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Adela Navarro Bello

25/08/2021 - 12:04 am

Pobres investigaciones criminales

“En México no se ha investigado, adecuada e integralmente, la fortuna ilícita de los hermanos Arellano Félix, lo cual permite a esa organización criminal seguir operando impunemente”.

Eduardo “A” fue entregado a las autoridades mexicanas este lunes. Foto: Twitter @FGRMexico

Marisela Morales Ibáñez, se convirtió, en abril de 2011, en la primera Procuradora General de la República en México. Maestra en ciencias penales por el Instituto Nacional de Ciencias Penales, había sido sub procuradora de investigación especializada en delincuencia organizada en la misma PGR.

Cuando titulaba la SIEDO, su área, en coordinación con el Ejército Mexicano, detuvo a Eduardo Arellano Félix. Fue en Tijuana en 2008. Por supuesto habían tenido colaboración de las autoridades de los Estados Unidos, instituciones que realmente lo buscaban, pues le habían fincado siete cargos relacionados con el tráfico, importación y distribución de droga, y lavado de dinero.

En México, en aquel entonces, el apodado “el doctor”, y entre los mayores del clan Arellano Félix, no tenía ni una investigación abierta, ya no digamos una orden de aprehensión en su contra.

Pero Marisela Morales había iniciado en la SIEDO, la investigación de los cárteles que en aquella época, eran notorios en el país por la violencia que generaban para distribuir drogas, tanto en territorio nacional, como su importación de Centroamérica, y su exportación a otros países, entre ellos y por motivo de vecindad y frontera, los Estados Unidos.

Había establecido grupos de investigación y carpetas de información por cárteles de las drogas, para su ubicación, seguimiento y combate. Lo mismo había en los expedientes los generales de los capos, que de las células criminales que estaban a su servicio, como las redes de lavado de dinero. La información era abastecida conforme avanzaban las indagaciones, y así se hizo el organigrama de los cárteles en México.

Hoy, nada de eso existe. La SIEDO pasó a ser SEIDO en el sexenio de Enrique Peña Nieto, y FEMDO en la Fiscalía General de la República que es, ahora y presumiblemente, autónoma del Gobierno de la República.

Hace unos días, con motivo de una investigación especial sobre la impunidad financiera al cártel de los hermanos Arellano Félix, un equipo de reporteros del semanario ZETA, solicitaron información a las áreas de investigación, sobre la indagación a la ilícita fortuna de los criminalmente célebres, hermanos mafiosos. No hay nada.

En la FEMDO, ya no se investiga a los cárteles de las drogas por zonas, por áreas, por estructuras, o por redes de lavado de dinero, todos están en una máquina revolvedora donde no hay organización. Respondieron a las solicitudes de ZETA, que no había documentación segmentada por organización criminal. Mucho menos, relacionada con los bienes decomisados. Nada. De lo actual, aseguraron suficientemente, que no podía proporcionar información porque se trataba de “investigaciones en proceso”, frase utilizada de manera frecuente para negar acceso a la información, y, particularmente, para responder las solicitudes oficiales de transparencia de información.

En el Instituto para devolver al pueblo lo robado, antes SEA (sistema de administración y enajenación de bienes), dependiente de la secretaría de hacienda y crédito público, está  en las mismas. Los directivos prefieren no hablar con la prensa y menos si trata de un cártel, así sea el minado cártel de los hermanos Arellano Félix. No pueden decir los bienes que les han decomisado, y mucho menos de aquello que aseguraron y en tribunales los familiares de los criminales les ganaron y hubieron de regresarlo.

La versión extraoficial de la UIF, es que sí se investiga al clan Arellano, pero solo en el ala que se ha aliado al Cártel Jalisco Nueva Generación, estructura criminal a la que sí le han congelado bienes, junto al Cártel de Sinaloa, las dos organizaciones criminales más grandes y violentas que se tengan desarrolladas en el país.

Eduardo Arellano Félix, fue liberado de una prisión de los Estados Unidos el jueves 18 de agosto, pero inmediatamente entregado a las autoridades migratorias de aquel país, quienes lo custodiaron mientras se realizaba el trámite de deportación, y entrega a México. Y hay que decirlo, le dieron tiempo a la FGR, para que “armara” un caso contra el Arellano en cuestión. Y así fue.

A Arellano lo recibió la Agencia de Investigación Criminal de la FGR, para detenerlo en base a una carpeta de investigación por delincuencia organizada y asociación delictuosa. Investigación que en 2008 no existía, de hecho, esta será la primera ocasión que en México se investigue a Eduardo Arellano Félix.

Nada dicen sobre su fortuna, que una parte debió entregar a los Estados Unidos en el acuerdo que hizo para la diminución de su pena, como lo hicieron el resto de sus hermanos presos en aquel país. En México no se ha investigado, adecuada e integralmente, la fortuna ilícita de los hermanos Arellano Félix, lo cual permite a esa organización criminal seguir operando impunemente.

El cuento de nunca acabar, hay detención, pero hay impunidad financiera. Hay investigaciones, pero a medias. Hay información pero se oculta. Y esa opacidad, solo beneficia a los criminales, en cuanto vulnera a los ciudadanos.

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