Ciudad de México, 25 de junio (SinEmbargo).-Un aerogenerador, la versión moderna de cualquier molino de viento, podría tener una tecnología de punta que no fuese molesto para nadie. Sin embargo, la realidad es otra: sus cuchillas que se mueven a una velocidad que supera la del viento ocasionado por un huracán nivel cinco, son criticadas por algunas poblaciones a causa del ruido que emiten.
A partir de eso y como en numerosas veces anteriores, los investigadores se refugiaron en la naturaleza, específicamente en los búhos, para encontrar una solución al problema, de acuerdo con la revista especializada Wired.
En recientes estudios se probó que las turbinas a más de 200 metros de altura ocasionan un sonido que pueden repercutir en la salud de las personas, aunque estos efectos no están del todo comprobados.
A pesar que se desconoce si los aerogeneradores son los culpables de algunos malestares en la salud de los habitantes cercanos, se hicieron solicitudes para disminuir la velocidad de éstas, pero sin la velocidad planeada, estas herramientas resultan inútiles.
Un equipo de la Universidad de Cambridge publicó una investigación basada en las largas alas de los búhos, maestros del silencioso aleteo a velocidades extremas, a veces indetectables.
Los científicos descubrieron que las plumas de las aves específicamente para volar, generan vuelo y tienen una cubierta suave, así como una especie de peine flexible cuyas cerdas se encuentran al borde, además de una franja porosa justo en la orilla de sus alas.
No existe otra ave que tenga este tipo de estructura interna, de acuerdo con el Profesor Nigel Peake, del Departamento de Matemáticas Aplicadas y Física Teórica de Cambridge.
Gracias a que las alas de los búhos silencian el aire, esto les permite cazar de manera más efectiva. Por otro lado, el ruido ocasionado por los aerogeneradores se genera justo en el borde de las aspas, donde el aire está más turbulento.
A partir de la estructura de las alas de los búhos, el equipo de Cambridge junto a otros investigadores de Virginia Tech y de las Universidades Atlánticas de Florida, realizaron un prototipo de material con impresiones 3D en plástico para imitar las características del animal.
Posteriormente se hizo la prueba de las aspas de los aerogeneradores y se incluyó esta prótesis para estudiar si había una reducción en el ruido. Los resultados mostraron que la generación del sonido se redujo por 10 decibeles y la aerodinámica del artefacto eléctrico no fue afectada.
Aunque no se sabe si se aplicará a los aerogeneradores, los científicos prevén que esta tecnología se pueda aplicar a los aviones, donde las turbinas generan un alto nivel de sonido.