Los argumentos en el Senado comenzarán la semana del 8 de febrero, y el caso contra Trump, el primer expresidente que se enfrenta a un juicio político, pondrá a prueba a un partido político que todavía se está aclimatando a la era post-Trump.
Por Lisa Mascaro y Mary clare Jalonick
WASHINGTON (AP) — Los demócratas llevaron el lunes el expediente de juicio político contra Donald Trump al Senado, pero los senadores republicanos están rechazando los exhortos para condenarlo por la mortal irrupción en el Capitolio federal.
Es una señal temprana de la persistente influencia de Trump sobre el partido.
Los fiscales de la Cámara de Representantes presentaron el único cargo de “incitación a la insurrección” después de hacer el recorrido ceremonial por el Capitolio hasta el Senado. Pero las críticas republicanas hacia Trump se han enfriado desde los disturbios del 6 de enero. Y ahora, los republicanos están presentando una maraña de argumentos contra la legitimidad del juicio y cuestionan si las repetidas demandas de Trump de anular la elección de Joe Biden equivalen realmente a una incitación.
Lo que para algunos demócratas parecía un caso tan claro como el agua que se desarrolló ante los ojos del mundo en televisión en vivo —en el que Trump alentaba a una multitud a “luchar en cuerpo y alma” por su presidencia_, se está topando con un Partido Republicano que piensa de manera muy diferente. No sólo hay cuestiones legales, sino que los senadores temen contrariar al expresidente y a sus legión de seguidores que son sus propios votantes. La seguridad sigue siendo estricta en el Capitolio.
El senador John Cornyn dijo que si el Congreso empieza a celebrar juicios políticos de exfuncionarios, ¿qué será lo siguiente’: “¿Podríamos volver y juzgar al presidente Obama?”
Además, insinuó que Trump ya ha rendido cuentas. “Una forma de que nuestro sistema te castigue es perdiendo unas elecciones”, declaró.
Los argumentos en el Senado comenzarán la semana del 8 de febrero, y el caso contra Trump, el primer expresidente que se enfrenta a un juicio político, pondrá a prueba a un partido político que todavía se está aclimatando a la era post-Trump. Los senadores republicanos están tratando de mantener un equilibrio entre las demandas de los donantes con mucho dinero que se están distanciando de Trump y los votantes que exigen lealtad a él.