No deja de ser llamativo que cuando un partido de futbol termina, el reportero corre para obtener una entrevista con el jugador más destacado del encuentro y de él escucha las siguientes palabras: “Sí, fue un partido difícil, el rival hizo su partido, nosotros trabajamos el nuestro, lo importante es que se sacó el resultado y ahora toca pensar en lo que viene, que son ‘X’ finales”.
Y yo pienso: bien, igual podría haber entrevistado al tercer portero que estuvo los 90 minutos en la banca y hubiera escuchado las mismas palabras, ¿por qué tanta prisa y tanto esfuerzo en ir con la estrella?.
Debido a otro trabajo que tengo, me ha tocado leer varios discursos de cabo a rabo de los cuatro candidatos a la Presidencia. Voy como el reportero apresurado y escucho a la estrella: “Represento una opción confiable, honesta y de liderazgo para que México esté mejor y haya más y mejores oportunidades.”
Me da la impresión de que si entrevistara al chofer del autobús de campaña escucharía las mismas palabras que si voy con la estrella del equipo. O sea que daría lo mismo votar por la estrella del equipo o por el tercer portero; todos representan lo mismo en apariencia. Si decidimos pensar así, entonces hoy elegiremos un/a novi@ entre cuatro opciones de partido y desencantados o aún más enamorados en seis años tendremos otra vez que volver a elegir entre los mismos cuatro pretendientes.
Si creemos que lo que importa no es el equipo, sino la estrella del equipo, entonces hoy tenemos cuatro estrellas de cuatro equipos y en seis años tendremos que elegir entre cuatro nuevos pretendientes, aunque a veces algunos se repitan.
Una amiga me dijo que cuando quiera encontrar una pareja, haría bien en anotar en papel o en mi propia mente, qué es lo que busco o estoy buscando en una pareja. Entonces yo pondría que fuera atractiva, noble, confiable, simpática, leal, inteligente, etcétera. Podemos hacer el mismo ejercicio con los candidatos y anotar qué es lo que buscamos en un Presidente, ya sea que creamos que es un individuo o un partido. Una vez que tengamos claro eso podremos informarnos cuál de los que se presentan como posibilidades se parecen más a lo que buscamos.
Resulta que si leo los discursos me encuentro con las generalidades y vaguedades que antes mencioné, pero si leo otros documentos en las plataformas de los candidatos, me encuentro con que hay propuestas más específicas con estrategias bien planteadas y con objetivos relativamente bien definidos. ¿Así podría escoger a mi pareja? Creo que no. Lo que está ahí es lo que dice un enamorado cuando se ofuscan sus sentidos y habla de bajar la luna y las estrellas, y poner una casa en la playa. Sí tienen esa intención cuando lo ofrecen, pero dudo que lo vayan a hacer. Creo que lo más prudente es ir e investigar con los ex novi@s. O sea, todos los candidatos tienen un expediente y un historial como ciudadanos y en cargos públicos, así que empecemos por ahí. Veamos no si ofrece bajarnos la luna y las estrellas si no cuando gobernó, rigió, legisló, etcétera, le bajó la luna y las estrellas a alguien, se aproximó a ello, se esforzó por ello o cuando lo dijo era que quería llevárselo a la cama.
