El Banxico expuso en las cifras de la balanza de pagos que durante 2018 persistió un entorno de marcada incertidumbre asociada tanto a factores globales, como a otros más directamente relacionados con la economía nacional, que condujo a que la restricción de financiamiento externo se agudizara.
Ciudad de México, 25 de febrero (Economía Hoy/SinEmbargo).- En 2018 el déficit de la cuenta corriente se ubicó en 1.8 por ciento del PIB, cifra superior a la observada en 2017, de 1.7 por ciento, debido a “un contexto de debilitamiento de la economía mundial, caracterizado por un escalamiento de tensiones comerciales a nivel global” de acuerdo con cifras de la balanza de pagos publicadas por el Banco de México (Banxico).
En 2018, la cuenta corriente registró un déficit de 22 mil 186 millones de dólares, en tanto que la cuenta de capital resultó deficitaria en 65 millones de dólares, informó Banxico.
La cuenta financiera, el segundo componente principal de la balanza de pagos, presentó un endeudamiento neto que implicó una entrada de recursos por 35 mil 909 millones de dólares, incluyendo un aumento de los activos de reserva por 483 millones de dólares.
La cuenta financiera también muestra que la Inversión Extranjera Directa también resulta menor a la de 2017. En particular, los 24 mil 746 millones de dólares por inversión directa neta en 2018 se componen de un flujo por 31 mil 604 millones de dólares de inversión directa en México y de un aumento de la inversión directa en el exterior de residentes en México por 6 mil 858 millones de dólares. Estos 31 mil 604 millones de dólares resultan menores a los 32 mil 91 millones de 2017.
El mayor déficit en 2018 reflejó los aumentos en los déficits de la balanza comercial petrolera y de la cuenta de ingreso primario, los cuales fueron parcialmente compensados por incrementos en los superávits de la balanza de mercancías no petroleras, de la cuenta de viajes y de la cuenta de ingreso secundario.
El Banxico añade que durante 2018 persistió un entorno de marcada incertidumbre asociada tanto a factores globales, como a otros más directamente relacionados con la economía nacional, que condujo a que la restricción de financiamiento externo se agudizara.
Entre los factores externos figuraron las tensiones comerciales a nivel global, el proceso de normalización monetaria en Estados Unidos, así como diversos riesgos políticos y geopolíticos.
Respecto de los factores que tienen una incidencia más directa sobre la economía mexicana, abundó que durante la primera mitad del año destacó la incertidumbre asociada al proceso electoral.
No obstante, apuntó, en 2018 la economía mexicana continuó captando recursos a través de la cuenta financiera, por concepto de inversión directa y de cartera.
Sin embargo, hacia adelante no pueden descartarse episodios de volatilidad, toda vez que las perspectivas de la economía mundial para 2019 y 2020 se revisaron a la baja y prevalecen riesgos importantes.
Entre ellos destaca la incertidumbre sobre las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea, la posibilidad de que se observe un crecimiento de China menor al esperado y un escalamiento en las tensiones políticas y geopolíticas en distintas regiones.