Hace unos días se dio a conocer el prestigiado informe “Latinobarómetro 2013”. Se trata de una encuesta que se realiza anualmente y que en esta edición comprendió más de veinte mil entrevistas en dieciocho países de América Latina.
Las conclusiones abren cierta puerta a la esperanza, pero a la vez nos muestran señales de alerta importantes. La población del subcontinente reconoce que vive cierta prosperidad, pero ésta se ve lastrada todavía por importantes niveles de pobreza y desigualdad.
La precariedad, la pobreza, la desigualdad, la discriminación, siguen siendo, sin embargo, el Talón de Aquiles de la región, que de alguna manera le impide pasar al siguiente escalón. La democracia se ve retenida por la desigualdad en el acceso a bienes políticos y también bienes económicos (…) “Tenemos con ello dos Américas latinas, la que disfruta de los beneficios del crecimiento y la que mira como disfrutan los otros.”, sostiene dicho informe.
Sin embargo el caso de México llama la atención. Hay una serie de indicadores realmente alarmantes; aquí una pequeña muestra:
- Solo el 37 por ciento de los mexicanos considera que la democracia es preferible a un gobierno autoritario; por el contrario, uno de cada seis entrevistados preferiría un gobierno autoritario y a más de un tercio le da lo mismo.
- En los últimos diez años, una cuarta parte de la población de este país se ha desencantado con los gobiernos democráticos y ahora le da lo mismo el tipo de gobierno o lo que sería peor, extraña el autoritarismo del pasado.
- Al mismo tiempo, cuatro de cada diez mexicanos considera que la democracia de su país tiene “grandes problemas”. El mismo porcentaje cree que puede existir la democracia sin partidos políticos.
- Más de un tercio (38%) opina que puede existir la democracia sin un Congreso o Parlamento.
- Solo uno de cada cinco entrevistados, se declara “satisfecho o muy satisfecho” con la democracia mexicana.
- La contraparte, es que la mitad de la población opina que la situación económica actual es mala y solo uno de cada diez declara que es buena.
- Más de la mitad de los mexicanos (55%) reconoce que en el último año ha tenido dificultades para poder comprar comida.
En resumen, los datos de la encuesta arrojan una gran insatisfacción de la población con el sistema democrático y que incluso una parte estaría dispuesta a sacrificarla en aras de un mayor bienestar económico.
Sin duda representa una llamada de alerta para toda la clase política, pero también para los que creemos que la democracia es el mejor sistema de gobierno.
La lección más importante es que hay que hacer una mayor y más amplia pedagogía sobre las bondades de la democracia. Pero también exigir mayores resultados a nuestros gobiernos.
Lo que está en juego es mucho.
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