Sólo quedan ocho vaquitas marinas en el mundo, siendo una de las especies endémicas del Golfo de California con mayor peligro de extinguirse.
Por Henry Shuldiner
Ciudad de México, 21 de abril (Insight Crime).- El enfoque errático del Gobierno mexicano para salvar la vaquita marina en el mar frente al estado noroccidental de Baja California sólo ha promovido la amenaza crítica que la pesca ilegal representa para la especie.
Luego de años de colaboración con la Sea Shepherd Conservation Society (SSCS) para combatir la pesca ilegal, el Gobierno mexicano anunció el nacimiento de dos vaquitas marinas en abril del 2022. Tanto la organización como la marina mexicana apuntan al patrullaje de la zona como la causa de la recuperación de la vaquita. Las cifras más recientes estiman que sólo quedan ocho vaquitas marinas en la zona, y el mundo, pues son una especie endémica del Golfo de California.
El nacimiento de las vaquitas fue sorpresivo, pues en julio del 2021 el Gobierno reemplazó su política de cero tolerancia a la pesca en el Área de Refugio para la Protección de la Vaquita. Aunque aún se prohíbe la pesca con redes de enmalle en la Zona de Tolerancia Cero (ZTC), esta es sólo una pequeña parte del Área de Refugio. Además, la nueva política ahora incluye una escala de sanciones para los pescadores que sean infractores recurrentes. Para los expertos, la medida genera preocupación, pues dada la ineficacia de la ZTC en prevenir la pesca ilegal es poco probable que las nuevas sanciones cumplan su función.
Adicionalmente, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES – por sus cifras en inglés) aprobó la comercialización del pez totoaba, presente en el hábitat de la vaquita, en marzo de este año. Las vejigas de totoaba son apreciadas como un manjar en China y traen altos precios allí, lo que lo convirtió en un objetivo principal para la pesca ilegal en México.
Hasta marzo, la exportación legal de totoaba complica aún más la aplicación de medidas contra la pesca ilegal, y los expertos temen que incremente la demanda del pez, poniendo a la vaquita en un peligro mayor.
Aunque las vaquitas no son el objetivo de la pesca ilegal, son capturadas accidentalmente, lo que ha reducido considerablemente su población. Con frecuencia, estos cetáceos mueren al enredarse en las redes utilizadas por los pescadores para atrapar totoabas, camarones, y otros peces.
ANÁLISIS DE INSIGHT CRIME
Dado que intentar controlar el número de pescadores en el hábitat de la vaquita sigue siendo un reto, la Fiscalía General de la República (FGR) ha cambiado su enfoque, concentrando esfuerzos en perseguir a los traficantes de animales vinculados a la comercialización de totoaba.
En febrero de 2021 el Gobierno modificó el código penal para incrementar las penas por el tráfico de totoaba bajo la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada. Esto llevó a una serie de capturas de presuntos traficantes que tenían vínculos con grupos criminales. Una fuente en un grupo de conservación en la zona, que prefirió no ser citada por razones de seguridad, dijo a InSight Crime que esta fue la primera operación de inteligencia en dar con los traficantes y no sólo con los pescadores que ponen las redes en el agua.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos para desmantelar las estructuras detrás del tráfico de vejigas de totoaba, la marina mexicana no cuenta con muchas opciones para reducir el número de pescadores en el Área de Refugio de la Vaquita.
Dentro de la ZTC, la política extraoficial del Gobierno es de no confrontación, dijo a InSight Crime una persona que trabaja en el área de conservación. El papel de la marina es pedir a los pescadores que saquen sus redes de la ZTC sin usar la fuerza, explicó. Y mientras que muchos cumplen la orden, es posible que haya decenas de barcos en la ZTC al tiempo, lo que hace que aplicar las normas de forma pacífica sea prácticamente imposible.
Ahora, con la legalización de la pesca de totoaba, las autoridades tienen menos alternativas para proteger el hábitat de la vaquita marina.
Andrea Crosta, de Earth League International (ELI), dijo a Mongabay que aunque desmantelar estructuras criminales más grandes ayudará a asegurar la supervivencia de la vaquita, el problema real se encuentra en la demanda de totoaba. Los comerciantes chinos que operan en México son el eslabón clave en la cadena de producción, pues son los encargados de transportar el pez a través del Pacífico. Sin embargo, de acuerdo con Crosta, serán los más difíciles de capturar.