El peso tocó esta semana un mínimo histórico de 25.46 por dólar durante una de las jornada, según los datos de la directora de análisis económico-financiero de Banco Base, Gabriela Siller, y es la divisa con el peor desempeño en el año entre los principales cruces del billete verde, acumulando una depreciación del 31.45 por ciento hasta este martes.
Por Miquel Muñoz
México, 25 mar (EFE).- Contagiado por la crisis del COVID-19, el peso mexicano acumula tres semanas de mínimos históricos frente al dólar y es la divisa emergente que más se ha depreciado a nivel mundial, una circunstancia que encarecerá los productos básicos en un país con 52.4 millones de pobres.
“La depreciación del peso tiene un efecto negativo para la mayor parte de la economía y de la sociedad del país. En particular para los sectores de menores ingresos”, explica este miércoles a Efe el profesor de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Carlos Javier Cabrera.
Cabrera argumenta que México importa “aproximadamente el 40 por ciento de los alimentos básicos que se consumen”, por lo que ante la pérdida de entereza de su moneda “los precios internos de los alimentos básicos van a subir”, limitando o negando el acceso a ellos a parte de la población.
El peso tocó esta semana un mínimo histórico de 25.46 por dólar durante una de las jornada, según los datos de la directora de análisis económico-financiero de Banco Base, Gabriela Siller, y es la divisa con el peor desempeño en el año entre los principales cruces del billete verde, acumulando una depreciación del 31.45 por ciento hasta este martes.
CRECE EL RIESGO DE POBREZA
Este escenario supone un riesgo para México, sostiene Cabrera, que cita el antecedente de la crisis de 2009, cuando “siete millones de mexicanos cayeron en la pobreza y algo más de 2 millones pasaron a la pobreza extrema debido al encarecimiento interno”.
Para evitar una situación similar, argumenta el especialista, es una debilidad que “el 56 por ciento de la población ocupada se encuentre en la informalidad”, es decir, en la economía sumergida.
“Es un sector altamente vulnerable, si consideramos que informalidad significa no tener acceso a la seguridad social en su sentido más amplio. Atención médica, hospitalaria, medicamentos, seguros por incapacidades, enfermedades o despidos”, subraya el economista.
AFECTACIONES EN LA INFLACIÓN
“El sector más afectado siempre son los que menos recursos tienen”, ratifica Gustavo Merino, profesor de Economía del Instituto Tecnológico de Monterrey, aunque celebra que el país tiene una inflación “baja” y que los precios de la gasolina estén cayendo tras la guerra de precios a nivel mundial, ello ante el “encarecimiento general del costo de la vida” que se avecina.
La inflación de la primera quincena de marzo en México, publicada este martes, se ubicó en una tasa interanual del 3.71 por ciento y una tasa quincenal del 0.11 por ciento.
Merino advierte, además, que México sufrirá un “doble impacto” porque a la depreciación monetaria se está sumando una crisis económica -el PIB se contrajo un 0.1 por ciento en 2019-, por lo que “los ingresos probablemente caigan y va ha haber más desempleo” en un país poco dado al ahorro.
Este miércoles, la ministra de Economía, Graciela Márquez, informó que en coordinación con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se vigilan y regularizan los precios de productos como las tortillas, los huevos y el pollo, que en algunas regiones han sufrido aumentos debido, en parte, a la emergencia sanitaria por el coronavirus.
CRISIS ECONÓMICA PARALELA
Carlos Javier Cabrera secunda el relato de una crisis económica paralela a la depreciación del peso y que va a provocar “como en todo el mundo la devastación de algunos sectores”, entre los que señala principalmente a las pequeñas empresas.
Ambos expertos coinciden en que el Gobierno, que no ha hecho todavía anuncios económicos significativos, más que el adelantamiento de algunos pagos a pensionistas, tiene un margen de maniobra que debe usar para proteger a los más vulnerables.
“Lo importante es que los recursos disponibles de los que se pueda echar mano se usen para apoyar a la población a través de medidas de gasto, de subsidios en los precios de los alimentos, de apoyo a las micro y pequeñas empresas”, subraya Cabrera.
MEDIDAS NECESARIAS
Del mismo modo, Merino reclama que se refuerce una “red de protección social” con diversos programas de ayudas sociales y se apoye al empleo que “se desmanteló y era una moneda eficaz para ir mitigando el impacto en la población en pobreza”.
Más allá de paliativos para la crisis, este exconsultor de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sostiene que lo mejor para volver a fortalecer el peso mexicano es crear “certidumbre y confianza” en los inversores, algo que no ha ocurrido en los últimos días.
“Un ejemplo es lo que acaba de pasar ahora con la empresa Constellation Brands en Mexicali”, destaca, en referencia a la cancelación tras una polémica consulta popular el pasado fin de semana de la construcción de una planta cervecera en Mexicali, que llevaba 65 por ciento de avance y contaba con una inversión de mil 400 millones de dólares.
“Si de por sí la confianza de los inversionistas en México estaba muy baja, ahora no querrán poner su dinero en México”, lamenta el especialista.