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María Rivera

25/07/2024 - 12:01 am

Nada

“Una nueva oposición tendrá que surgir de esa debacle, e incluso de otras partes del espectro político, o Morena gobernará mucho más que dos sexenios”.

“Nada, querido lector, ni un solo argumento de la oposición dejó en pie el proyecto de los magistrados, con los que buscaban deslegitimar a la ganadora de las elecciones”. Foto: Galo Cañas, Cuartoscuro

Pues todo apunta, querido lector, a que la derrota de la oposición será total en este proceso electoral. No solo perdieron abrumadoramente en las urnas, también perderán las impugnaciones a la elección presidencial, según el proyecto que el Tribunal Electoral llevó a cabo para calificar la elección, a cargo de los magistrados Felipe de la Mata y Felipe Fuentes y que se hizo público el día de ayer.

En este no se validan las denuncias de la oposición de que el presidente López Obrador llevó a cabo una intervención sistemática y reiterada en el proceso electoral, ni el uso de programas sociales, ni la violencia generalizada, ni la coacción y compra de votos, y por supuesto, el proyecto rechaza conceder la anulación de la elección presidencial, a la que consideraría válida.

Nada, querido lector, ni un solo argumento de la oposición dejó en pie el proyecto de los magistrados, con los que buscaban deslegitimar a la ganadora de las elecciones. Una vergüenza más para quienes sin el menor asomo de honestidad intelectual, se dedicaron a repetir, desde los medios, que se había llevado a cabo una “elección de Estado”. Un duro golpe que se suma a su debacle del dos de junio y al que seguramente se sumará el último y definitivo, cuando el INE asigne las diputaciones de representación proporcional y Morena y sus aliados obtengan la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.

Esto si el INE no cede a la presión que la oposición está llevando a cabo en los medios a través de ex funcionarios del INE y especialistas para tratar de evitarlo a toda costa. Se ve difícil, sin embargo, que esto vaya a suceder, pero ellos apuestan por esa última carta. No será extraño pues que su guerra suba de tono los próximos días después de haber perdido la batalla de la calificación de la elección en el Tribunal Electoral. Chantajes y amenazas sobre los consejeros electorales y magistrados se seguirán vertiendo para tratar de influir en su interpretación de la norma constitucional y así frenar a Morena y sus aliados al asignarles menos diputaciones de las que, por ley, les corresponden. La ex candidata Xóchitl Gálvez, de hecho, amenazó ayer con movilizaciones sociales para tratar de chantajear a las autoridades electorales y evitar así la última consecuencia de las elecciones del dos de junio.

Veremos, querido lector qué ocurre con la última batalla que les queda, si sus amenazas y chantajes surten efecto o no. Por lo pronto, el proyecto de calificación de la elección presidencial es suficientemente contundente como para desacreditar la narrativa completa que señalaba al presidente por intervenir ilegalmente en el proceso electoral y por usar los apoyos sociales a favor de Morena. Deja muy mal parados a quienes, con total descaro, opinaban que esta había sido una elección de Estado y no lo que fue, una elección democrática.

¿Qué hará después la oposición? ¿tendrá cómo recomponerse? ¿cuál será la nueva narrativa para tratar de deslegitimar la elección y a la próxima presidenta? Cuando el proceso termine y se ponga ya punto final, la oposición o las oposiciones necesitarán reconfigurarse o de plano fundarse. No se ve cómo el PRI o el PAN vayan a poder convocar a nadie más, fuera de sus fieles seguidores y votantes de siempre, incapaces de pesar electoral y políticamente en la nueva configuración política del país.

Una nueva oposición tendrá que surgir de esa debacle, e incluso de otras partes del espectro político, o Morena gobernará mucho más que dos sexenios. Sería bueno que se dieran cuenta de ello ya que fueron incapaces de verlo hace seis años. Aunque del PRI no hay nada que esperar, como se está viendo, salvo que su dirigente lo termine de hundir en el fango, sea devorado por las arenas movedizas del pantano hay, debe de haber una oposición distinta a la que hasta ahora conocemos. O debería de haberla, porque el poder que la futura presidenta Claudia Sheinbaum tendrá será enorme si consiguen la mayoría calificada en el Congreso.

Una incógnita, querido lector, una incertidumbre que ahora nos rodea sobre el futuro ¿cómo será el nuevo gobierno? ¿cómo será como gobernante la primer mujer presidenta? ¿cómo terminará el gobierno de López Obrador?

Lo sabremos en apenas unos meses, cuando se termine de configurar el nuevo gobierno y el saliente termine. Esperemos lo mejor, querido lector.

María Rivera
María Rivera es poeta, ensayista, cocinera, polemista. Nació en la ciudad de México, en los años setenta, todavía bajo la dictadura perfecta. Defiende la causa feminista, la pacificación, y la libertad. También es promotora y maestra de poesía. Es autora de los libros de poesía Traslación de dominio (FETA 2000) Hay batallas (Joaquín Mortiz, 2005), Los muertos (Calygramma, 2011) Casa de los Heridos (Parentalia, 2017). Obtuvo en 2005 el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes.

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