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Carlo Navarro viajó a Japón y contrajo el COVID-19. En el hospital escuchó que otros morían

25/03/2020 - 9:39 pm

Carlo Navarro se recuperó y siente que su experiencia le puede ser útil a otros. La Associated Press le hizo cinco preguntas sobre su odisea en una entrevista vía Skype pues sigue en cuarentena en su granja de Lipa, Filipinas.

Por Kiko Rosario 

Bangkok, 25 de marzo (AP).— Cuando Carlo Navarro, su esposa y su hija de 15 años visitaron Japón en febrero, sabían que se exponían al coronavirus, pero pensaron que los riesgos no serían tantos si tomaban precauciones. Usaron mascarillas y guantes, y siempre llevaban alcohol consigo para desinfectar sus manos.

Pero Navarro, un abogado comercial de 48 años, comenzó a mostrar síntomas del virus cuando regresaron a su país, las Filipinas. Es el primer filipino al que se le diagnosticó COVID-19, el mal causado por el coronavirus. Hoy hay 552 casos confirmados y 35 muertes en el país.

Navarro se recuperó y siente que su experiencia le puede ser útil a otros. La Associated Press le hizo cinco preguntas sobre su odisea en una entrevista vía Skype pues sigue en cuarentena en su granja de Lipa, Filipinas.

Carlo Navarro. Foto: AP.

P: ¿Cuándo sospechó que tenía el virus?

R: “En Japón no tuvimos contacto con nadie que tosiese o padeciese una gripe. Pero al regresar estuve sentado frente a una persona, un filipino, que tosía constantemente. Mi hija me dijo, ‘papi, creo que es peligroso que te sientes allí. Cámbiate de lugar ya mismo’. No pude hacerlo porque el avión estaba a punto de despegar. Tuve que esperar unos 20 minutos para cambiarme de asiento. Siete días después de llegar a las Filipinas empecé a sentir escalofríos y fiebre por momentos. La noche del 3 de marzo empecé a toser mucho. Al día siguiente decidí ir al (hospital) San Lucas para hacerme una prueba. Fue el comienzo de mi batalla con el COVID-19”.

P: ¿Qué se siente al ser un paciente?

R: “En el hospital seguía tosiendo. Y con escalofríos. También tenía dolores musculares. Me dolía todo el cuerpo. En el tercer día empecé a mejorar. Desaparecieron los dolores musculares. Los escalofríos iban y venían. Pero seguía tosiendo. En el quinto o sexto día me vino una diarrea y los médicos se asustaron. Esa noche me hicieron rayos X y confirmaron que me estaba empezando una neumonía. Por entonces volvieron los escalofríos. Y en la noche del sexto día tuve fiebre. Esos fueron los síntomas que tuve”.

P: ¿Qué hizo para sobrellevar todo esto?

R: “En el hospital estaba solo porque nadie te puede visitar, ni siquiera tu familia. Estaba muy aislado. Es una sensación muy fea. Mi esposa y yo teníamos conversaciones con video casi cada hora. Ella quería asegurarse de que había comido, había bebido suficiente agua... Cada vez que sentía miedo, la llamaba a ella y a mi hija para alejarme un poco de la realidad de que estaba en un hospital”.

P: ¿Cuál fue el peor momento?

R: “Tal vez la mañana del cuarto día, cuando personas que habían sido admitidas conmigo empezaron a morir. Podía escuchar gente llorando o sollozando porque había perdido un ser querido... Escuchaba las enfermeras y los médicos que iban y venían cerca de mi habitación. Me asusté mucho. Cuando le pregunté a las enfermeras por los otros pacientes, una de ellas me dijo ‘el número 5 y el número 6 fallecieron’. Estaban a mi lado. Fue el peor momento de mi vida”.

P: ¿Qué le quiere decir a la gente sobre su experiencia?

R: “Quiero que sepan que apenas sienten los síntomas, debe aislarse inmediatamente. No pueden correr el riesgo de contagiar a los ancianos u otras personas vulnerables de su familia. Deben ir a un hospital y hacerse la prueba. Si no están en condiciones de hacérsela, quédense en su casa, encerrados. Es importante que la gente sepa que no debe tener miedo de ir al hospital y que esa es la única forma de proteger a sus seres queridos”.

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