Veinte horas después del temblor, los equipos de salvamento han conseguido rescatar a 45 personas de entre los cascotes, aunque dos de ellas, una madre y su hijo, murieron doce horas más tarde en el hospital.
Estambul, 25 ene (EFE).- Cientos de especialistas están trabajando durante toda la jornada del sábado en las labores de rescate de las víctimas del terremoto que se produjo ayer, viernes, en la ciudad turca de Elazig, en el sureste del país, y en el que han muerto 29 personas, según las cifras confirmadas hasta ahora.
Las autoridades temen que todavía quede una decena de personas atrapadas bajo los escombros de tres edificios que se derrumbaron en Elazig cuando el sismo, de magnitud 6.8, golpeó la región a las 17:55 h GMT en la tarde del viernes.
Veinte horas después del temblor, los equipos de salvamento han conseguido rescatar a 45 personas de entre los cascotes, aunque dos de ellas, una madre y su hijo, murieron doce horas más tarde en el hospital.
Algunos de los supervivientes fueron rescatados tras 19 horas de espera entre los escombros, y los trabajos siguen de forma intensa con cientos de expertos y un equipo de 18 perros de búsqueda, según informa la agencia turca Anadolu.
La noche se prevé difícil para los posibles supervivientes, que tendrán que esperar la llegada de los equipos de rescate con temperaturas de varios grados bajo cero, aunque sin precipitaciones.
Un total de mil 200 personas fueron trasladadas a centros hospitalarios, aunque solo 380 estaban heridas y unas 120 quedaron ingresadas, una treintena de ellas en cuidados intensivos, según indicó el ministro turco de Sanidad, Fahrettin Koca, a la agencia local Anadolu.
Unos treinta edificios se derrumbaron por completo, cinco en Elazig y 25 en la vecina provincia de Malatya, donde murieron cuatro personas, y más de 80 edificios han sufrido daños graves.
El epicentro se ubicó unos 35 kilómetros al suroeste de la ciudad de Elazig, en el municipio de Sivrice, a una profundidad de ocho kilómetros, según datos de Afad, el organismo público turco de atención de emergencias.
En las primeras 24 horas tras el temblor, que se pudo sentir en seis provincias del sureste de Turquía, se han registrado más de 400 réplicas, 14 de ellas por encima de la magnitud de 4.
Sin embargo, tanto las telecomunicaciones como los sistemas de distribución de electricidad, agua y gas funcionan en la región, han indicado las autoridades.
Afad y la Media Luna Roja turca han distribuido miles de tiendas de campaña, mantas y paquetes de comida para las personas cuyas casas están dañadas, y en Elazig se han acondicionado polideportivos, bibliotecas y otras instalaciones públicas para acoger a quienes no pueden volver a su hogar.
Al mismo tiempo, un equipo de especialistas inspecciona los colegios de la región para determinar si hay daños o si pueden seguir utilizándose para las clases.
Las autoridades evacuaron una cárcel de mujeres ubicada en Sivrice, cuyas internas fueron trasladadas a otras prisiones de la región, informa la cadena NTV.
El Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se trasladó a Elazig para expresar sus condolencias a los familiares de las víctimas, visitar a los heridos y participar en un funeral.
Turquía es uno de los países con mayor actividad sísmica del mundo porque está situada sobre varias fallas activas, pero los temblores por debajo de una magnitud de 6 grados que no son raros en el oeste de Anatolia, no suelen causar víctimas y habitualmente solo provocan daños menores.
El sismo más devastador de las últimas décadas tuvo lugar en 1999, cuando un temblor de magnitud 7.4 sacudió la región del Mármara en el noreoeste y causó unos 17 mil muertos, mientras que el de Van en el extremo sureste, de 7.1 de magnitud, en octubre de 2011, arrojó un balance de 604 fallecidos.