Hoy en día le decimos cínicos a quienes nos parecen unos sinvergüenzas. Los políticos, por ejemplo. En otros tiempos ser un cínico era sinónimo de ser un filósofo de una escuela filosófica muy particular. En la antigua Grecia, estos eran quizá los más frugales, excéntricos, irreverentes y congruentes entre todos los hombres. El más famoso de estos filósofos fue Diógenes, “El Perro”. De la palabra griega kyon (perro) se ha asumido que pudiera haber derivado el término “cínico”. Hay muchas anécdotas cómicas y curiosas sobre ellos. Eran prácticamente antisociales y despreciaban el poder. Diógenes solía vivir en Corinto, dormir y pasar el día en una tinaja de aceite tomando el sol. Cuenta la historia que un día siendo invadida la ciudad y apresurándose todos los ciudadanos a reforzar las puertas, cubrir las murallas, tomar las armas y otra multitud de tareas desesperadas, Diógenes se dispuso a empujar su tinaja hasta lo alto de una colina, y una vez que había llegado arriba, la empujaba hasta abajo y volvía a repetir la misma acción una y otra vez. Con todo y el frenesí de la batalla, su menester parecía tan descabellado que más de un ciudadano se atrevió a preguntarle cuál era el propósito de hacer lo que hacía. Diógenes contestó que veía a todo mundo tan atareado y ocupado en tal multitud de faenas, que le parecía inapropiado quedarse él ocioso.
Yo veo a Peña Nieto con considerables posibilidades de ganar la Presidencia y entiendo que no desfallezca en sus esfuerzos. “El Peje” parece que pudiera estarse acercando considerablemente al puntero y me parece razonable que no ceje y que redoble su ímpetu. Josefina no está lejos del segundo, pertenece al partido en el poder y es comprensible que no pierda las esperanzas. Veo aquí a tres individuos reforzando las murallas, desenvainando las espadas y apretando los dientes. Luego veo que Quadri hace un spot en una combi y cantando una cancioncilla propia de pubertos y lo que veo es a un hombre que empuja hacia arriba y hacia abajo una tinaja vacía. Como ciudadano extrañado le preguntaría, ¿qué haces Quadri?
Diógenes no era un sinvergüenza. Es verdad que tenía tan poco pudor como un perro, pero actuaba obedeciendo a un ideal. Deploraba las naciones y las guerras, entonces cuando vio a todos guerrear, a modo de mofa comenzó a empujar a un lado y otro su tinaja.
Cuando vemos a Quadri en una combi paseándose como Scooby Doo resulta fácil hacer mofa de él, pero yo me pregunto: ¿Somos nosotros los que debemos hacer mofa de él, o será que él hace mofa de nosotros los ciudadanos?
No son las primeras elecciones que vivo y tampoco era tan pequeño cuando fueron las últimas, pero ahora mismo no me acuerdo ahora de ninguna cosa parecida a esto. ¿De esto se trata la democracia o estamos en presencia de un circo de sinvergüenzas impúdicos?
¡Ah!, y Fox dice que la mejor opción es Peña Nieto. Ya el otro día comenté que Manuel Espino invitaba a los panistas a reconocer que Peña Nieto era la mejor opción y que a se cambiaran de bando. Esa vez dije que si obedecíamos el famoso adagio que dice que “es de sabios cambiar de opinión”, pues entonces ya tenemos a otro necio que desde hoy podemos considerar sabio.
