El estudio del microARN ha abierto enfoques para tratar enfermedades como el cáncer porque ayuda a regular cómo funcionan los genes en nuestras células, detallan los doctores Aaron Domínguez y Ángel Miliar, ambos de la Escuela Superior de Medicina del IPN, en entrevista con GALILEO, el programa sobre ciencia de Estudio B.
Ciudad de México, 25 de octubre (SinEmbargo).– Dos científicos estadounidenses ganaron hace dos semanas el Premio Nobel de Medicina 2024 por descubrir los microARN, pequeños fragmentos de material genético que sirven como interruptores dentro de las células que ayudan a controlar su funcionamiento.
Esas investigaciones ya se aplican en México, en el área biomédica, y son científicos mexicanos quienes trabajan en ellas. Si los científicos comprenden mejor cómo funcionan y cómo manipularlas, esto podría conducir a tratamientos poderosos para enfermedades como el cáncer.
El trabajo de los estadounidenses Victor Ambros y Gary Ruvkun está “demostrando ser fundamentalmente importante para la forma en que los organismos se desarrollan y funcionan”, dijo el panel que otorgó el premio en Estocolmo.
This year’s #NobelPrize in Physiology or Medicine honours two scientists for their discovery of a fundamental principle governing how gene activity is regulated. They discovered microRNA, a new class of tiny RNA molecules that play a crucial role in gene regulation. pic.twitter.com/EfCIrTGRnL
— The Nobel Prize (@NobelPrize) October 7, 2024
Sus hallazgos “revelaron una nueva dimensión a la regulación genética, esencial para todas las formas de vida complejas”, indicó el panel.
LA CLAVE DEL ARN
El ácido ribonucleico (ARN) es mejor conocido por llevar instrucciones sobre cómo producir proteínas a partir del ADN en el núcleo de la célula hasta las pequeñas fábricas celulares encargadas de construir las proteínas. El microARN no produce proteínas, pero ayuda a controlar lo que hacen las células, incluida la activación y desactivación de genes críticos que producen proteínas.
El Nobel de Medicina del año pasado fue otorgado a científicos que descubrieron cómo manipular uno de esos tipos de ARN, conocido como ARN mensajero o ARNm, que ahora se usa para fabricar vacunas contra el COVID-19.
El descubrimiento revolucionario de Ambros y Ruvkun se hizo inicialmente en gusanos; buscaban identificar por qué algunos tipos de células no se desarrollaban en dos cepas mutantes de gusanos comúnmente utilizados como modelo de investigación en la ciencia.
Understanding the regulation of gene activity has been an important goal for many decades. If gene regulation goes awry, it can lead to serious diseases such as cancer, diabetes, or autoimmunity.#NobelPrize pic.twitter.com/lPskRiRXxR
— The Nobel Prize (@NobelPrize) October 7, 2024
El estudio del microARN ha abierto enfoques para tratar enfermedades como el cáncer porque ayuda a regular cómo funcionan los genes en nuestras células, detallan los doctores Aaron Domínguez y Ángel Miliar, ambos de la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en entrevista con GALILEO, el programa sobre ciencia de Estudio B.
Hay pruebas clínicas en marcha para estudiar cómo podrían emplearse técnicas con microARN para ayudar a tratar el cáncer de piel, aunque todavía no hay ningún tratamiento farmacológico aprobado por los organismos reguladores.
EL CASO MEXICANO
“En el área de investigación hay ya grupos que trabajan con estas investigaciones [del Nobel]”, explica el doctor Miliar. En la ESM enfocamos nuestros esfuerzos en estudiar cómo se regulan genes en enfermedades como el alzhemier, y hemos observado que hay varios microARNs que pueden ser interesantes en cuestión de tratamiento, no sólo de entender la patología, sino de posibles blancos para poder tratarla”, explicó.
Otro de los estudios que ya se realizan en México es el de la diabetes tipo 1. “Son moléculas para monitorear la evolución de la enfermedad, la idea es utilizarlos como marcadores tempranos: que los enfermos no lleguen a cuadros clínicos severos. Si usamos este conocimiento para subsanar todas esas alteraciones graves de algunas patologías, será un avance muy interesante para nosotros”, concluyó el experto.
MicroRNA genes have evolved and expanded within the genomes of multicellular organisms for over 500 million years.
Today, we know that there are more than a thousand genes for different microRNAs in humans, and that gene regulation by microRNA – discovered by this year’s… pic.twitter.com/uQ2W0NMytm
— The Nobel Prize (@NobelPrize) October 7, 2024
Por su parte, el doctor Domínguez también detalló que el trabajo en equipo que se realiza en el IPN incluye trabajos con niños que sufren parálisis cerebral. “Ahí es dónde medimos la presencia de microARN en su saliva. podemos analizar fluidos corporales, hemos encontrando diferencias en estos niños con respecto a niños de desarrollo típico, estamos en proceso de publicación de esos trabajos”, adelantó.
“Trabajamos también con modelos animales para crear dietas con ratas obesas y darles tratamiento con compuestos naturales y ver cómo esos procesos son regulados por estos compuestos. Por otra parte tenemos líneas de investigación donde podemos verificar si una persona hace ejercicio cómo estos microARNs se modifican con el efecto del movimiento. Eso nos daría la aptitud física que pueden tener las personas: estamos hablando de determinar también capacidades, no solo en estado de enfermedad, sino en estado sano”, explicó el doctor.
“Pero créannos, que es una labor ardua, porque conseguir material humano no es nada fácil y la investigación biomédica es bastante cara. Día a día hacemos el esfuerzo, nosotros y con nuestros alumnos, y buscamos colaboraciones de manera intensa”, concluyó Domínguez.