Alan asegura que, durante esos ocho meses de peleas y disputas, “una de las cosas más fuertes fue la discriminación” que sufrieron por parte de la casa hogar de su hijo y autoridades estatales, ya que se convirtieron en el primer matrimonio homosexual en adoptar en Guanajuato.
Ciudad de México, 25 de junio (EFE).- Alan y Daniel, la primera pareja homosexual del estado mexicano de Guanajuato en adoptar, sonríen al hablar de su hijo, Emiliano. Tenerlo al fin en casa les ha costado una batalla legal y de resistencia, pero su perseverancia les ha dado la oportunidad de criar a un niño y de convertirse en un icono para las familias homo parentales.
“Es bien bonito (tener un hijo) y te cambia completamente toda tu visión y toda tu rutina”, explica este jueves, a Efe un sonriente Alan Alcantar, sentado en su sofá junto a su marido, Daniel Vela. Emiliano estaba acostado a la hora de la entrevista.
La historia de Alan y Daniel es como la de muchas parejas de hoy: se conocieron por internet, se gustaron y su romance acabó en matrimonio. Y luego buscaron ser padres, aunque esa parte no fue tan fácil.
Su caso fue tratado en un principio como otro cualquiera por la oficina del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de su ciudad, León, pero los problemas empezaron cuando ya tenían cita para conocer al menor que les correspondía adoptar.
TRABAS LEGALES
“Un día antes de la fecha para conocerlo, nosotros llamamos porque no nos habían dado la hora para hacer el encuentro. Yo marco para saber qué estaba pasando, a qué hora y todo, y me dicen que no se va a poder seguir con el proceso, que nos tenemos que esperar”, revela Daniel.
El motivo de su cancelación lo descubrieron al presentarse en el DIF al día siguiente. “Nos dicen que no vamos a poder seguir con el trámite porque lamentablemente cae en una pareja homoparental”, denuncia Alan.
El personal del área de adopción les dijo que se les iban a venir encima el resto de familias de Guanajuato, un estado de marcada tradición conservadora.
En ese momento, la pareja buscó asesoría legal en unos amigos abogados, porque hasta ahí todos los cursos de capacitación y la expedición de los certificados necesarios no había diferido en nada del proceso habitual para una familia heterosexual.
Alan y Daniel interpusieron una denuncia, porque la ley los amparaba: desde 2010, la Suprema Corte de Justicia de la Nación aprobó a nivel federal el derecho de adopción para matrimonios gays, pese a que algunos estados como Guanajuato no implementaran mecanismos específicos.
“Toda esta pelea (legal) duró como siete meses, siete mesecitos, y por fin el juez decide que todo el trabajo que habíamos hecho, todo estaba en perfecto estado, que estaba bien y no había por qué detenernos el trámite”, relata Alan.
MÁS DISCRIMINACIÓN
Pero todavía quedaba otra batalla por librar. El orfanato en el que vivía Emiliano, hoy de 4 años, no quería recibir al matrimonio, por lo que tuvieron que trasladar al menor a otro que sí lo hiciera. Eso retrasó el proceso otro mes, hasta que al fin pudieron conocer a su hijo.
Alan asegura que, durante esos ocho meses de peleas y disputas, “una de las cosas más fuertes fue la discriminación” que sufrieron por parte de la casa hogar de su hijo y autoridades estatales, ya que se convirtieron en el primer matrimonio homosexual en adoptar en Guanajuato.
“Eso que nos dijeran que por ser homosexuales no íbamos a poder conocerlo sí fue como un choque muy fuerte. Más porque ya conocíamos al niño por foto, ya teníamos su cama, su recámara, su ropa. Entonces, imagínate, eso fue muy frustrante. Fue muy duro que no nos dejaran conocerlo”, cuenta.
La familia, sin embargo, no se ha sentido discriminada en su entorno, ni cuando eran dos ni ahora que son tres.
De hecho, Emiliano ya tiene guardería para el curso que viene, un centro que no puso “ningún problema” para la escolarización de un niño con dos padres gays.
DERRUMBANDO MITOS
Dani y Alan, que tienen la patria potestad del menor desde febrero, explican que desde el principio “el niño se estaba adaptando súper bien y el estaba contento” con ellos.
“Lo que los niños de las casas hogares buscan es una familia, alguien que los ame, que los quiera, que les dé todo ese amor que necesitan. No están buscando un padre o una madre. Lo que necesitan es amor y que cubran todas sus necesidades”, explica Alan.
Para demostrar todo esto, la familia abrió un canal de Youtube en el que se ve “que todo es normal, que no pasa nada porque sean dos papás”.
Su faceta como youtubers nació por un video pensado para sustituir a la marcha del orgullo gay, que no pudo celebrarse en León por la pandemia de COVID-19. Fueron grabando ese clip cuando vieron que aquello podía ser bueno.
“Emiliano estaba súper encantado, bailando y cantando súper emocionado con la cámara. Decía ‘yo hablo, yo hablo’. Entonces dijimos que estaría padre hacer un canal donde nos puedan conocer un poquito mejor. Donde vean todo lo que hacemos, que todo es normal”, explican los padres de la primera familia homoparental de Guanajuato.