Ciudad de México, 25 de agosto (SinEmbargo).— El Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Gonzalo Hernández Licona, atribuyó el aumento de alrededor de 2 millones de personas pobres en el actual gobierno a la política económica, que no ha permitido mejoras en el ingreso de la población en los últimos 30 años, al tiempo que defendió la política social del gobierno y a su programa más importante, la Cruzada Nacional contra el Hambre (CNH).
En su comparecencia ante integrantes de la Segunda Comisión de la Comisión Permanente en el Senado de la República, Hernández Lecona expuso que la pobreza se combate con una política social y una política económica y que “si algo ha hecho bien el Estado mexicano ha sido coberturas básicas a mexicanos y mexicanas, especialmente en la población más pobre para abatir rezagos”.
Por el contrario, aseguró, lo que ha fallado es la política económica para aumentar el ingreso de las personas, ya que el ingreso de las familias para 2014 era prácticamente el mismo que en 1992.
“Es muy difícil pensar en reducir pobreza a largo plazo cuando tenemos un poco avance del ingreso en los últimos 25, 30 años”, dijo.
El funcionario atribuyó a las crisis financieras, la desaceleración de la economía y el aumento de precios de los alimentos la falta de crecimiento de los ingresos, mientras que defendió que fue gracias a las políticas sociales que el número de pobres no fue mayor en los dos primeros años del gobierno actual.
Incluso aseveró que si el ingreso no se hubiera reducido en estos años, habría disminuido el numero de pobres. Bajo esa lógica, afirmó que si los programas sociales no existieran la cantidad de personas pobres sería mayor.
“¿Qué pasaría con la pobreza y la pobreza extrema de no existir transferencias gubernamentales hacia la población, especialmente la población en pobreza extrema. Bueno, la población en pobreza extrema sería mayor de no existir este apoyo que el Estado mexicano ha decidido darles, especialmente a la población en pobreza extrema”, dijo.
El pasado 23 de julio, Coneval presentó las cifras generales de pobreza en el país: el número absoluto de mexicanos en pobreza aumentó de los 53.3 millones que había en 2012 a los 55.3 millones que se contabilizaron al 2014; un aumento de casi 2 millones de personas.
Por el contrario, la cantidad de personas en pobreza alimentaria aumentó de 27 millones 400 mil en 2012 a 28 millones en 2014. Precisamente combatir esa carencia es el objetivo de la CNH, el programa insignia del gobierno federal en materia social.
La medición de pobreza la integran dos elementos que han tenido evoluciones contrarias: la cobertura de servicios básicos (educación, salud, seguridad social, vivienda, alimentación, servicios básicos) y el ingreso de las familias. Se basa en los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) recolectados entre agosto y noviembre del año pasado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Asimismo, se considera que la población del país pasó de 117.3 en 2012 a 119.9 millones de habitantes en 2014.
La Cruzada Nacional Contra el Hambre inició operaciones en enero de 2013. El programa abarca a una población de 7 millones de personas a las que busca sacar de la pobreza extrema y subsanar sus carencias alimentarias. Esta última ha sido la única carencia que se ha mantenido, ya que en estos dos últimos años se logró disminuir el número de personas que no tenían acceso a seguridad social o a servicios básicos en la vivienda, principalmente.
De los mil 012 municipios atendidos en las dos etapas de la Cruzada (400 en su primera etapa y 612 en la segunda), Coneval encontró una reducción de sólo 0.6 por ciento en la pobreza extrema alimentaria. En cuanto al acceso a la alimentación la reducción fue de cero puntos porcentuales, también en los dos años de su implementación.
Al ser cuestionado por la Diputada perredista Lizbeth Rosas sobre esos resultados contrarios al objetivo de la Cruzada, Hernández Licona insistió en que eso se debía también a un problema del ingreso, no de la política social.