La invención de la televisión cambió por completo y para siempre la vida del ser humano. Rodeada siempre de un halo de perversidad, este aparato pasó de ser una rareza a partir de su comercialización a servir como vehículo de ideologías sociales, políticas y económicas. Juzgada por muchos como responsable del empobrecimiento intelectual de pueblos enteros y de manipular la opinión pública, la televisión no ha reducido ni un ápice el poder que ganó y la consolidó como símbolo omnipresente de la cultura popular hace algunas décadas. Sin embargo, ¿es, en verdad, tanto su poder?
Los hechos son así de simples: un tercio de la población de jóvenes entre 18 y 29 años ven telenovelas con mayor frecuencia, por encima de cualquier otro programa televisivo, de acuerdo con encuestas realizadas por El Colegio de México y Berumen hace tres años. Ciertamente parece que el mexicano vive una vida de telenovela.
México, 25 de abril (SinEmbargo).- De acuerdo con Reed Hastings, el fundador y director ejecutivo de Netflix, la televisión como la conocemos está condenada a desaparecer para dar paso a un modelo de consumo mucho más flexible en el que el usuario tendrá más poder de decisión y en donde internet juega un papel fundamental, publicó Forbes.
Desde hace poco más de una década internet es señalado como el sucesor lógico de la televisión y su versatilidad habla por este medio. Variedad de contenido, libertad (casi total) de navegación, contenidos en tiempo real y otras características más han propiciado que ahora mismo se geste una generación para la que el invento atribuido a John Logie Baird no represente el principal foco de atención.
Por otra parte, el alcance de dispositivos electrónicos móviles y portátiles no han hecho más que reforzar esta idea: la televisión no es tan indispensable después de todo, algo que se llegó a creer incluso hace apenas dos décadas.
Pero, ¿qué ocurre cuando una sociedad está tan vinculada al contenido televisivo?
México es un país asociado históricamente a la televisión. El contenido de sus principales canales es conocido no sólo en los países de habla hispana, sino en todo el mundo y el tiempo que los televidentes pasan frente al televisor es un claro ejemplo de la importancia que su programación tiene para la sociedad mexicana.
Según datos publicados por el sitio Merca 2.0, hace tres años el tiempo promedio que los mexicanos ven televisión en un día fue de cuatro horas 45 minutos, siendo el 56 por ciento de los televidentes mujeres y el 44 por ciento hombres.
Dado que los rangos de edad predominantes en los televidentes es de 30 a 44 años, y 19 a 22 años (primero y segundo lugar respectivamente), podría pensarse que las preferencias de contenido se alejan de lugares comunes como los programas de revista, noticieros y telenovelas. Sin embargo, en este último caso, hay cosas que parecen estar grabadas con cincel en la mente del espectador nacional.
De acuerdo con los resultados de encuesta nacional realizada por El Colegio de México y Berumen en 2012, publicada por Proceso, un tercio de la población de jóvenes entre 18 y 29 años ven telenovelas con mayor frecuencia, por encima de cualquier otro programa televisivo. Esto, por supuesto, tira por la borda muchas teorías sobre la muerte de la televisión como tal.
MEXICO, LEGADO TELEVISIVO
De acuerdo con Alejandro Herrera, coordinador de televisión del departamento de comunicación de la Universidad Iberoamericana y coordinador del Programa de Guionismo de Telenovela, establecido en conjunto por la misma universidad y Televisa, “la penetración, específicamente del ‘canal de las estrellas’, es tal que los dos canales de mayor repetición en la televisión de paga es Canal 2 y Canal 2: la repetición dos horas después. Entonces, el público sigue viendo el mismo contenido, simplemente es una plataforma diferente”.
La prueba más grande de esto es que Netflix –el tan anunciado némesis de la televisión mexicana– incluye en su versión mexicana, telenovelas dentro de su catálogo. Pero, ¿qué hay del contenido?
“Una de las críticas es por qué tenemos tanta telenovela reciclada… Lo que sucede también hoy en día es que hay tanta oferta mediática que el público también está buscando un producto que sepa, sin lugar a dudas, va a poder disfrutar”, dice Herrera.
“Es como un círculo virtuoso en el que podemos ofrecerle una historia contada nuevamente; actualizada o tropicalizada, y el público la va a apreciar, porque va preferir ver una serie que sabe que le va llamar la atención, a experimentar con el poco tiempo que tiene disponible con algo que no conoce, agrega”.
–¿Ha mejorado la calidad de las producciones televisivas en México?
–“Sí ha evolucionado. Si tú ves una telenovela de 2015 y ves una telenovela de 1980, vas a ver diferencias importantes en la técnica… en la tecnología y también en la narrativa”.
–¿Las historias originales, hechas en México, están teniendo una crisis?
–“No lo creo. Yo creo que más bien responde a necesidades comerciales. Mira, compáralo con el cine y las películas de héroes de cómics. ¿Por qué seguimos viendo a los mismos héroes de cómics?
“Yo creo que la idea de importar contenidos tiene que ver con el hecho de que estamos reconociendo que en otras partes del mundo se están haciendo historias también interesantes y que nos atañen a nosotros”.
–¿México ha creado una escuela en materia de telenovelas?
–“Definitivamente. El productor más grande… más consagrado de la telenovela sigue siendo Televisa. Se producen cosas muy buenas en otras partes del mundo, pero quien conoce este medio de atrás para adelante y lo ha manejado desde los albores es Televisa”.
–¿Podría decirse que, en el extranjero, Televisa es sinónimo de México?
–”Yo no lo manejaría así… Televisa es una marca importante de México. Creo que debemos de sentirnos orgullosos del papel que hace Televisa y de su representación.
“Las telenovelas mexicanas tienen que ver con valores, tienen que ver con esa historia que se repite una y otra y otra vez y que sigue siendo relevante, siempre y cuando la vayas actualizando”.
–Si los valores cambian, los lineamientos de las telenovelas pueden cambiar también
–“Necesitan cambiar. Necesitan actualizarse. Socialmente estamos renuentes a los cambios, pero son necesarios. Nos gusta el confort de lo que ya conocemos, pero si no se actualizan corren el riesgo de perder relevancia.
“La televisión jamás ha sido aceptada como un medio formal… Yo te puedo decir que hay propuestas artísticas en la televisión que tiene características que no tiene otro medio”.
–¿La vida del mexicano es una telenovela?
–“Yo creo que sí. Yo creo que la vida de todos nosotros es una telenovela… Para mí es el género más realista que hay… Los celos las envidias… Ese tipo de cosas las vivimos día a día, creo que es importante que las recordemos, creo que es importante que lo veamos reflejado. La televisión siempre es un reflejo de nuestra sociedad y en cierta manera nuestra sociedad acaba siendo un reflejo de la televisión. “