que en su momento la oposición respondió a las llamadas del gobierno emanado de Acción Nacional. Asumimos como propios, porque son del interés de la sociedad mexicana, los retos que implicó el Pacto por México, y este Pacto se firmó el 2 de diciembre de 2012 con la presencia del Presidente Peña Nieto y los presidentes de los principales partidos políticos de México”, recordó.
Destacó que entre los logros están las mesas plurales de legisladores para procesar y aprobar reformas estructurales que no se hubieran pensado en el país como la Reforma Laboral, la Reforma Educativa, la Reforma Energética, la Reforma Político-Electoral, dijo.
“Estas reformas se presentaron y se aprobaron y en diciembre se terminó el periodo, el periodo, el plazo que teníamos para aprobar las reformas a nivel constitucional. Estas reformas se aprobaron con el consenso de todas las fuerzas políticas, fue muy marginal, vamos a decirlo, la oposición que se tuvo en la presentación de esas reformas”.
Aclaró que la reforma fiscal propuesta por el gobierno federal y a la que se opuso el PAN, no formaba parte del Pacto, pero ahí el PRI obtuvo el apoyo del PRD.
En cuanto a la reforma fiscal, dijo que acompañaron al PRI en su aprobación porque respondía más a los intereses plasmados en las plataformas políticas del PAN y a las propuestas que habían presentado en años anteriores.
“Sabemos que van a ser de gran beneficio para nuestro país en algunos años”.
Fuera de esas diferencias entre los partidos suscritos al Pacto, en lo demás hubo consenso “prácticamente unánime” en un alto porcentaje de las discusiones, hasta que en el caso de la reforma política los perredistas consideraron que el Pacto ya no era un mecanismo adecuado.
“Nosotros mismos sabemos que esto no puede ser un Pacto para siempre”, destacó.