“Sólo cuento con un salón, el cual me sirve como comedor, como salón de clase, y como dormitorio debido a que los niños que estudian en esta institución son de comunidades alejadas a más de cinco o seis horas que recorren caminando”, dice el mensaje.
Ciudad de México, 25 de octubre (SinEmbargo).– Una maestra de la sierra Tarahumara, en el estado de Chihuahua, utilizó las redes sociales para solicitar la ayuda del Gobernador Javier Corral o del Presidente Andrés Manuel López Obrador pues la escuela en la que labora es de difícil acceso. Los pequeños deben quedarse a dormir durante todo el ciclo escolar en condiciones de pobreza extrema.
A través de Twitter, la docente indígena de la comunidad Río Tuaripa, en el municipio de Guadalupe y Calvo –en el llamado “triángulo dorado”–, compartió un mensaje acompañado de varias fotografías donde muestra las aulas adaptadas en las que viven los menores y deseó que llegaran al Gobernador del estado o incluso al primer mandatario.
“Hola … soy una maestra que trabaja en una comunidad indígena rarámuri del estado de Chihuahua, y me gustaría que estas fotos llegaran al señor Gobernador Javier Corral o quizá al mismo Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador”, se lee en el tuit.
La profesora señaló que la escuela es de difícil acceso, toda vez que el puente que conecta a la comunidad con la escuela cayó al desbordarse un río.
“…Es una comunidad aledaña de difícil acceso a la cual, para llegar a la escuela se tiene que cruzar un río porque no contamos con un puente… y como ven, ante la naturaleza no se puede hacer nada”, explicó la docente.
“En ocasiones el río sale extremadamente grande y al momento de cruzarlo se pone en riesgo la vida de los maestros que ahí trabajamos y la familia que nos acompaña”, agregó.
La maestra externó en su mensaje que el salón donde imparte clases también funge como dormitorio y comedor, pues los niños deben dormir ahí todo el ciclo escolar debido a que viven a unas cinco o seis horas del aula.
“Sólo cuento con un salón, el cual me sirve como comedor, como salón de clase, y como dormitorio debido a que los niños que estudian en esta institución son de comunidades alejadas a más de cinco o seis horas que recorren caminando”, dice el mensaje.
Agregó que únicamente son ella y una coordinadora las que se encargan de ver por los alumnos: “Llegan y se establecen ahí y permanecen durante los periodos escolares, sin sus padres y los encargados de ellos somos una coordinadora de cocina y yo que somos las que estamos ahí en la escuela”.
“Por favor hagamos una cadena compartiendo esta publicación para que llegue a las personas indicadas. Me parte el corazón esto”, finalizó.
RARÁMURIS EXIGEN AYUDA
Alrededor de 300 rarámuris de comunidades que pertenecen a los municipios de Bocoyna y Guachochi, Chihuahua, bloquearon a la entrada de San Juanito el paso de la camioneta negra en la que viajaba el Presidente Andrés Manuel López Obrador para informarle que tienen hambre. Le pidieron fuentes de empleo y la entrega de programas sociales que aún no les llegan, una exigencia reiterada desde hace meses al Delegado de Bienestar de Chihuahua, Juan Carlos Loera de la Rosa,denunciado ante la Secretaría de la Función Pública por presunto nepotismo.
“Nos tienen totalmente olvidados, totalmente aislados de los programas del Gobierno federal”, dijo vía telefónica Luis Carlos González, de Bocoyna y coordinador de la Marcha del Hambre o Marcha por el Trabajo, en la que participaron mujeres, niños y hombres de las comunidades dispersas de la Sierra Tarahumara como Panalachi (a 54 kilómetros de San Juanito, Bocoyna, u 11 horas caminando), Sisoguichi (a 34 kilómetros), Sagoachi (a 22 kilómetros), entre otras.
“Estamos solicitando a las comunidades ayuda alimentaria, que nos apoyen con una despensa o algo para combatir la hambruna aquí en las comunidades que están más alejadas, en lo que el Gobierno voltea a ver a la población indígena”, afirmó Luis.
En el municipio de Bocoyna viven más de 23 mil habitantes, de los cuales el 58 por ciento está en situación de pobreza y en Guachochi habitan 32 mil personas, de las cuales el 64 por ciento vive en esa situación, de acuerdo con las cifras más recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval, 2015).
Ramón Galdea, dirigente de la Cooperativa de Artesanos Indígenas Rarámuris, también participó en la marcha. “Lo que quieren los rarámuris es trabajar, no depender de nadie como cualquier persona. Sin trabajo no se puede hacer nada. Y en la Sierra no hay trabajo ni nada, más que de traficante”, aseguró.
Desde diciembre cuando se eliminó Prospera por el cambio de Gobierno federal, están comiendo Maseca con la hierba quelite y no están tomando pinole porque no hay maíz, contó Galdea.
– Con información de Dulce Olvera