No era la primera vez ni la única que tendría que salir al paso de las acusaciones de que protegía al poderoso cártel liderado por “El Mayo” Zambada y, en su momento, por “El Chapo” Guzmán. Después tendría que desvincularse de Genaro García Luna, juzgado en Estados Unidos bajo acusaciones de ser socio de la maquinaria criminal de Sinaloa.
Ciudad de México, 25 de febrero (SinEmbargo).– Con su clásico estilo bronco e irreverente, Manuel Clouthier, entonces Diputado federal del Partido Acción Nacional (PAN), estalló: “El Gobierno federal habla de una guerra contra el narcotráfico que en Sinaloa no se ha visto. Se ha golpeado a todos los cárteles y no ha sido proporcional con el de Sinaloa. ¡Eso es evidente! ¡Y si nos preguntan a los sinaloenses, es más evidente!”, dijo.
Era el 13 de febrero de 2010. Unos días después, Felipe Calderón convocó a su cuarta conferencia de prensa en cuatro años para responderle y para defender su “estrategia” contra el crimen organizado.
“Es absolutamente falso”, aseguró Calderón. Era el 25 de febrero de 2010, 12 días después de que Clouthier provocara una de muchas tormentas que tuvo Calderón, muchas veces acusado –hasta la fecha– de proteger a Joaquín “El Chapo” Guzmán y a la estructura criminal en donde opera, hasta hoy, Ismael “El Mayo” Zambada.
“A todos les hemos causado golpes importantes en su estructura operacional, financiera y de liderazgo. Es más, esa falsa acusación dolosa, y no sé con qué intenciones, que se hace al Gobierno, cae por su propio peso. Hemos golpeado por igual tanto a los cárteles vinculados al del Golfo de México como al del Pacífico mexicano”, agregó.
“Es increíble que cuando estamos atrapando criminales de la talla de ‘El Teo’ [Teodoro García Simental], por ejemplo, que es del cártel de ‘El Chapo’ Guzmán, que es del Cártel del Pacífico, se diga que el Gobierno está encubriendo ese cártel; cuando se está extraditando a alguien como Vicente Zambada, se diga que el Gobierno encubre a ese cártel. Es simplemente desconocimiento, en el mejor de los casos”.
De acuerdo con la reseña de esa conferencia realizada por La Jornada, Calderón dijo que las acusaciones “son fruto por lo menos del desconocimiento de las cosas, si no es que de otros intereses”. Luego añadió: “No tengo nada personalmente contra una persona u otra. Lo que sí tengo es el compromiso, como presidente de la República, de defender la seguridad de los ciudadanos, que está siendo amenazada por criminales, llámense verdes, o llámense rojos, o llámense del Pacífico, del Golfo, de todos”.
Clouthier, quien terminó renunciando a la bancada del PAN y señaló por años a Calderón de beneficiar a “El Chapo”, agregó ese 13 de febrero a la revista Proceso: "Pero además, el Gobierno de Calderón hace negocios en Sinaloa promovidos por la administración estatal, como la multimillonaria compra de terrenos –para un desarrollo turístico– propiedad del ex Gobernador Antonio Toledo Corro, en cuyo sexenio inició el auge del narcotráfico". “Son cosas muy extrañas”, dijo a la publicación semanal.
Luego alertó: “Nos va a costar a los sinaloenses generaciones enteras, porque un cabrón irresponsable –y digo irresponsable porque es su responsabilidad– no tuvo el tamaño de hacer lo que le correspondía por mandato...”.
Calderón debió salir ocho años después a defenderse de las acusaciones de que no sólo protegía, sino que recibía dinero del Cártel de Sinaloa. Fue el 13 de noviembre de 2018. El abogado defensor de Joaquín “El Chapo” Guzmán declaró en el juicio de Nueva York que el ex mandatario mexicano había sido sobornado por el Cártel de Sinaloa.
“Son absolutamente falsas y temerarias las afirmaciones que se dice realizó el abogado de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán. Ni él, ni el Cártel de Sinaloa ni ningún otro realizó pagos a mi persona", dijo en su cuenta de Twitter.
Son absolutamente falsas y temerarias las afirmaciones que se dice realizó el abogado de Joaquín “el Chapo” Guzmán. Ni él, ni el cártel de Sinaloa ni ningún otro realizó pagos a mi persona.
— Felipe Calderón (@FelipeCalderon) November 13, 2018
El abogado Jeffrey Lichtman dijo que el Cártel también había sobornado al ex Presidente Enrique Peña Nieto.
Traficantes de drogas que colaboran con las autoridades están incriminando a Guzmán, precisó.
“El Chapo” recibió cadena perpetua.
Poco después, otra vez fue acusado de proteger al Cártel de Sinaloa. Pero esta vez fue más serio: su ex Secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, un hombre súper poderoso en su sexenio, estaba detenido acusado, entre otras cosas, de narcotraficante.
El 13 de diciembre pasado, Calderón volvió a negar sus presuntos nexos con la poderosa empresa criminal de Sinaloa después de que el ex comisario regional de la Policía Federal, Javier Herrera, había dicho a la periodista Azucena Uresti que él le notificó a Calderón de “actos ilícitos” de García Luna.
Herrera dijo que tanto Calderón como Eduardo Medina Mora, entonces Procurador, tenían conocimiento de las actividades ilícitas de García Luna. Citó dos cartas al ex Presidente en las que le informaba de los delitos. La primera, de 2008, es decir, de hace 12 años.
Otra vez, Calderón recurrió a su cuenta de Twitter. Dijo que desconocía los hechos por los que se acusa a García Luna en Estados Unidos –el juicio continúa– y publicó una carta en la que indica que Herrera Valles no realizó ninguna acusación específica de complicidad de García Luna con el crimen organizado "ni mucho menos de las acusaciones que se le están formulando ante la justicia de Estados Unidos".
La política de seguridad era llevada a cabo por todas las dependencias del gabinete de seguridad, no era responsabilidad de una sóla Secretaría y menos de una persona. Se combatió con igual determinación a todos los grupos del Crimen Organizado, incluyendo al Cártel del Pacífico.
— Felipe Calderón (@FelipeCalderon) December 13, 2019
“Lo que hace es denunciar lo que en su opinión constituyen 'graves irregularidades operativas y administrativas', pero no denuncia ni acusa casos de corrupción o complicidad con el crimen organizado", afirmó.
Calderón ha intentado, también, deslindarse de García Luna. Ese mismo 13 de diciembre escribió: “La política de seguridad era llevada a cabo por todas las dependencias del Gabinete de Seguridad, no era responsabilidad de una sola Secretaría y menos de una persona. Se combatió con igual determinación a todos los grupos del crimen organizado, incluyendo al Cártel del Pacífico”.
Un día después, el 13 de diciembre del año pasado, el periodista Salvador García Soto escribió: “Felipe Calderón dice que nunca supo nada de los presuntos vínculos por los que la justicia de Estados Unidos acusa a Genaro García Luna con el Cártel de Sinaloa. Pero ex colaboradores de su campaña aseguran que siendo Presidente electo, allá por el 2006, en el despacho de la Casa de Campaña que tenía en el Eje 6 Sur esquina con Sacramento, en la colonia del Valle de la Ciudad de México, Calderón recibió al general Tomás Ángeles Dauahare, que entonces estaba en la lista para ser Secretario de la Defensa Nacional”.
A pesar de que el General había pedido hablar a solas con el Presidente, continúa García Soto, “en la plática se quedó como testigo el difunto Juan Camilo Mouriño. Y ahí en esa reunión, el General divisionario le dijo a Calderón que ‘Genaro protegía al Cártel de Sinaloa’ y para sustentar su grave acusación le hizo entrega de un expediente que le pedía que revisara a detalle. El Presidente electo lo recibió y le dio las gracias al militar que abandonó la casona en la colonia Del Valle seguro de que algo pasaría, pero cuando el 1 de diciembre de aquel 2006, Genaro García Luna apareció como Secretario de Seguridad Pública en el Gabinete, estaba claro que la denuncia del General nunca encontró eco”.
El General Ángeles Dauahare diría después que haber denunciado esa presunta relación con el Cártel de Sinaloa le costó caro. “García Luna nunca le perdonó haberlo acusado con Calderón y durante todo el sexenio culpó al militar de los ataques en su contra e incluso afirmaba que él era la fuente detrás del libro de la periodista Anabel Hernández, Los señores del Narco, recortó el comunicador.
“Ese enfrentamiento personal y político hizo crisis casi al final del sexenio cuando a Tomás Angeles Dauahare lo acusaron, con base en testimonios de testigos protegidos, de presuntos vínculos con los hermanos Beltrán Leyva, y lo detuvo la PGR de Marisela Morales el 15 de mayo de 2012 junto con el General brigadier Roberto Dawe González. El propio Tomás Angeles, después de estar preso durante poco más de un año y de ser liberado por falta de pruebas en su contra el 18 de abril de 2013, ya en el Gobierno de Peña Nieto, ha comentado que ‘mi error fue delatar a García Luna, pero era mi deber decírselo’”.