Colin Kaepernick, quarterback de los 49ers de San Francisco, comenzó la protesta el año pasado a fin de llamar la atención sobre la inequidad racial y los abusos policiales contra las minorías.
Por Arnie Stapleton
Denver, 25 diciembre (AP).- El Presidente Donald Trump no podía soportar que los jugadores de la NFL se arrodillaran durante la interpretación del himno nacional. Su exigencia para que los equipos despidieran a los participantes en esa protesta no hizo sino darle realce al propio movimiento y abrir un debate nacional sobre el asunto.
Colin Kaepernick, quarterback de los 49ers de San Francisco, comenzó la protesta el año pasado a fin de llamar la atención sobre la inequidad racial y los abusos policiales contra las minorías. Actualmente, Kaepernick está sin empleo, y pocos jugadores seguían protestando en la presente campaña, antes de que Trump interviniera en el asunto.
“Nos encantaría ver que uno de estos dueños de la NFL, cuando alguien le falta al respeto a nuestra bandera, dijera que ese hijo de... debe abandonar ahora el terreno, que está despedido”, dijo Trump, intercalando un insulto a las madres de los jugadores que protestaban.
La declaración llegó a finales de septiembre, durante un acto político en Huntsville, Alabama. Aunque generó elogios de algunos fanáticos, provocó también críticas por parte de jugadores, dueños de los equipos y activistas.
Y en el fin de semana siguiente, más de 200 jugadores protestaron, al no ponerse de pie durante el himno nacional, un abierto desafío a Trump.
La disputa del Presidente con la NFL fue votada como la noticia de 2017 por parte de los miembros y editores de The Associated Press. Superó por un amplio margen al escándalo de corrupción en el basquetbol colegial y a la coronación de los Astros de Houston en la Serie Mundial, que alentó a una ciudad devastada por el huracán Harvey.
El año estuvo marcado por escándalos sexuales, un abarcador caso de dopaje en Rusia y el fracaso de Estados Unidos en las eliminatorias mundialistas.
Tom Brady orquestó una remontada sin precedente. Sus Patriots de Nueva Inglaterra, que perdían por 28-3, terminaron derrotando a los Falcons de Atlanta en el primer Super Bowl que requirió una prórroga para dirimirse.
También en el fútbol americano, pero colegial, Clemson remontó en el último segundo para vencer a Alabama y apoderarse del campeonato nacional.
Kevin Durant guio a los Warriors de Golden State hacia el título de la NBA, en la tercera final consecutiva entre ese equipo y los Cavaliers de Cleveland.
El astro de las artes marciales mixtas Connor McGregor debutó como boxeador para medirse a Floyd Mayweather Jr, quien se había retirado como monarca invicto.
Pero todo ello fue eclipsado en Estados Unidos por los manifestantes de la NFL y la participación de Trump en el debate. Algunos aliados del presidente instaron a boicotear a la NFL, tras las críticas de Trump a las protestas.
En medio de la controversia, la ceremonia del himno nacional, que en ocasiones ya ni siquiera se transmitía por la televisión, se convirtió en un momento que llamaba la atención de los espectadores.
Muchos manifestantes se arrodillaron, pero algunos jugadores y entrenadores entrelazaron sus brazos para mostrar unidad. Trump avaló ese último gesto, como una muestra “solidaridad”.
Sin embargo, el mandatario rechazó las opiniones de que sus comentarios agravarían las tensiones raciales.
“Esto no tiene nada que ver con la raza”, sentenció. “Tiene que ver con el respeto a nuestro país”.
Pero los críticos del presidente aseguraron que los comentarios de Trump sí tenían marcadas connotaciones raciales.
“Lo que me sorprende simplemente es que, con todo lo que está pasando en este mundo, y especialmente en Estados Unidos, esto sea lo que le preocupe. Usted es el líder del mundo libre y, ¿esto es de lo que habla?”, señaló Michael Thomas, safety de los Dolphins de Miami. “Así que como hombre, como padre, como afro-estadounidense, como jugador de la NFL y uno de estos hijos de... sí, lo tomo como algo personal”.
El comisionado de la NFL, Roger Goodell, dijo que los comentarios de Trump generaban división. Los consideró “una desafortunada falta de respeto”.
Algunos jugadores blancos se unieron a la protesta. Pero la mayoría de los participantes fueron de raza negra.
“Sentimos que el comentario del presidente Trump representó un ataque contra nuestro derecho más preciado, la libertad de expresión”, dijo Von Miller, astro de los Broncos de Denver, quien normalmente se mantenía al margen de asuntos políticos y sociales.
