En agosto del pasado año comenzó la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, un convenio comercial entre México, Estados Unidos y Canadá en vigor desde 1994 que Trump considera “terrible” por perjudicar la industria y el empleo de la primera potencia mundial.
Pese a varias rondas de negociación y a reuniones al más alto nivel, la modernización parece estancada desde hace varias semanas, impactando en la situación económica de México, especialmente en indicadores macroeconómicos como el tipo de cambio.
Por Martí Quintana
México, 25 jun (EFE).- En vísperas electorales la relación con Estados Unidos es una de las principales preocupaciones de México por la compleja modernización del TLCAN y los comentarios despectivos del jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, que amenaza con quebrar una alianza de enorme importancia.
“La negociación no ayuda a la estabilidad de la economía mexicana. Pero probablemente la negociación en sí no es un fenómeno tan grave como el antimexicanismo del presidente de los Estados Unidos”, dijo hoy a Efe el director general adjunto del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Manuel Molano.
En agosto del pasado año comenzó la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), un convenio comercial entre México, Estados Unidos y Canadá en vigor desde 1994 que Trump considera “terrible” por perjudicar la industria y el empleo de la primera potencia mundial.
Pese a varias rondas de negociación y a reuniones al más alto nivel, la modernización parece estancada desde hace varias semanas, impactando en la situación económica de México, especialmente en indicadores macroeconómicos como el tipo de cambio.
“En la era Trump, (el TLCAN) se ha vuelto un tema más complejo, aunque a fin de cuentas la integración ya es un hecho. Pero meter escollos legales crea mucha incertidumbre en los inversionistas, y esto nos trae mucha volatilidad”, dijo a Efe el profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey Héctor Villarreal.
La economía de México creció un 2 por ciento en 2017, un dato estable pero menor al 2.9 por ciento del 2016. En el primer trimestre de 2018, el Producto Interno Bruto (PIB) marcó un alza menor, del 1.3 por ciento interanual.
Aunque la inversión extranjera directa (IED) creció un 11 por ciento en 2017 hasta los 29 mil 695 millones de dólares, analistas coinciden en que la renegociación ha frenado la toma de decisiones empresariales, y, en general, ha acarreado incertidumbre.
El peso mexicano ha sido una de sus principales víctimas. Sobre todo en las últimas semanas, cuando ha superado las 20 unidades por dólar estadounidense, un valor al que no llegaba desde principios de 2017.
La guerra comercial detonada por Donald Trump -que impuso aranceles al aluminio y acero mexicano a finales de mayo y al que el Gobierno mexicano respondió con “medidas equivalentes”- no ha hecho más que recrudecer la situación.
“Los episodios de los últimos días dejan un tablero muy raro, muy incierto. Y puede tener efectos muy negativos para una economía como México, grande pero integrada a una gigante”, añadió Villarreal, también director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
A esta disyuntiva comercial se le añade un factor que dificulta enormemente la diplomacia. El temperamento de Trump y su férreo discurso contra la migración y contra México, su fijación en construir el muro fronterizo, y las continuas faltas de respeto.
Este escenario marca enormemente la situación política y económica en México, que este 1 de julio elegirá al presidente en las elecciones más grandes de su historia.
Recientemente, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, anunció que las reuniones al más alto nivel para lograr el llamado TLCAN 2.0. se reanudarán en julio, cuando México haya escogido nuevo mandatario, aunque éste no asumirá el cargo hasta diciembre.
“Todo parece indicar que la renegociación le tocará a la próxima administración, salvo que haya un cambio de tablero”, comentó Villarreal.
Los pronósticos apuntan a un marcado giro político en México con la victoria del líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
A este factor se le suman las elecciones legislativas de noviembre en Estados Unidos, que pueden restar fuerza a los republicanos.
Por todo ello se considera ya poco probable que el nuevo acuerdo comercial se cierre este año, pese a ser de vital importancia para México porque destina más del 80 por ciento de las exportaciones al país vecino.
Tampoco reina el pesimismo. El éxito o no de la renegociación “es una moneda en el aire”, apuntó Molano.
Para el experto, tener un “mal acuerdo puede ser peor” que no tenerlo y criticó las “ventajas asimétricas”, por ejemplo en el sector automotriz, que exige Trump.
Ambos economistas consideran positivo el proceder del equipo negociador mexicano. Y para Villarreal, esta puede ser una oportunidad para México de dar un giro comercial.
“La solución podría ser más TPP (Acuerdo Transpacífico) y cómo reforzar los tratados con Europa como parte de una diversificación. Aunque por la naturaleza de la relación con Estados Unidos, esta seguirá siendo primordial por muchos años”, concluyó.
El 1 de julio están llamados a las urnas 89 millones de personas para elegir al presidente de México, los diputados, los senadores, ocho gobernadores y el jefe de Gobierno de Ciudad de México, entre otros 3 mil 400 cargos.