La nueva cinta sobre el arácnido no sólo es una de las grandes películas de animación del año, también es una de las mejores cintas de superhéroes de la última década.
Ciudad de México, 25 de diciembre (EuropaPress).- Llega a los cines Spider-Man: Un nuevo universo, la nueva película de animación centrada en el superhéroe arácnido de Marvel.
En esta ocasión es su última versión en los cómics, Miles Morales y no Peter Parker, la figura sobre la que gira una aventura que abraza libremente y sin reparos el espíritu de los cómics. Una película valiente e innovadora, tanto desde el punto de vista argumental como estético y, sobre todo, condenadamente divertida.
Y es que el último filme de Sony Pictures Animation, primero protagonizado por el joven trepamuros de Brooklyn, no solo es una de las grandes películas de animación del año, también es una de las mejores cintas de superhéroes de la última década. Una simbiosis casi perfecta entre comic y cine de animación de la que surge la mejor película de Spider-Man hasta la fecha.
¿Demasiado entusiasmo? Puede que sí, pero aquí te dejamos 6 buenas razones -que bien podrían ser 666- para convencerte de que, efectivamente y sí, Spider-Man: Un nuevo universo es una auténtica maravilla.
MILES MORALES
¿Quién le iba a decir a Tom Holland que el trono como mejor Spider-Man de la gran pantalla le iba a durar tan poco? Y la culpa no es de otro que de Miles Morales, un adolescente mestizo de raíces afroamericanas y latinas que, a pesar de compartir buena parte del metraje con otra «spider-people», es el auténtico protagonista y motor de la película dirigida por Peter Ramsey, Bob Persichetti y Rodney Rothman.
Un joven con una simpatía innata, capaz de conectar con el patio de butacas desde el minuto uno, pero al que conocemos en horas bajas, sobrepasado por su nueva vida: sus padres le han cambiado a un instituto de «cerebritos» y no lo lleva nada bien. Miles lo único que quiere es ser normal y volver a su día a día, regresar a su zona de confort con sus amigos de su vieja escuela y disfrutar de una pizza y una película con su tío, su verdadero ídolo… y otras cosas, como bien sabrán los lectores de las grapas.
Así, entre sus graffitis y su música e intentando no destacar en su nuevo entorno académico pasa Miles sus días como lo haría cualquier otro joven del ecléctico distrito neoyorquino… hasta que una araña radioactiva hace su magia.
VIÑETAS EN PANTALLA
También magia consigue la arriesgada y brillante apuesta estética de Spider-Man: Un nuevo universo. Si la diversidad es uno de los grandes superpoderes de este nuevo Spider-Man, esa misma heterogeneidad se deja sentir de forma decisiva en el apartado visual con un despliegue de formatos, texturas y colores simplemente alucinante y, por momentos, psicodélico.
Una apuesta imaginativa y radical que, lejos de sumir el relato en un caos visual, convierte a la película en un espectáculo único en su especie. Un festín que entra por los ojos y que además se sirve acompañado de una atinadisima banda sonora plagada de temazos para armar así el combo perfecto que hace de Un nuevo universo auténtico deleite para los sentidos.
LA SPIDER-PEOPLE
La libertad y locura estética tiene también su reflejo en los «spider-personajes» llegados de las diferentes dimensiones. Cada uno cuenta con su propio estilo de animación… y también con su radical y extrema personalidad. El encuentro de Morales con un desengañado y bajo de forma Peter Parker, con el vintage Spider-Man Noir, con el tremendo Spider-Ham (Spider-cerdo) o con la brava Spider-Gwen prometía emociones fuertes… y no defrauda.
En este punto, no está de más recordar que Phil Lord y Chris Miller (La LEGO Película) son productores, el primero también guionista, de un filme que sabe explotar el humor y las pintorescas situaciones que generan estas surrealistas interacciones… pero sin caer en la parodia pura y dura. Y aunque en el apartado cómico Spider-Ham parecía ser la gran baza del filme, lo cierto es que en noble arte de arrancar una carcajada al respetable la palma se la lleva el Spider-Man Noir al que pone voz en su versión original, «ojocuidado», Nicolas Cage.
EL CAMEO DE STAN LEE
Entre las incontables y muy variopintas referencias pop y cameos que salpican todo el metraje de Spider-Man: Un nuevo universo, la aparición de Stan Lee es la más esperada. Y, sin duda alguna, también es la más emotiva. Con el fandom marvelita todavía de luto por la pérdida de su verdadero gran héroe, el primer cameo póstumo de Lee es un momento que llega al corazón.
«Estoy feliz de haberle colocado en un lugar realmente fundamental de la película, y en un momento muy importante y emotivo para trama. Creo que somos capaces de rendirle un homenaje a la altura de todo lo que fue, que le hacemos justicia», afirmó Chris Miller en una entrevista para Comicbook. Y no le falta razón. Su aparición, con frase incluida, es un fiel y emotivo reflejo de todo su legado… y hasta aquí podemos escribir.
LA TÍA MAY
Son muchos los personajes molones capaces de sorprender y ganarse un hueco en el corazón del público en este Spider-Man, pero es justo y necesario detenerse en uno de ellos: La tía May. Si bien es cierto que la versión más más actual de May Reilly Parker, que hizo su debut en Civil War y cautivó en Homecoming, había calado muy hondo en el fandom de Marvel, a Marisa Tomei le ha ocurrido lo mismo que a su sobrino en la ficción: un dibujo animado le ha pasado a toda velocidad por la derecha y sin poner siquiera el intermitente. Simplemente brutal.
CUALQUIERA PUEDE LLEVAR LA MÁSCARA
Spider-Man: Un nuevo universo es una película con un ritmo endiablado, visualmente impactante, terriblemente divertida, llena de personajes geniales, guiños pop… pero también cuenta con ese «algo más». Planteamientos y reflexiones que, sin exceso de intensidad ni diarreas filosóficas, ponen el lazo perfecto a este gran regalo de Navidad. Y entre los mensajes que lanza la película, sin duda alguna el que resuena con más fuerza es el de que, tal y como sostenía el gran Stan Lee, en un momento dado y con la ayuda adecuada, todo el mundo puede ser un héroe. Es esa IDEA (sí, con mayúsculas) la que precisamente conecta a los seis miembros del spider-team.
Media docena de extraños, de inadaptados, que provienen de distintas dimensiones y que además son de diferentes edades, sexos, razas… incluso especies, pero que están ligados por ese «sentimiento arácnido de la responsabilidad». Un vínculo invisible que les lleva a olvidar sus diferencias para, juntos, luchar por el bien común. Stan estaría muy, muy orgulloso de todos ellos. Sí, incluso de Nicolas Cage.