La desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa detonó en países europeos la creación de grupos de mexicanos en el extranjero, preocupados por la crisis de derechos humanos en su país de origen. Algunos se han constituido en cajas de resonancia para que en el Viejo Continente se conozca a detalle lo que pasa en México.
Ciudad de México, 26 de diciembre (SinEmbargo).- El caso Ayotzinapa marcó un antes y un después en el activismo de mexicanos en el extranjero, ya que a raíz de la desaparición de los 43 alumnos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos empezaron a unirse en colectivos, principalmente dentro de universidades europeas, con el objetivo de hacer visible en el Viejo Continente la crisis de derechos humanos que se vive en México.
El país reconoce oficialmente 25 mil desaparecidos y más de 100 mil muertos, sin embargo, el año que termina se vio marcado también por la renuencia del Gobierno a reconocer que en México las violaciones a los derechos humanos se convirtieron en algo cotidiano, como lo mostró el diferendo entre el relator de la ONU contra la Tortura, Juan Méndez, y el ahora Embajador en Francia, Juan Manuel Gómez Robledo, quien primero contradijo al representante de Naciones Unidas, quien afirmó que la tortura era una práctica sistemática en el país, y después se disculpó.
“Tengo una visión completa, lo que observo es que la situación es grave y en particular porque la negación del Gobierno de reconocer la gravedad de la crisis de derechos humanos, prevalece y hasta que haya un reconocimiento de la situación, las acciones que se necesitan para combatirla no se van a materializar. Es la política no sólo de esta administración sino de varios gobiernos, de promover el discurso de derechos humanos a nivel internacional, pero sin dedicar lo que se necesita a nivel nacional para hacer cambios”, expresó Rupert Knox, experto independiente en temas de derechos humanos, que ha realizado investigaciones sobre el caso mexicano para organizaciones como Amnistía Internacional (AI).
Incluso señaló que una de las controversias más grandes que despertó este año la visita del Presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, a Reino Unido fue el que no se haya tocado el tema de los derechos humanos, sino que todas las conversaciones oficiales se hayan centrado en el sector energético sin tomar en cuenta el resto de las dimensiones, a pesar de que 2015 fue el “año dual” entre ambas naciones.
“Faltó una participación más realista de la situación en México, que no sea un vehículo para promover a México como un destino turístico a nivel global; creo que hay grietas como Ayotzinapa, Aristegui y otros cuestionamientos hacia la seriedad con la que el Gobierno ve el tema de los derechos humanos. Lo que sí es claro es el tema de atraer la inversión, eso es lo que quiere, pero no está comprometido [el mismo Gobierno] a respetar los derechos humanos y sólo lo hace bajo la presión fuerte de organizacionales nacionales e internacionales”, expresó Knox a SinEmbargo.
Lamentó que la administración federal desaproveche la oportunidad de transformar la situación, simple y sencillamente, porque los partidos políticos y muchos sectores de la economía mantienen estructuras de poder e intereses limitados, que no ven el respeto a los derechos humanos como una garantía para obtener beneficios.
LA PRESIÓN DEL EXTERIOR
Knox expresó que mientras la presión no venga del exterior y de la sociedad civil, en México no habrá un cambio porque no se ven dentro del gobierno actores comprometidos con el tema de los derechos humanos, y menos aún dentro de los partidos políticos.
Esta falta de compromiso llevó a que distintos grupos de mexicanos en el extranjero empezaran a organizarse o reagruparse para hacer visible, principalmente en países europeos, la realidad que vive el país.
Uno de estos grupos es Justice Mexico Now, formado en Reino Unido, cuyo objetivo es crear conciencia y difundir lo que sucede en México para mostrar una imagen del país mucho más real y menos la versión “photoshopeada” que el gobierno quiere pintar, como afirmó a SinEmbargo Lila Caballero, integrante de la organización.
Al igual que otras voces de la sociedad civil, reconoció que el caso Ayotzinapa fue clave para “enganchar a mucha gente que no tenía idea de que en México pudiera pasar algo tan horrible. Para un joven estudiante universitario británico o de cualquier otra nacionalidad es completamente inaudito que 43 jóvenes fueran perseguidos, atacados y desaparecidos por aquellas instituciones que deberían estar ahí para hacer justicia, para proteger”.
La organización tiene su sede en Londres, sin embargo, explicó Caballero, también se coordina con otros grupos de mexicanos que viven o estudian en Cambridge, Nottingham, Sheffield, Manchester y Sussex, entre otros.
“El momento más significativo y en el que se creo una energía de solidaridad y de hartazgo fue en el marco de la visita de Peña Nieto [a Reino Unido]. Se armó una protesta en Downing Street – calle del centro de Londres en la que se ubican las residencias oficiales de dos de los más importantes ministros británicos-“, expresó.
Caballero afirmó que durante esta protesta, los activistas mexicanos le enviaron un mensaje muy claro a Peña Nieto: “Te estamos observando aquí en este mundo globalizado al que no se le va una y a ti, Gobierno mexicano, no vamos a dejar que le des carpetazo a Ayotzinapa, a Tlatlaya, a las muertes de los periodistas, y como estamos en el extranjero, vamos a estar haciendo presión internacional”.
Su mensaje no es únicamente para Peña Nieto, sino también para el Gobierno del Primer Ministro inglés, David Cameron, a quien se le recrimina que haya recibido con “bombo y platillo” a Peña Nieto, en marzo pasado, siendo que México está sumido en una crisis de derechos humanos.
“¿Cómo es posible que le interesen más [a Cameron] las posibilidades de inversión con la Reforma Energética –que abre el sector a la inversión privada nacional y extranjera- y que ni siquiera cuestione la falta de justicia, siendo que cuando han venido otros mandatarios internacionales sí se ha como cuestionado la situación de los derechos humanos”, reflexionó la activista.
DE LA INCREDULIDAD AL HORROR
Lila Caballero afirmó que no ha sido fácil para estos grupos de connacionales que trabajan en Europa hacer entender la realidad que vive México, en algunos casos porque no existen lazos culturales y en otros porque aún nos ven como un país muy lejano, sin embargo, “ya se abrió la caja de Pandora” y cada vez existe entre los ciudadanos extranjeros y los medios de comunicación más presencia de lo que pasa en el territorio azteca.
“Hay incredulidad y shock porque no creen que un Estado le pueda hacer esto a sus ciudadanos”, expresó.
Recordó que el caso Ayotzinapa, abrió la puerta para que, al menos en la prensa inglesa, se publicaran otros casos como el asesinato de una veintena de civiles en Tlatlaya, Estado de México, por parte de elementos del Ejército; la compra de la llamada “casa blanca” –valuada en más de 7 millones de dólares- por parte de la Primera Dama, Angélica Rivera Hurtado, así como el asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril, una activista y dos amigas, en la Ciudad de México.
“Se supone que aquí [en Reino Unido] hay libertad de expresión y que los editores deciden si sacar o no la nota, pero aquí los periodistas pueden salir a hacer sus entrevistas sin preocuparse de que les vayan a dar un balazo”, expresó la integrante de Justice Mexico Now.
La agrupación, junto con otros ciudadanos mexicanos, instaló el Día de Muertos un altar a los periodistas mexicanos asesinados. Durante la exposición que la Embajada de México en Reino Unido organizó en el Museo Británico durante la festividad, distintos colectivos irrumpieron con un performance para protestar por la desaparición de los 43, la Reforma Energética y las distintas violaciones a la represión en contra de activistas en estados como Puebla.
Reconoció que aún estando en otro país, “el miedo está ahí cuando se trata de alzar la voz y protestar, pero la libertad de expresión es un derecho y se respeta. Es un poco para mostrar que México es un país Kafkiano, es el cuestionar cómo es posible que escándalos de corrupción como la ‘casa blanca’ sigan sin investigarse; cuando esto pasó en México, estaba como al colita del escándalo de miembros del Parlamento [inglés] que en el pasado no habían declarado bien sus gastos, y se fueron a la cárcel, con sentencias cortas, pero se fueron a la cárcel, ¿cómo es posible que por no haber hecho bien sus declaraciones patrimoniales hayan ido a la cárcel y con las mansiones de Peña y Videgaray [el Secretario de Hacienda] nadie haga nada?”, cuestionó.
Además de la organización a la que pertenece Caballero, en Reino Unido existen grupos como Yosoy132 Londres y London Mexico Solidarity (vinculado con las redes zapatistas), también hay grupos en Alemania y otros países, que utilizan las redes sociales como un instrumento que les permite compartir información.