A 97 días de la elección más grande de la historia de México, SinEmbargo presenta un recuento de las principales candidaturas presidenciales, como la de Rosario Ibarra de Piedra, la primera mujer que compitió por la Presidencia, y la de José López Portillo, quien fue candidato único.
Ciudad de México 26 de febrero (SinEmbargo).– La historia reciente de la democracia en México puede contarse a través de sus candidatas y candidatos presidenciales, algunos gozaron de ser los únicos en la contienda como José López Portillo, otros que persistieron y lograron postularse tres veces, como Andrés Manuel López Obrador, quien por lo mismo se ha calificado así mismo como un “terco”. Unos más fueron relevos inesperados, como Ernesto Zedillo Ponce de León ante el magnicidio de Luis Donaldo Colosio, y otras se convirtieron en pioneras y compitieron a contracorriente del régimen político, como Rosario Ibarra de Piedra.
“A partir de 1929 México va a contar con las posibilidades institucionales para poder establecer un sistema electoral estable y tenemos muchas candidaturas desde entonces, unas afortunadas y otras no tanto”, dijo en entrevista el doctor Francisco Javier Jiménez, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Una de las peores candidaturas, agregó, fue la de López Portillo, “un hombre que contiende solo, que no lo hace en una democracia, sino en un régimen autoritario, y esa candidatura lo evidenció. Quizá sea una de las candidaturas más adversas dado que no hubo una competencia real y tenía asegurado el triunfo”.
Para el politólogo de la UNAM, entre las mejores candidaturas que ha habido en los últimos años están las de Vicente Fox en 2000, quien prometió una alternancia al régimen del PRI que en los hechos nunca ocurrió, y la de López Obrador en 2018, pues ambos lograron conformar una gran cantidad de apoyo de los votantes.
A esta lista de candidatas y candidatos, donde algunos sí se convirtieron en presidentes, se suman más personajes que obtuvieron una candidatura en medio de polémicas que las volvieron únicas y también se añade una precandidatura, la de María de Jesús Patricio, conocida como Marichuy, quien abanderó la lucha de los más olvidados en México: los indígenas.
A 97 días de la elección más grande de la historia de México, donde se elegirán 20 mil 375 cargos de elección popular, entre ellos Presidente, diputados, senadores, ocho gubernaturas y la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, SinEmbargo presenta a continuación un recuento de estas candidaturas.
JOSÉ LÓPEZ PORTILLO (1976)
Las elecciones democráticas como las conocemos actualmente, con un marco legal definido y garantizando condiciones de competencia medianamente equitativas para todos los partidos políticos y candidatos, no siempre fueron así en México. Hasta hace poco más de 30 años la voluntad de los electores no era respetada, las reglas del juego no estaban claramente establecidas y ningún partido distinto al del régimen (PRI) tenía la posibilidad de obtener triunfos suficientes para ser un contrapeso real.
Desde la creación de la Comisión Federal de Vigilancia Electoral en 1946 y hasta antes del surgimiento del Instituto Federal Electoral (IFE), en 1990, el PRI gozó de un monopolio del aparato electoral a través de la Secretaría de Gobernación y uno de los ejemplos se observa en la elección de 1976, donde sólo hubo un candidato: José López Portillo y Pacheco.
La elección de ese domingo 4 de julio fue singular porque los casi 26 millones de mexicanos que acudieron a las urnas a votar encontraron en la boleta para elegir al Presidente el nombre del candidato postulado por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Popular Socialista (PPS) y Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM).
De acuerdo con las crónicas de esa época, en 1976 el Partido Acción Nacional (PAN), que atravesaba por una crisis interna, decidió no presentar candidato, mientras que la izquierda apostó por el Partido Comunista de México, el cual nombró a Valentín Campa como su candidato presidencial, y el Partido Femenino postuló a Mariana González del Boy. Ninguno de estos dos últimos partidos contaba con su registro oficial.
Fue así como López Portillo, a la edad de 56 años, obtuvo el 91.90 por ciento de los votos y el resto fueron sufragios para los candidatos que no contaban con el registro oficial.
En una entrevista para el programa de televisión “Los Sexenios”, de Enrique Krauze, el expresidente recordó su candidatura presidencial: “Tuve satisfacción y desazón de ser candidato único. De tal manera que con que hubiera votado mi mamá por su hijito Pepito hubiera yo salido”.
ROSARIO IBARRA DE PIEDRA (1982 Y 1988)
María del Rosario Ibarra de la Garza, conocida como Rosario Ibarra de Piedra, nació en Saltillo, Coahuila, en 1927 y fue la primera mujer candidata a la Presidencia de México en 1982 y 1988 por el ahora extinto Partido Revolucionario de los Trabajadores.
Su incursión en la política no puede entenderse sin su activismo social como defensora de los derechos humanos, una lucha que abrazó el 19 de abril de 1975 cuando agentes policiacos detuvieron ilegalmente en Monterrey, Nuevo León, a su hijo Jesús Piedra Ibarra, un joven de tan solo 19 años de edad, quien fue acusado de ser miembro activo de la Liga Comunista 23 de Septiembre.
Luego de ser detenido por agentes de la policía, lo entregaron a instancias castrenses y lo desaparecieron. A partir de ese momento Rosario Ibarra comenzó la incansable búsqueda de su hijo Jesús y convirtió su lucha en un movimiento colectivo llamado Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos, que sería conocido como el Comité ¡Eureka!
En esta lucha, Rosario Ibarra de Piedra y el Comité realizaron diversas huelgas de hambre en las que pedía amnistía para los presos políticos y la presentación con vida de los desaparecidos, exigencias que tuvieron eco en 1978 cuando el entonces Presidente José López Portillo promulgó la Ley de Amnistía, la cual puso en libertad a mil 500 presos políticos, permitiendo el regreso de 57 exiliados al país y el desistimiento de más de 2 mil órdenes de aprehensión.
En su paso por la política, Rosario Ibarra fue Diputada, Senadora y asesora política. En 1982 se convirtió en la primera mujer candidata a la Presidencia por el Partido Revolucionario de los Trabajadores y en 1988 volvió a competir. En ese año se unió a los reclamos de fraude electoral ante el triunfo del candidato priista Carlos Salinas de Gortari.
La lección del 6 de julio de 1988 fue una de las más cuestionadas en la historia de México, pues el resultado se dio a conocer una semana después, debido a una presunta caída en el sistema, según lo informó en su momento la Comisión Federal Electoral (CFE) y su presidente, el entonces Secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz, hoy titular de la Comisión Federal de Electricidad.
La misma noche de la jornada electoral los partidos de oposición y sus candidatos acudieron a las oficinas de la Secretaría de Gobernación para denunciar que no tuvieron acceso a los centros de cómputo, posteriormente se unieron para denunciar un fraude electoral y realizaron varias protestas, lo que ejerció presión y el 13 de julio, al concluir el cómputo de los 300 comités distritales a nivel nacional, la CFE informó que la mayoría de los votos emitidos correspondían a Carlos Salinas de Gortari (PRI), quien obtuvo el 50.36 por ciento de los sufragios, frente a un 31.12 por ciento de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (Frente Democrático Nacional); el 17.07 por ciento fue para Manuel J. Clouthier, Maquío (PAN); el 1.04 por ciento para Gumersindo Magaña Negrete (PDM); y el 0.42 por ciento para Rosario Ibarra de Piedra (PRT).
Rosario Ibarra de Piedra criticó duramente los gobiernos de Ernesto Zedillo (1994-2000), Vicente Fox (2000-2006), Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018) por no hacer justicia en los crímenes del pasado y en las demandas actuales de desaparecidos. En una entrevista que dio a la agencia de noticias CIMAC en 2003, la luchadora social opinó acerca de la llegada a la Presidencia de un partido diferente al PRI: “La situación de los derechos humanos en México no dista mucho de la que existía en los anteriores gobiernos priistas”, afirmó al calificar a Fox como “un hombre de muchas palabras y pocos resultados”.
De acuerdo con una biografía alojada en el sitio de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), organismo que actualmente preside su hija María del Rosario Piedra Ibarra, otros grandes logros de Rosario Ibarra fue la vinculación de Eureka a organizaciones internacionales en París, Nueva York, Ginebra y La Haya. Debido a esta gran labor fue candidata al Premio Nobel de la Paz en los años 1986, 1987, 1989 y 2006, además de recibir en 2019 la medalla al mérito cívico “Eduardo Neri, legisladores de 1913”.
Ese mismo 2019, a 44 años de la desaparición de su hijo y cuando Rosario Ibarra tenía 92 años, el Pleno del Senado de la República le otorgó la Medalla de Honor Belisario Domínguez como “un justo reconocimiento por su ardua labor como activista y defensora de los derechos humanos por más de cuatro décadas en favor de presos, desaparecidos y exiliados políticos”.
La ceremonia de entrega se llevó a cabo el 23 de octubre, donde su hija Claudia recibió a nombre de su madre la presea, la cual dejó en manos del Presidente Andrés Manuel López Obrador con la frase: “dejo en tus manos la custodia de tan preciado reconocimiento y te pido que me la devuelvas junto con la verdad”.
Rosario Ibarra de Piedra falleció tres años después, el 16 de abril de 2022 en un hospital de Monterrey, Nuevo León.
ERNESTO ZEDILLO (1994)
Una de las candidaturas más polémicas en la historia de México ha sido la de Ernesto Zedillo Ponce de León, un candidato que se convirtió en la única opción de Carlos Salinas de Gortari tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio, el 23 de marzo de 1994.
De acuerdo con un repositorio de Luis Medina Peña, profesor-investigador de la División de Historia del CIDE, Zedillo resultó ser candidato por exclusión, pues por el tiempo, Salinas no podía llevar a cabo una reforma al artículo 83 constitucional para permitir la candidatura del Secretario de Hacienda en esa época, Pedro Aspe, y en cuanto a Francisco Rojas, recomendado por el expresidente De la Madrid como sustituto de Colosio, arrastraba un pasado turbio en Pemex. Otra opción era Pedro Joaquín Coldwell, un priista contemporáneo de Salinas, pero que estaba lejos de la tecnocracia financiera.
La carrera de política de Zedillo (diciembre de 1951), el segundo de seis hermanos, comenzó cuando ingresó al PRI en 1971, año y medio antes de obtener la licenciatura en Economía por el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Con tan solo 19 años comenzó a trabajar en la Dirección de Política Económica adjunta a la Presidencia de la República y posteriormente desempeñó diversos puestos de responsabilidad en el aparato económico y financiero de la Administración federal que lo hizo construir su buena reputación como economista y su perfil de tecnócrata.
En las administraciones de José López Portillo (1976-1982) y Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), Zedillo se desempeñó como analista y subgerente de investigación económica del Banco de México (Banxico), fue responsable de la puesta en marcha del Fondo de Intercambio, Cobertura de Riesgos y Confianza (FICORCA) y en 1987 fue subsecretario de Planeación y Control Presupuestal en la Secretaría de Programación y Presupuesto del Gobierno federal.
En el sexenio de Carlos Salinas se desempeñó como Secretario de Educación Pública y en noviembre de 1993 el designado candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, lo nombró coordinador general de su precampaña electoral.
Colosio fue asesinado el 23 de marzo de 1994 durante un mitin en Tijuana, Baja California, y seis días después el PRI nombró a Ernesto Zedillo como su candidato.
En la elección del 21 de agosto de 1994 Zedillo compitió contra Diego Fernández de Cevallos (PAN) y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (PRD), obteniendo la victoria con el 50.2 por ciento de los votos, el más bajo porcentaje registrado por un candidato priista en esa época.
VICENTE FOX (2000)
El 2000 significó para todo el mundo el inicio de un cambio por la entrada de un nuevo milenio, un hecho que fue aprovechado por la política mexicana en la elección presidencial, especialmente por Vicente Fox Quesada, candidato de la “Alianza por el Cambio”, conformada por los partidos Acción Nacional y Verde Ecologista de México (PVEM).
Con el lema “México Ya, el cambio que a ti te conviene”, Fox impulsó una campaña exitosa, capitalizando el hartazgo de la sociedad mexicana que llevaba 71 años bajo el régimen priista.
Diversos analistas políticos coinciden en que la campaña del también exgobernador de Guanajuato fue de las más grandes a nivel de mercadotecnia política, con spots entretenidos y símbolos llamativos como el saludo de “amor y paz”. Todo bajo el respaldo de “Amigos de Fox”, una organización ajena al PAN que promovió al llamado “candidato del cambio”.
Una investigación de Roberto Tejeda Ávila, publicada en el año 2005 en la hemeroteca virtual SciELO, detalla que “Amigos de Fox fue más allá de la cuestión del financiamiento, conformó una red de ciudadanos con el propósito explícito de llevar a la Presidencia de la República a un candidato surgido de las filas de la oposición y sacar al PRI de Los Pinos. Los artífices del concepto Amigos de Fox fueron un grupo de empresarios que se conocieron cuando trabajaban en Coca-Cola”.
Años más tarde, en el 2003, el PAN recibió una multa de 360.9 millones de pesos por parte del Instituto Federal Electoral, hoy INE, debido al financiamiento ilegal a la campaña de su candidato por parte de la organización “Amigos de Fox”.
Con toda la mercadotecnia a cuestas y el hartazgo de la sociedad mexicana, el 2 de julio del año 2000 Vicente Fox Quesada ganó la elección presidencial con el 42 por ciento de los votos, venciendo a Francisco Labastida (PRI), Cuauhtémoc Cárdenas (Alianza por México), Gilberto Rincón Gallardo (Partido Democracia Social), Manuel Camacho Solís (Partido de Centro Democrático) y Porfirio Muñoz Ledo (Partido Auténtico de la Revolución Mexicana).
Su triunfo es considerado histórico para la democracia en México, pues puso fin a 71 años de un mismo partido en el poder.
No obstante, refieren analistas, la llegada de Vicente Fox a la Presidencia sólo significó el cambio de color de un partido, pues continuaron las mismas prácticas y las promesas del candidato panista, como el acabar con el conflicto del Ejército Zapatista en solo 15 minutos una vez tomando el poder y combatir la corrupción, quedaron en el olvido.
Además, como Presidente cometió las mismas prácticas que sus predecesores al interferir en las elecciones de 2006, enfrascándose en un conflicto político que derivó en el intento de desafuero del entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador.
FELIPE CALDERÓN (2006)
Otra de las candidaturas polémicas es sin duda la de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, un panista de cepa que le arrebató el lugar dentro del PAN a Santiago Creel, quien era el favorito de Vicente Fox.
La elección de 2006 en México para suceder a Vicente Fox estuvo plagada de denuncias en contra del PAN y su candidato, unas de ellas fueron la intervención del Gobierno federal con recursos públicos a favor de Felipe Calderón y organismos empresariales, como el CCE, con propaganda en contra de Andrés Manuel López Obrador, abanderado de la coalición “Por el Bien de Todos” (PRD-PT-Convergencia).
Las elecciones presidenciales del 2 de julio de 2006 fueron las más competidas en la historia de México y las más señaladas de irregularidades: Felipe Calderón, postulado por el Partido Acción Nacional, ganó con una mínima diferencia de 0.56 por ciento sobre su más cercano oponente Andrés Manuel López Obrador.
Los otros candidatos que compitieron en la elección fueron Roberto Madrazo Pintado, de la Alianza por México (PRI y PVEM), Patricia Mercado Castro (Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina) y Roberto Campa Cifrián (Partido Nueva Alianza).
Las denuncias antes, durante y después de la elección se extendieron y culminaron en un plantón en Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México. El bloqueo inició el 30 de julio de 2006 con la exigencia del conteo “voto por voto, casillas por casilla”, una petición que fue rechazada por el Tribunal Electoral, que dio por ganador a Felipe Calderón.
El plantón se levantó hasta el 15 de septiembre sumando 47 días de duración.
Luego de una candidatura y elección polémica, Felipe Calderón asumió la Presidencia el 1 de diciembre de 2006 con la mitad de la población inconforme con su mandato, lo que lo llevó a instrumentar una estrategia para legitimar su mandato y erradicar uno de los grandes problemas del país: la inseguridad causada por el narcotráfico.
La llamada guerra contra el narcotráfico de Calderón, que se anunció el 11 de diciembre de 2006 en Michoacán, consistió en sacar al Ejército a las calles para combatir a los cárteles de la droga. Esta medida desató ejecuciones extrajudiciales y enfrentamientos que dejaron 121 mil muertos entre diciembre de 2006 y enero de 2012; además de que se incrementó el número de desaparecidos.
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR (2006-2012-2018)
Andrés Manuel López Obrador fue tres veces candidato a la Presidencia en las elecciones de 2006, 2012 y 2018. En su tercera postulación ganó con el 53.19 por ciento de los votos y se convirtió en el candidato más votado en la historia reciente de las elecciones en México. Enrique Peña Nieto ganó en 2012 con el 38.20 por ciento de los sufragios, Felipe Calderón con 36.89 por ciento en 2006 y Vicente Fox con el 42.52 por ciento en el 2000.
Las elecciones de 2018, en donde Andrés Manuel López Obrador resultó candidato ganador, han sido calificadas como históricas por la alta concurrencia de votantes: 30 millones de los 89 millones de mexicanos convocados a las urnas le dieron su voto al tabasqueño.
Nacido el 13 de noviembre de 1953 en Macuspana, Tabasco, López Obrador cobró fuerza en la política tras la elección de 1994 en su estado, donde compitió por la gubernatura frente a Roberto Madrazo (PRI), quien ganó con el 50.10 por ciento de los votos. Reclamando un fraude electoral por el uso de recursos millonarios que superaban los topes de gastos de campaña del priista, AMLO, como se le conoce, encabezó protestas y una marcha a la Ciudad de México.
Años más tarde López Obrador se convirtió en Jefe de Gobierno de la Ciudad de México (2000-2006) y en su último tramo de gobierno compitió por primera vez por la Presidencia en una elección plagada de irregularidades, donde Felipe Calderón resultó vencedor por un margen mínimo, como se mencionó anteriormente.
En la elección de 2012 volvió a competir por la Presidencia, ahora frente a Enrique Peña Nieto, un candidato que construyó su candidatura desde la gubernatura del Estado de México y con el apoyo de la televisora más grande del país, según refieren especialistas en política.
En los meses y semanas previos al 2 de julio de 2012, el equipo de López Obrador denunció diversas irregularidades: “gastos multimillonarios por fuera de la ley electoral, rebasando los topes de campaña y con dinero de procedencia ilícita, la compra de tiempo en televisión (entrevistas y comentarios pagados), encuestas hechas como propaganda y difundidas por televisión, radio y periódicos de todo el país, influyendo ilegalmente en la percepción de los ciudadanos e induciendo sin pudor el voto a favor de Enrique Peña Nieto y rematando con ilegales promocionales de televisión en el canal 5 de Televisa, sin firma, en contra de Andrés Manuel López Obrador y sin olvidar el despliegue multimillonario de espectaculares al arranque de las campañas”, refiere un artículo publicado el 10 de julio de ese año en el diario La Jornada, escrito por Claudia Sheinbaum Pardo, actual candidata presidencial por la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, y Carlos Ímaz.
En la elección presidencial de 2012, Peña Nieto, candidato de la coalición “Compromiso por México (PRI-Verde), obtuvo el 39.17 por ciento de los votos; López Obrador, de la coalición “Movimiento Progresista” (PRD-PT-Movimiento Ciudadano), quedó en segundo lugar con el 32.41 por ciento; Josefina Vázquez Mota (PAN) obtuvo el 26.03 por ciento y Gabriel Quadri (Nueva Alianza) el 2.34 por ciento.
Dicen que la tercera es la vencida y así fue para López Obrador. En la elección de 2018, donde compitió abanderando a la coalición “Juntos Haremos Historia” (Morena-PT-Encuentro Social), ganó con el 53.19 por ciento de los votos. En segundo lugar quedó Ricardo Anaya, de la coalición “Por México al Frente” (PAN-PRD-Movimiento Ciudadano), con el 22.28 por ciento; le siguieron José Antonio Meade Kuribreña, de “Todos por México” (PRI-PVEM-Nueva Alianza), con el 16.41, Jaime Rodríguez Calderón y Margarita Zavala, ambos candidatos independientes, con el 5.23 y 0.06 por ciento, respectivamente.
Fue así como López Obrador se convirtió en el Presidente número 65 de los mexicanos y su sexenio, a punto de terminar, será el más corto desde el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río, en 1936, luego de una reforma política de 2014 que modificó las fechas de entrega-recepción de poderes. El tabasqueño entregará la banda presidencial el lunes 30 de septiembre de 2024 y no el 1 de diciembre como era costumbre.
MARÍA DE JESÚS PATRICIO (2018)
Si bien María de Jesús Patricio, conocida como Marichuy, no logró ser candidata presidencial, su precandidatura quedó en la historia porque fue la primera aspirante indígena que buscó, de manera honesta, obtener las firmas necesarias para su registro.
Respaldada por el Congreso Nacional Indígena (CNI), una organización vinculada al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), Marichuy inició en octubre de 2017 su campaña para convertirse en candidata independiente a la Presidencia en la elección de 2018, donde por primera vez México tuvo candidatos presidenciales independientes. No obstante, este proceso estuvo lleno de irregularidades.
Uno de los requisitos que exigía el Instituto Nacional Electoral (INE) para registrar una candidatura independiente fue reunir 866 mil 593 firmas (el 1 por ciento del número promedio de votantes registrados en cada estado), algo que resultó problemático para el CNI porque discriminaba fuertemente a las comunidades indígenas, que constituían el núcleo de su base de apoyo.
Otro obstáculo con el que se topó Marichuy fue la exigencia por parte del INE de una aplicación que se descargaba en celulares de gama media, pero muchos que viven en comunidades indígenas no poseen teléfonos móviles y mucho menos dispositivos que se conectan a Internet. Los usuarios de internet en México representaban solo el 60 por ciento de la población en 2018, según datos del Banco Mundial.
Ante estas dificultades, Marichuy no reunió el número necesario de firmas para postular su candidatura presidencial, pero el 94 por ciento de los apoyos que presentó (281 mil 955) fue validado frente a otros candidatos independientes que hasta multas recibieron por irregularidades.
“El proceso electoral es un gran cochinero en el cual contiende quien pudo falsificar miles de firmas”, declaró en esa ocasión al hacer referencia a los candidatos presidenciales independientes Margarita Zavala y Jaime Rodríguez, quienes concurrieron a los comicios pese a las irregularidades que la autoridad electoral detectó en sus firmas.
En marzo de 2019, casi un año después de la elección presidencial, Marichuy concedió a SinEmbargo una entrevista en donde recordó el día en que no logró alcanzar las firmas. Su objetivo de competir en la contienda era abanderar la lucha de los más de 11 millones de indígenas (9.4 por ciento de la población total del país, según el Inegi).
“Es necesario que nos unamos, que los pueblos indígenas de México estemos juntos, pensando de qué manera hacernos fuertes para que ya no nos sigan imponiendo los megaproyectos de arriba, que no nos sigan matando, acabando con todo lo que da vida a nuestras comunidades”, dijo en esa ocasión.