Author image

Alejandro Páez Varela

26/03/2012 - 12:03 am

Qué predecible es ser mexicano

Enciendo la televisión y veo: “El gobierno del Presidente de la República…”, etcétera. Lo mismo en la radio como en Internet. Spot, tras spot, tras spot en los que se habla de obras grandilocuentes, de logros históricos, incuso de un México que desconozco: Lleno de parques y jardines “rescatados de la delincuencia” en donde los […]

Enciendo la televisión y veo: “El gobierno del Presidente de la República…”, etcétera. Lo mismo en la radio como en Internet. Spot, tras spot, tras spot en los que se habla de obras grandilocuentes, de logros históricos, incuso de un México que desconozco: Lleno de parques y jardines “rescatados de la delincuencia” en donde los jóvenes supuestamente se divierten y conviven en sociedad.

Pareciera que la veda electoral sólo ha servido para que “el gobierno del Presidente de la República”, que viene del Partido Acción Nacional, apuntale a una sola candidata: la panista Josefina Vázquez Mota.

Y a finales del año, o después de la elección –ya lo verán–, nos daremos cuenta de que “el gobierno del Presidente de la República” se pasó de listo y, aprovechándose de las endebles y partidizadas autoridades electorales federales, intervino en el proceso. Entonces el Tribunal Federal Electoral empezará a analizar el caso y por allá por el próximo año veremos una resolución.

Así lo vimos en las elecciones presidenciales pasadas. No invento nada. Vicente Fox Quesada simplemente ignoró todas las advertencias que se le hicieron y puso en riesgo la incipiente democracia mexicana con tal de apuntalar al candidato de su partido: Felipe Calderón Hinojosa. Pasados los meses, cuando servía para un carajo, el Tribunal Federal Electoral falló que, en efecto, Fox intervino. Y no pasó nada.

Hemos visto, también, como “el [actual] gobierno del Presidente de la República” ha politizado la aplicación de la justicia: desde el “Michoacanazo” hasta la fecha, gran parte de las acciones han estado acompañadas de un cálculo político inocultable.

Hay quejas de los mismos panistas de uso de programas sociales federales para beneficiar candidatos; hay evidencias de acarreo de votantes y voto corporativo.

“El gobierno del Presidente de la República” se acercó a los sindicatos que ahora lo vitorean, como pasó el 18 de marzo pasado en el vergonzosísimo acto con los corruptos líderes petroleros. Escondió gastos –como los del Bicentenario– y dio golpes inauditos a las instituciones de transparencia. Dejó sin aclarar escandalosos fraudes, como el de la Estela de Luz. “El gobierno del Presidente de la República” recurrió a Elba Esther Gordillo en elecciones tan recientes como la de Luisa María “Cocoa” Calderón, hermana del jefe del Ejecutivo, a la que –dicen las quejas– se ayudó con programas federales para que intentara ganar Michoacán.

Y ahora –regreso a mi punto– enciendo la televisión, la computadora o la radio y veo y escucho a todas horas, por todos los medios: “El gobierno del Presidente de la República…”, etcétera, etcétera, etcétera. A tres meses de las elecciones, no puedo sino pensar mal.

Lo que más lamento de que el PAN se haya convertido en el nuevo PRI (uso de dinero público con motivos políticos, acarreo, corrupción, fraudes electorales incluso entre ellos mismos, corporativismo, sindicalismo, etc.) es que yo estoy doce años más viejo y cansado.

El PAN de Felipe Calderón, traicionando sus principios, se convirtió en todo lo que rechazamos del PRI durante años y fue más lejos: sus errores, su guerra, su falta de cultura democrática, han revivido al PRI de la tumba de la historia. Y está a punto de regresar a Los Pinos.

Me da pena porque todo por lo que luchamos durante años se ha ido a la basura. Me da pena incluso por las siguientes generaciones, que deberán emprender una lucha casi desde cero contra un monstruo, ahora de dos cabezas, que es voraz, mentiroso, corrupto y egoísta.

Y como sucedía en el pasado, en tiempos del PRI, el Presidente de la República terminará su mandato y dejará el país hecho pedazos, adolorido, cansado, dividido, y se irá al extranjero –dejando atrás a millones de mexicanos desmoralizados– a disfrutar de la riqueza amasada durante seis años en el poder.

Qué predecible es ser mexicano, en serio.

Alejandro Páez Varela
Periodista, escritor. Es autor de las novelas Corazón de Kaláshnikov (Alfaguara 2014, Planeta 2008), Música para Perros (Alfaguara 2013), El Reino de las Moscas (Alfaguara 2012) y Oriundo Laredo (Alfaguara 2017). También de los libros de relatos No Incluye Baterías (Cal y Arena 2009) y Paracaídas que no abre (2007). Escribió Presidente en Espera (Planeta 2011) y es coautor de otros libros de periodismo como La Guerra por Juárez (Planeta, 2008), Los Suspirantes 2006 (Planeta 2005) Los Suspirantes 2012 (Planeta 2011), Los Amos de México (2007), Los Intocables (2008) y Los Suspirantes 2018 (Planeta 2017). Fue subdirector editorial de El Universal, subdirector de la revista Día Siete y editor en Reforma y El Economista. Actualmente es director general de SinEmbargo.mx

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas