El escritor mexicano Martín Solares que él busca contar un relato en el cual no haya una página aburrida, “en el cual el autor esté obligado a manejar una atención, a empujar al lector por una especie de cuerda de equilibrista desde el principio hasta el fin y echarlo a vivir una aventura muy emocionante, si en el camino se puede encontrar a personajes interesantes que están realizando el mismo periplo que él, fabuloso”.
Ciudad de México, 25 de octubre (SinEmbargo).– El agente Pierre Le Noir está de regreso en Cómo vi a la mujer desnuda cuando entraba en el bosque (Random House), la última de tres novelas del escritor mexicano Martín Solares. Luego de los sucesos narrados en Catorce Colmillos y Muerte en el jardín de la luna, este detective tendrá que enfrentarse a una serie de sucesos escalofriantes que vivieron los surrealistas en el norte de Francia en noviembre de 1927.
“Desde que empecé a trabajar en el primer volumen, en Catorce colmillos, vislumbré muy rápidamente que detrás del territorio muy interesante que ya estaba yo explorando, había otros dos terrenos que también sería estupendo poder explorar. Catorce colmillos es solamente la puerta de entrada a un territorio en el cual estuve mezclando el realismo de la novela policíaca con todo aquello que puede dar la literatura fantástica”, comentó el autor en entrevista con SinEmbargo.
Martín Solares expuso que estos dos géneros son los que más le interesan, pero reconoció que en sus dos primeras novelas de esta serie se resistió a mezclarlos. “Me di unos gustos muy sutiles, sí hay fantasmas, hay vaticinios, hay profecías, pero todo eso ocurre cuando mis personajes están soñando o tienen pesadillas, o cuando están delirando por alguna medicina, por ejemplo, pero aquí mezclé frontalmente y de manera ostentosa todo aquello que nos puede dar la literatura fantástica, lo asombroso, lo maravilloso y seguí con todas las restricciones de la novela policíaca, que a mí siempre me han parecido muy estimulantes”.
“La novela policíaca es el único género que funciona como un bisturí, que nos permite abrir el cuerpo enfermo de una sociedad y ver cuáles son realmente sus males; (Jorge Luis) Borges también decía que el género negro es como el soneto, una de las pocas formas literarias que se han mantenido fieles a una serie de restricciones que permiten que uno crezca tanto como sea su talento y sus ganas de trabajar”, ahondó el autor.
Solares compartió que él busca contar un relato en el cual no haya una página aburrida, “en el cual el autor esté obligado a manejar una atención, a empujar al lector por una especie de cuerda de equilibrista desde el principio hasta el fin y echarlo a vivir una aventura muy emocionante, si en el camino se puede encontrar a personajes interesantes que están realizando el mismo periplo que él, fabuloso”.
En este caso, expuso, los interlocutores de su protagonista Pierre Le Noir son algunos de los escritores, artistas plásticos y cineastas más famosos del siglo XX, del surrealismo. “Aquí hay unos capítulos en los cuales expongo los expedientes policiacos que se hicieron para registrar todo tipo de vandalismos cometidos por los surrealistas.
“Cuando ellos llegaron de la Primera Guerra Mundial venían absolutamente enfadados, rencorosos y con ganas de demostrar esa furia y ese desencanto por un gobierno que los había enviado a morir en cantidades impensables frente a las ametralladoras alemanas, entonces, cada vez que los surrealistas encontraban en la calle a alguno de los periodistas, de los políticos, de los diputados, de los militares o de los sacerdotes, que los habían azuzado para entrar a enlistarse en el ejército francés, los insultaban, se hacían de palabras con ellos y con mucha frecuencia terminaban haciéndose de golpes y pasaban la noche en la comisaría”, mencionó.
Solares platicó cómo buscó esas historias en la policía de París, sin tener éxito: “así que desde el 2002 para acá, a ratitos había estado creando yo los expedientes policiacos de Bretón, de Aragón y de todos los personajes de esta novela, basándome en hechos absolutamente reales”.
“Para Bretón he consultado más de cinco biografías, tengo un librero lleno en mi sala solamente de las revistas, libros, cuadernos y catálogos que he tenido que consultar para crear esos expedientes, eso ahí la información es completamente fidedigna”, declaró. “Para tener derecho a hablar de esa información y del mundo real y no presento los bloques de las toneladas de información, sino lo que Pierre Le Noir piensa de todos esos expedientes”.
Cuestionado sobre si hay alguna referencia real o algún registro en el que se haya basado la Guardia Nocturna a la que pertenece Le Noir, Solares dijo que investigó a fondo la policía parisina. “Me di cuenta que en esa década había cuatro brigadas de la Policía parisina: la de secuestros, la de estupefacientes, la de robo y la de homicidios. Yo le añadí una quinta brigada, completamente imaginaria, en la cual los encargados de ese departamento se encargarían de resolver los crímenes que la ciencia no puede resolver por las vías habituales, le llamé la Brigada nocturna, ahí puse a Pierre Le Noir y al comisario McGrau, y a una serie de científicos anatomistas, tengo ahí, por ejemplo, a un cirujano capaz de hacer la disección de un minotauro si fuera necesario y especialistas en venenos”.
“Fue muy divertido crear esa brigada y al mismo tiempo tener un pretexto para investigar de cerca las vidas de André Bretón, de Luis Aragón, de Lorena Carrington, fue extraordinario. Entonces, me dediqué a eso durante más de 20 años”, puntualizó.