El representante de las Naciones Unidas pidió a los bancos de México que empiecen a apoyar económicamente proyectos que desarrollen energías limpias en el país, ya que la crisis climática se ha vuelto más aguda y notoria en los últimos años.
Acapulco, 25 de marzo (EFE).– El enviado especial de la ONU para Acción Climática y Finanzas, Mark Carney, alentó este viernes a la Asociación de Bancos de México (ABM) a financiar la transición energética al advertir de los crecientes estragos económicos de la crisis climática.
“El financiamiento de la transición es y será una competencia fundamental de los bancos del futuro, dado que para el clima el futuro es ahora, y les aliento a desarrollar esto”, declaró Carney, quien fue gobernador de los bancos centrales de Canadá e Inglaterra.
Carney participó en la Convención Bancaria anual de la ABM, que este jueves y viernes regresó tras dos años de pandemia de forma presencial a Acapulco con la digitalización y el medioambiente como temas centrales.
El funcionario internacional advirtió que en los últimos 25 años “se han vuelto más severos los eventos climatológicos”, por lo que las pérdidas asociadas a ellos se han incrementado en ocho veces, con la expectativa de que representen un cuarto del producto interno bruto (PIB) mundial para finales del siglo.
También previó que, si las emisiones incrementan en 50 por ciento, mil millones de personas más “estarán sometidas a condiciones climatológicas mucho más severas”.
En términos económicos, “el desenlace es el equivalente de una década de falta de crecimiento global”, observó.
“En cuanto al clima, la tragedia es algo conocido, producimos demasiadas emisiones de carbono y yo digo que es una tragedia que se está incrementando”, indicó.
El economista calculó que para lograr la meta del Acuerdo de París de estabilizar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados entre ahora y 2150, “la inversión global en infraestructura energética se debe elevar en dos puntos porcentuales del PIB”.
“Necesitamos gobiernos con políticas energéticas que catalicen la enorme inversión privada. Al igual que cualquier política y plan, se necesitan tener objetivos claros”, exhortó.
Ante la coyuntura mundial de la pandemia y la crisis energética por la guerra en Ucrania, advirtió de un “entorno de gran reto para todos, lo que incluye al mundo emergente”.
“La combinación de altos precios de los energéticos, algunas veces escasez, el riesgo de falta de carbón y, de largo plazo, en lo que se refiere a la competitividad climática, van a generar una transición”, manifestó.