En los comicios participan casi 40 mil candidatos que pujan por puestos en los 22 departamentos de Guatemala, un país que no será fácil de gobernar y que es agobiado por la corrupción, narcotráfico, migración, inseguridad y donde la situación se ha agravado los últimos años debido a un deterioro de la democracia y el Estado de Derecho, según los expertos.
Por Sonia Pérez D. y Christopher Sherman
CIUDAD DE GUATEMALA (AP).— Los guatemaltecos acuden el domingo a las urnas a elegir Presidente y Vicepresidente para los próximos cuatro años, en uno de los comicios más accidentados de la historia reciente del país centroamericano, en los que se excluyó a candidatos opositores y hubo señalamientos de proteger candidaturas que auguran la continuidad del sistema.
Poco más de nueve millones de votantes, la mayoría mujeres, están aptos para elegir también a 160 diputados al Congreso, 340 alcaldes municipales y 20 diputados al Parlamento centroamericano. Entre los electorales también se cuentan a unos 95 mil migrantes guatemaltecos que viven en Estados Unidos y que podrán ejercer su voto en centros habilitados en Nueva York y California.
Debido a que ninguno de los 22 candidatos presidenciales se aproximó en las encuestas al umbral del 50 por ciento requerido para alzarse con la victoria, era casi seguro que se realizaría una segunda vuelta el 20 de agosto entre los dos aspirantes más votados.
Las primeras urnas abrieron a las 7:00 de la mañana, hora local, en algunos lugares incluso con personas haciendo fila para emitir su sufragio. Los centros de votación cerrarán a las 6:00 de la tarde.
Aroldo Tronconi fue uno de los primeros en llegar al Centro de Votación en un instituto de la zona 21 de la capital guatemalteca, una de las zonas urbanas más pobladas. El hombre, de 64 años y aquejado por parálisis debido a un disparo en la espalda motivo de la inseguridad, dijo que llegó temprano a emitir su voto “para que sus hijos no hereden un país sin oportunidades”.
El hombre, un jubilado del seguro social, explicó que ninguno de los candidatos propuesto llena sus expectativas, pero que aún así él cumple con su deber ciudadano.
En la Escuela Urbana Mixta No. 2, un centro que combina primaria y secundaria, en el municipio de Sumpango, del departamento de Sacatepéquez, los votantes comenzaron a hacer fila afuera, cerca de un mural pintado en la pared, una hora antes de que comenzara la votación.
Todo parecía ordenado cuando los votantes ingresaron al patio de la escuela y fueron dirigidos a las aulas donde debían emitir sus votos.
Marleny Cabrera, maestra de primaria de 29 años en otra escuela, dijo que estaba buscando un cambio en el rumbo del país.
“Creo que se le ha dado un énfasis menos estable a la educación y la salud”, indicó. “En mi caso busco el bien de los niños de nuestra comunidad y vine a elegir el bienestar de Guatemala”.
Melanie Cay Mutzuma esperó para emitir su voto en su primera elección. La comerciante de 19 años dijo que estaba nerviosa y buscaba candidatos que le permitieran votar “por algo diferente a todos los habituales”.
“Todos queremos un cambio”, manifestó. “Lo primero que tenemos que hacer es venir a votar”.
La jornada registró algunos incidentes de violencia. En el municipio de San Martín Zapotitlán, en el departamento de Rethauleu, al sur del país, hubo un enfrentamiento entre votantes que denunciaron que personas que no eran de la zona llegaron a votar allí. En imágenes divulgadas por el medio local NotiReu se observan forcejeos, lanzamiento de gas lacrimógeno y la quema de papeletas. También se reportan varias personas detenidas.
Mientras que en el municipio de San José del Golfo, del departamento de Guatemala, la Junta Electoral Municipal del lugar renunció a continuar con la jornada debido a incidentes de violencia ocurridos la víspera en que vecinos denunciaron acarreo de personas por parte de partidos políticos.
De los 340 municipios en 22 departamentos del país, uno 62 municipios están calificados como de mayor riesgo a posibles incidentes, entre ellos San José del Golfo y San Martín Zapotitlán.
El Presidente Alejandro Giammattei, que no puede aspirar a la reelección, hizo el viernes un esfuerzo por validar el proceso electoral y apaciguar los señalamientos, diciendo que las elecciones son “una muestra más de que vivimos en una democracia sólida y que se consolida con elecciones periódicas, libres y participativas”.
“Como primer servidor público de la nación, les aseguro que mi Gobierno ha brindado todas las garantías para que la jornada electoral se lleve a cabo en un clima de paz, transparencia y seguridad”, reafirmó el mandatario.
Los señalamientos han recaído en el Tribunal Supremo Electoral por sus criterios discrecionales al momento de inscribir o no a candidatos a cargos de elección. Algunos opositores como Thelma Cabrera, la única mujer indígena de izquierda que pretendía postularse que corría acompañada del exprocurador Jordán Rodas, se les negó la inscripción por falta de requisitos.
Carlos Pineda, candidato de derecha populista que las encuestas daban como favorito, también quedó fuera por presuntas irregularidades en su designación.
Los señalamientos llegan desde dentro y fuera, como el formulado por la exfiscal General Thelma Aldana, asilada en Estados Unidos luego de denunciar persecución y criminalización en su contra. “Lo que no permite elecciones libres y democráticas en Guatemala es la corrupción e impunidad”, dijo en su cuenta oficial en Twitter.
“Operadores de justicia, periodistas y defensores de derechos humanos, estamos en el exilio y presos por luchar contra los corruptos que quieren seguir gobernando”, arremetió la exfiscal.
El Tribunal Supremo Electoral, así como las cortes de justicia, que entran a dilucidar conflictos electorales cuando lo requieren las partes, favorecieron a dos candidatas punteras: Sandra Torres, que llega acompañada de Romeo Guerra, un pastor evangélico, lo cual prohíbe la Constitución; y Zury Ríos, hija del exdictador Efraín Ríos Montt, pese a que la Carta Magna también prohíbe ocupar la Presidencia a quien haya encabezado un golpe de Estado (como lo hizo Ríos Montt en 1982) y a sus familiares.