Un mes después del huracán “Otis” los pobladores continúan con la limpieza de sus comunidades, levantando los escombros y colocando los techos reciclados en sus viviendas. Piden que el apoyo de las autoridades llegue a todas las comunidades.
Por Daniel Velázquez, Lenin Ocampo y Argenis Salmerón
Acapulco/Coyuca, Guerrero, 25 de noviembre (El Sur).– El escenario en calles y avenidas de Acapulco y Coyuca es similar a un mes de “Otis”: cerros de basura, ramas, palapas y restos de árboles que fueron arrastrados por el huracán, así como pedazos de lámina de metal y tinacos quebrados.
“Me amarré de mi cama, porque los fuertes vientos tumbaron mi casa de madera y tenía miedo de salir volando”, expresó el vecino de la colonia Generación 2000, Armando Cruz Lázaro, tras el impacto del huracán “Otis” hace cuatro semanas.
La casa, construida de madera y lámina galvanizada, se ubica en el andador César Flores Maldonado, en la parte alta de ese asentamiento, en la zona poniente de Acapulco.
La mayoría de las casas de la colonia Generación 2000 están construidas con madera y láminas galvanizadas. Son escazas las viviendas de material.
“Como lo ve, lo perdí todo y con lo poco que me dejó el huracán estoy levantando mi casita”, manifestó.
Dijo que ya fue censado por los Servidores de la Nación y “ellos vieron cómo tenía tirada mi casita, y ahora la voy levantando con lo poco que me quedó”.
Sin embargo, declaró que no puede esperar la ayuda del gobierno, “es la fecha que no entrega los enseres domésticos y tengo dos semanas que me censaron”.
“El Gobierno no me va levantar mi casa. Lo tengo que hacer yo, para protegerme de la lluvia y del sol”, apuntó.
El señor, de 50 años, tiene más de 30 años viviendo en la colonia, afirmó que “jamás pensé que un huracán causara tanto daño. Era impresionante el viento, yo creo que nadie se esperaba esto”.
Recordó que “me tocó el huracán Paulina en esta colonia y la misma casa, pero en esa ocasión los daños fueron mínimos”.
Añadió: “Fueron tan horribles los vientos, hasta pensé que era un tornado con lluvia. Yo pensé que no la iba a contar esta vez”.
Pero expuso que “esta vez, con Otis fue muy diferente, los fuertes vientos tumbaron mi casa y me tuve que amarrar de mi cama, porque tenía miedo de volar”.
El comerciante mencionó que su familia no estuvo en su vivienda, “los mandé con otros familiares para que se protegieran. Yo me quedé a cuidar la casa”.
“No tengo trabajo, ahora estoy vendiendo un poco de refresco y agua en garrafón en mi casa para sobrevivir”, puntualizó.
Reclamó que en un par de ocasiones solamente organizaciones civiles y una vez el Ejército vinieron a dar despensas, la semana pasada, “la Generación 2000 está olvidada”.
Criticó que no hay agua potable en tubería “sobrevimos de manantiales” y la luz eléctrica está restablecida en un 50 por ciento, pero “a cada rato se va y regresa”.
Pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador agilizar la ayuda a las personas censadas, “ahorita todos necesitamos de algo para levantarnos y comenzar de nuevo”.
EN COYUCA SACAN ESCOMBROS Y REPARAN VIVIENDAS
En Coyuca de Benítez, el segundo municipio devastado por el huracán “Otis”, cuatro semanas después los pobladores continúan con la limpieza de sus comunidades, levantando los escombros y colocando los techos reciclados en sus viviendas. Lo hacen sin apoyo de las autoridades.
Ayer, en un recorrido por San Isidro, Cerrito de Oro, Ejido Viejo, El Conchero, Bajos del Ejido, El Embarcadero, El Bordonal, Rancho del Santo, San Martín y la cabecera municipal de Coyuca, se pudo observar que no hay una sola comunidad que se haya salvado de la fuerza de Otis, que trajo vientos de más de 300 kilómetros por hora, desbordó ríos y arroyos que inundaron cientos de viviendas.
Las poblaciones se encuentran a pie de la carretera Acapulco-Zihuatanejo (excepto Ejido Viejo), donde la gente continúa sacando el lodo que dejó sepultadas sus casas; poniendo los techos con láminas rescatadas de los escombros y cortando árboles, palmeras que sucumbieron ante Otis, que dejó una zona devastada y olvidada.
“Nunca en mis 66 años había visto eso. Aquí fue como la muerte: fue pareja. Primero fue el aire y después el río, que hizo un socavón y nos dejó incomunicados, tuvieron que venir a apoyarnos gente de Atoyac para abrirnos paso con motosierras, estuvo de la chingada, mucha gente quedó traumada psicológicamente, la gente está intensa, sigue teniendo miedo”, contó Marcos Aguirre Moreno, marino de la Armada de México retirado y vecino de Ejido Viejo.
“Ejido Viejo fue el más afectado de todos los pueblos, yo estoy acostumbrado a estos siniestros, las adversidades de los vientos los he capoteado (dentro del mar), pero jamás había visto eso, yo estaba acostado en la hamaca, ya el aire había tumbado el techo de lámina de la azotea, cuando de repente la fuerza del arroyo me tumba la puerta y la casa se comienza a inundar”, platicó mientras mostraba la destrucción que dejó Otis en esa comunidad de Coyuca.
En esa localidad que se encuentra a 20 minutos de Acapulco, del lado de la Costa Grande, el pequeño arroyo se convirtió en un río, que desvió su caudal después de que hizo una represa y comenzó a inundar todas las casas del poblado donde habitan mil 200 personas. La corriente se llevó animales, carros, refrigeradores, estufas, piedras y todo lo que encontraba a su paso. Mientras, que el aire se encargaba de podar parotas, robles, ceibas, palmeras y dejar sin techos la mayor parte de las casas.
“Todos tuvimos que salir y buscar casas con techos de concreto, salimos pasadas las 2 de la mañana, ya el agua nos llegaba al estómago, el refugio que habían puesto era la comisaría, pero no aguantó el viento y se quedó sin techado, así que como pudimos buscamos lugares seguros, la iglesia quedó destruida y el centro de salud quedó bajo el agua, no había forma de protegerse”, narró Eduardo Loeza Castro, trabajador del Parque Papagayo, que desde el 25 de octubre no pisa Acapulco y desconoce que su centro de trabajo está destruido.
“Llevo tres semanas intentando sacar el lodo y limpiar la casa, donde vivimos con mis padres y hermanas, hace unos días nos ayudó una máquina de un particular que nos rentó la hora, porque andábamos a pico y pala, el gobierno no se vino a parar, hasta antier (lunes) vino el presidente (Osiel Pacheco) y dio el banderazo que dizque para desazolvar” señaló Eduardo.
En la comunidad hay presencia del Ejército, que instaló un comedor comunitario en la cancha de basquetbol. Las despensas y alimentos que les llegan son de organizaciones y fundaciones que desde los primeros días han traído ayuda humanitaria, pero no a todo el pueblo. La mayoría de los pobladores coinciden en que ninguna autoridad oficial les ha ayudado para rehabilitar Ejido Viejo.
“El lunes vino el alcalde, trajo unas máquinas para limpiar, ya había venido hace dos semanas, pero la gente lo corrió, traía sólo tres despensas, pero fuera de eso lo que necesitamos es levantar el pueblo, ya nos censaron, estamos esperando la ayuda del gobierno para poder abrir la primaria, la telesecundaria, el centro de salud y levantar el lodo de las calles”, dijo una mujer afectada por la tormenta.
En Ejido Viejo sólo se reportó la muerte de un señor que “murió de un paro cardíaco por la impresión” de Otis.
En Coyuca de Benítez la gente coincide en que el aire hablaba, parecía gente chiflando, pidiendo auxilio, un sonido tétrico que lastimaba los oídos y entraba a las entrañas. Todos coinciden con todos los que escucharon a Otis, todos dicen que nunca habían sentido algo igual.
Los vecinos de la colonia Zumpango, de la cabecera municipal, fueron de los pocos habitantes que pudieron escapar a la fuerza del huracán, pues ahí llegaron la noche del 24 de octubre los elementos de la Marina a desalojar y llevar a la gente a los refugios.
Sergio Andrés García es soldador, tiene 60 años y el día después del huracán regresó a la calle Universidad, donde encontró todas las casas bajo el lodo, sin techos y sin nada.
“Desde el lunes comencé a limpiarla, yo ya le sé más o menos a esto, primero dejo secar el lodo y después lo levanto, pesa menos y es menor el desgaste, la gente comete el error de todavía echarle agua y se queda muy pesado, después para sacarlo de las casas es muy difícil, pero poco a poco ahí la vamos levantando”, comentó el soldador.
“Así como me ve, así andan todos, ningún gobierno ha venido a ver qué necesitamos, todos hemos sacado nuestros escombros, vinieron unas máquinas de Petatlán a apoyar y nos ayudaron a juntar el lodo y la basura que ahí sigue, el Ayuntamiento no ha ayudado, ya nos censaron, mi casa salió como pérdida total, estamos esperando el apoyo”, reveló.
La colonia Zumpango queda al lado del río Coyuca, ese día del huracán creció su caudal y se desbordó; dejó bajo el agua todas las viviendas que ya se habían quedado sin techos.
“Yo no me salí, me quedé en la casa, casi me ahogaba, entró la corriente y me tuve que subir con ella, logré colgarme del techo y permanecer ahí toda la madrugada, el agua subió más de 3 metros, mi casa está alta, por un momento sentí que no la iba a librar, durante el paso de la noche el agua comenzó a bajar”, comentó don Antonio, que colocaba su techo con las tejas que pudo rescatar.
“Sólo ocupamos un poco de ayuda, sabemos que el huracán fue grande y destruyó todo a su paso, que las autoridades no pueden con todo, pero ya vamos para un mes y nosotros seguimos intentando rescatar lo poco que teníamos, intentamos limpiar para volver a regresar a vivir aquí”, finalizó Antonio, afectado por la devastación que dejó el paso de Otis por Coyuca de Benítez.
SIGUE LA BASURA EN LAS CALLES
A un mes del impacto del huracán Otis en Acapulco, ninguna de las principales avenidas de la ciudad está totalmente limpia.
El bulevar de Las Naciones, carretera Cayaco-Puerto Marqués, avenida Lázaro Cárdenas, bulevar Vicente Guerrero, calzada México-Acapulco, avenida Ruiz Cortines, Constituyentes y avenida Cuauhtémoc, todas tienen montones de basura en banquetas y sobre la vía.
El escenario en otras vialidades es similar, cerros de basura en los costados del arroyo vehicular, en algunos casos sólo hay ramas, palapas y restos de árboles que fueron arrastrados por el huracán, así como pedazos de lámina de metal y tinacos quebrados, pero en otros sitios ya no sólo es basura generada por el meteoro, sino que son residuos generados en los domicilios: colchones, sillones, televisores, envases de comida enlatada, libros, cuadernos, ventiladores y restos de diferentes enseres, que se entiende corresponden a la limpieza de los domicilios después del huracán.
Por todas las vialidades antes mencionadas circulan los vehículos, pero en algunos tramos, justamente donde se ha acumulado la basura, sólo está en servicio un solo carril y eso ocasiona tráfico vehicular. Así ocurre en diferentes tramos de la avenida Ruiz Cortines, Constituyentes, calzada México-Acapulco y avenida Lázaro Cárdenas.
En un recorrido por el bulevar de Las Naciones, de la glorieta de Puerto Marqués al centro de convenciones Mundo Imperial, lo que se observó fue una cuadrilla de trabajadores en labores de limpieza en el poblado La Poza, con un trascavo y ocho camiones de volteo formados, en espera de ser llenados con desechos.
Sobre la avenida hay postes de teléfono caídos, tierra, láminas galvanizadas, árboles, ramas, lodo, cables, escombro, señalizaciones viales y postes que sostenían anuncios espectaculares, también anuncios espectaculares y estructuras de los comercios que operaban en esa zona que todavía están colapsados.
Frente al hotel Princess hay postes caídos, troncos de árboles derribados y que fueron cortados, sobre camellones y banquetas. Frente a la tienda Soriana Diamante todavía hay un árbol tirado sobre la vialidad.
CPM Plan Reconstrucción Acapulco Otis, 23nov23En el bulevar Vicente Guerrero, en un recorrido de Las Cruces a la central de abastos, se vio que abunda el lodo y polvo. Sobre la lateral del bulevar, en el sentido que va hacia Las Cruces, a un costado de la estacion de transferencia del Acabús, hay montones de lodo acumulado sobre la carretera, en espera de ser retirado. También dentro de las estaciones del Acabús hay montones de lodo y polvillo fino que se levanta con el paso de los vehículos.
En esta vialidad lo que se observó es que continúa la anarquía. Sobre el espacio destinado para el uso exclusivo del Acabús y los usuarios de este medio de transorte, circulan taxis colectivos, camionetas de ruta alimentadora y automóviles particulares a toda velocidad, cuando debieran circular por las laterales o sobre el paso elevado que se construyó para ese fin.
En la avenida Lázaro Cárdenas, desde hace una semana, trabajan brigadas de Jóvenes Construyendo el Futuro en la limpieza de la vialidad, aunque esta estrategia de limpieza es criticada por los choferes de las urvans, “andan como 70 y nomás barre uno”, es el comentario que suelen hacer sobre ellos.
Frente a la primaria Emiliano Zapata otra vez se acumuló la basura, pese a que apenas hace unos días retiraron los desechos que había acumulados.
En el mercado de La Sabana, la acumulación de basura es constante y es el único sitio donde acuden a recoger la basura, al menos una vez a la semana. Otro botadero de basura está casi frente a la fábrica de cemento, y ahí, la semana pasada acudieron bomberos a sofocar un incendio, debido a que algún vecino le prendió fuego y causó un incendio que ponía en riesgo a los automovilistas que circulan por esa zona.
En la avenida Ruiz Cortines, en un recorrido desde la tienda Soriana de Vista Alegre hasta el sitio conocido como la Y Griega, lo que se vio es basura acumulada en ambos sentidos de la vialidad, frente al mercado de la colonia La Laja, frente al destacamento de militares y sobre la zona de hospitales.
En la avenida Constituyentes, en un recorrido desde el mercado Central hasta la tienda Soriana de Vista Alegre, también se vio que hay basura, los montones de basura más abundantes están en el mercado central, frente a la fabrica de hielo, y a un costado del centro social Las Gaviotas.
La calzada México-Acapulco es un depósito de basura a cielo abierto. En el tramo que va de Las Cruces hasta el sitio conocido como la Y Griega hay innumerables tiraderos de basura, en ambos sentidos de la vialidad, a partir de la curva de La Tolva y hasta Las Cruces continúan los montones de basura.
La carretra Cayaco-Puerto Marqués también sigue con montones de basura. Así está en la Glorieta de Puerto Marqués, en la entrada a la colonia Miramar, frente a la Pepsi, en la salida del Macrotúnel, en Llano Largo, frente a plaza Patio, frente a la tienda Merza y en Piedra Roja, frente a la capilla de nuestra señora de Guadalupe.
Sobre esta vialidad que va del crucero de El Cayaco a la glorieta de Puerto Marqués, hay infinidad de tiraderos de basura, algunos más grandes que otros, pero son la constante en todo el trayecto.
Junto a los cerros de basura tambien hay estructuras de anuncios espectaculares, que no han sido retiradas pese a estar en riesgo de colapso. Esta vialidad es en la única en la que continúan los encharcamientos, luego de la lluvia del pasado miércoles, en la entrada a la colonia Navidad de Llano largo, frente a plaza Patio.
En Cuauhtémoc, la acumulación de basura se concentra principalmente en el sitio conocido como Cine Río y en el cruce con las calles Diego Hurtado de Mendoza, que va desde Costera hasta Constituyentes, bajo la Vía Rápida. En esa zona sigue la acumulación de lodo, que con el paso de los vehículos se hace polvo.