Vuelve Clint Eastwood al cine, a la pantalla grande, a quedar con su personaje entrañable y esa manera de filmar en nuestros ojos para siempre. The Mule, la vida de un viejo que está solo y sin dinero y que se dedica a transportar drogas en su camioneta, sin que nadie sospeche de él.
Ciudad de México, 25 de enero (SinEmbargo).– Hay tres cosas que definen a Clint Eastwood (1930): una que es republicano ortodoxo, vale decir, no podemos afirmar que se parece demasiado a Donald Trump, entre otras cosas porque es muy amigo de los afroamericanos y ha hecho en 1988 Bird, una película con Forest Whitaker, retratando a una de las grandes leyendas contemporáneas del jazz, Charlie Parker.
La otra es que es un hombre muy viejo pero la edad lejos de sumarle dolores de espalda (seguro que los debe tener), le agrega más y más virtud a la hora de filmar.
La tercera es que es un gran director de cine. Podríamos aquí hacer un balance de su carrera de actor (no menos inferior a la de cineasta), pero sus películas son como verdaderas joyas y en el escaso universo de genios que hay en Hollywood, está al lado de Martin Scorsese, de Steven Spielberg y, por qué no, Spike Lee, alguien que alguna vez le armó un lío por su visión acerca de la Segunda Guerra Mundial.
Empecemos con Los imperdonables, de 1992, ese filme por el que muchos fuimos a aprender cine, a mirar por detrás de la pantalla, a decir que Clint, más allá de Harry el sucio, tenía una gran mano como director.
Unforgiven, tal su nombre en inglés, ganó cuatro Óscar y entre ellos, el mejor cineasta para una película que contó con Gene Hackman como actor de reparto y con el veterano Morgan Freeman en el reparto.
¿Qué decir de Mystic River, esa oda a la amistad por un lado, al que dirán por el otro y la vida de un ciudadano en el abismo?
Sean Penn y Tim Robbins ganaron como actor principal y como actor de reparto el Óscar y hoy es considerada una película clásica, como una tragedia griega que se va descomponiendo en un oscuro pueblo estadounidense.
Esas historias pequeñas que se van haciendo grandes a lo largo de su país es lo que convierte al cine de Clint Eastwood en un estandarte de los Estados Unidos. No es nacionalismo, es mirar a la gente que está alrededor y tratar de saber y contar lo que pasa.
¿Cómo ver ahora Million Dollar Baby, como un homenaje a una mujer luchadora o como una represión a alguien que quiere hacer lo que le gusta y encuentra miles de obstáculos para ello?
Aquí, Clint va cambiando su manera de pensar. No cree en las mujeres boxeadoras, pero poco a poco comienza a estar atado al destino de Hilary Swank, probablemente en el mejor papel de toda su carrera.
¿QUÉ PASA ESTE AÑO CON CLINT EASTWOOD?
Este hombre que hoy tiene 88 años, que aparece como un personaje inoxidable en la pantalla grande, que ama el jazz (de hecho tiene un hijo bajista, Kyle Eastwood), ha vuelto al cine. Ha vuelto como actor y como director.
Antes que nada: no hay cine de Clint si no hay una historia. Y la historia de La mula es de verdad, sucedió en México y saber que eso fue verídico a uno le hace correr escalofríos.
The mule cuenta la historia de un hombre de más de 80 años que se convierte en uno de los más importantes transportistas de droga para el Cártel de Sinaloa.
El viejo (Clint Eastwood) era un hombre que se ha refugiado toda su vida en su jardín: plantando flores, pero en la vejez, solo y sin dinero, comienza a transportar en su camioneta grandes cantidades de droga. Pero quien ha dejado a un lado a su familia a causa de esta afición.
Bradley Cooper es un agente de la DEA que busca saber cómo llega la droga a Chicago.
La película es como decimos una historia chica, que revela el costado humanista del actor y director. No cambiará la historia del cine, pero sí lo hará más disfrutable y sensible. Estrena hoy.