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María Rivera

25/01/2024 - 12:01 am

Fake news

“En los canales y plataformas de las redes sociales abundan todavía más ¿cuál censura gubernamental?”

“No es un fenómeno nuevo, en realidad”. Foto: Cuartoscuro

Nos van a inundar, querido lector, las fake news, los próximos meses. Campañas orquestadas por los medios e intereses partidistas. Poderes que antaño estaban coludidos con el poder ejecutivo y que fueron desplazados por el actual gobierno, volverán a las andadas. No solo eso, vendettas de periodistas que han entrado en un pleito personal con el presidente, se presentarán como noticias. Lo vamos a ver todo, estos días. Nuevos reportajes de las supuestas faltas del presidente y su familia; supuestos actos de censura, reportajes con títulos escandalosos. El chiste es apegarse al guion “crítico” para tratar de ayudar a la candidata del frente opositor, que vaya que necesita ayuda, para tratar de posicionarla.

No es un fenómeno nuevo, en realidad. Los medios hegemónicos fueron un factor clave en la desastrosa elección del 2006. No es extraño que el mismo grupo vuelva a las andadas desde los espacios que aún conservan o los que crearon, junto con periodistas que han sido atacados desde la tribuna presidencial y ahora están convertidos en sus acérrimos enemigos. Tienen la esperanza de volver a sentarse junto con el poder y repartirse el presupuesto o sencillamente de ejercer su venganza personal. Crearle mala prensa al presidente y al gobierno en la coyuntura electoral será el pan de cada día, de aquí al 2 de junio. Qué se la va a hacer, ya estamos inmersos en esas turbulentas aguas donde las mentiras campearán para tratar de conseguir votos.

En esta semana, en distintas charlas, familiares indignados me han dicho “¿¿Ya sabes lo que hizo López Obrador??” para pasar a contarme que oyeron en el radio, o leyeron en cadenas de whatsapp, que México es ya una “dictadura” o que el presidente quiere cancelar las elecciones, o cualquier tontería sin ningún sustento, pero que creen a pies juntillas, como creyeron que López Obrador se reelegiría. Una sarta de ridiculeces que sería imposible tomarse en serio, si no fuera porque los anima el odio por el actual gobierno y el deseo de que México vuelva a ser como era hace justo seis años. Como si eso fuera posible, como si el tiempo no hubiera transcurrido y no hubieran pasado cosas en el país. Anhelan una restauración del viejo orden que permitió el latrocinio y la corrupción.

No suelo rebatirles a mis familiares antilopezobradoristas sus versiones, como no suelo rebatirles a mis familiares lopezobradoristas, las suyas. Sin embargo, en esta semana no pude contenerme cuando argumentaban que en México había censura gubernamental al viejo estilo priista. No la veo por ningún lugar, les dije. Y es verdad, querido lector. Haga usted la prueba y ponga en el buscador “amlo” y descubrirá decenas de notas periodísticas, columnas, videos que critican o atacan al presidente, con o sin razón. Allí están diatribas completas contra López Obrador y su gobierno. Periodistas refiriéndose, como si estuvieran en pleitos cantineros, al presidente desde distintos espacios informativos; mesas y mesas de comentaristas que opinan, muy libremente, en programas abiertos a todo público acremente sobre el desempeño gubernamental. En los canales y plataformas de las redes sociales abundan todavía más ¿cuál censura gubernamental?

Ninguna, querido lector, pero no importa. Ya estamos en campaña y la gente puede decir exactamente lo que se le antoje, de manera tonta, interesada o irresponsable. No solo la gente de a pie, los periodistas también, sin que Gobernación se los impida, como sucedía en el pasado. Lo cual hay que celebrar, querido lector. Justamente porque no vivimos en una dictadura, ni perfecta ni imperfecta, es necesario que existan los espacios para que la crítica, infundada o fundada, de derecha o de izquierda, el buen o el mal periodismo, puedan expresarse. Son las audiencias quienes tienen que discriminar entre lo que es basura y lo que no.

Y así, entre acusaciones de mentiras, de un lado a otro, transcurrirán estos meses. Por esto, querido lector, lo que pienso es que hay que irse con pies de plomo. La propaganda política está desatada ya aunque las campañas ni siquiera hayan comenzado formalmente. La propaganda que se disfraza de noticia escandalosa, la propaganda que buscará influir en los votantes creando una falsa percepción de la realidad parece ser la estrategia de los grupos políticos opositores que ansían volver al poder y usan a la prensa como sus voceros ¿lo lograrán? Yo elijo creer que no; que hace seis años no lo lograron y que este año tampoco lo lograrán, más que en aquellos que hace seis, doce, dieciocho años, cuando la libertad de expresión sí estaba coartada, estaban exactamente en el mismo lugar que hoy y con los mismos, creando y esparciendo noticias falsas. México se merece algo mejor, querido lector, ¿no cree?

María Rivera
María Rivera es poeta, ensayista, cocinera, polemista. Nació en la ciudad de México, en los años setenta, todavía bajo la dictadura perfecta. Defiende la causa feminista, la pacificación, y la libertad. También es promotora y maestra de poesía. Es autora de los libros de poesía Traslación de dominio (FETA 2000) Hay batallas (Joaquín Mortiz, 2005), Los muertos (Calygramma, 2011) Casa de los Heridos (Parentalia, 2017). Obtuvo en 2005 el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes.

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