De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud federal, del 1 de enero al 10 de diciembre de este año al menos 26 mil 670 personas perdieron la vida a causa de la COVID-19 en México, lo que equivale a una reducción del 82.4 por ciento respecto a las 152 mil 142 defunciones registradas en el mismo periodo en 2021.
Ciudad de México, 24 de diciembre (SinEmbargo).- A más de dos años del inicio de la pandemia de COVID-19, parece que el virus que paralizó al mundo entero ha comenzado a dar tregua y poco a poco la gente ha retomado su ritmo de vida. 2022 será recordado por la notable disminución de casos positivos en comparación con 2020 y 2021, cuando los niveles de contagios alcanzaron sus niveles más altos.
A pesar de esta disminución en el número de casos activos, contagios y decesos a causa de la COVID-19 – gracias en gran medida a la vacunación de gran parte de la población- las autoridades años anteriores, las autoridades sanitarias piden a la gente piden no bajar la guardia ante la sexta ola de contagios.
“[En] este sexto aumento, la mortalidad es francamente baja. Afortunadamente esto es resultado de la vacunación extensa que se ha tenido en todo el territorio”, comentó el pasado 13 de diciembre el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell al reconocer que por seis semanas se había dado un aumento de los casos “un incremento lento comparado con la velocidad a la que ha crecido, por ejemplo, en la cuarta o la quinta olas”.
Desde el inicio del confinamiento por la pandemia en marzo de 2020, por primera vez las autoridades sanitarias de México y el mundo relajaron las medidas de prevención, que en un principio fueron obligatorias para toda la población con la finalidad de cortar las cadenas de contagio y evitar el aumento de casos. En 2022, los estudiantes regresaron a las aulas, portar mascarillas en espacios cerrados ya no fue necesario y la gran mayoría de los estados del país anunciaron el uso opcional del cubrebocas en espacios públicos.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud federal, del 1 de enero al 10 de diciembre de este año al menos 26 mil 670 personas perdieron la vida a causa de la COVID-19 en México, lo que equivale a una reducción del 82.4 por ciento respecto a las 152 mil 142 defunciones registradas en el mismo periodo en 2021.
Según señalan las cifras, hasta esta fecha de corte, 330 mil 699 personas perdieron la vida a causa del virus, de las cuales el 91 por ciento, 304 mil 025, se registraron entre 2020 y 2021.
Aunado a lo anterior, enero con 9 mil 914 decesos y febrero con 9 mil 876 muertes, se colocaron como los meses con mayor número de defunciones por COVID de 2022. Le siguieron muy de lejos julio con 2 mil 270; marzo con mil 643 y agosto con mil 455.
Pese a las más de 26 mil muertes provocadas por el virus durante este año, la cifra es bastante menor comparada con 2021. En enero de ese año tan solo se registraron 39 mil 156 defunciones, cifra que supera ampliamente el total de fallecimientos de 2022.
En cuanto a las entidades con mayor número de defunciones por COVID-19 durante 2022, la Ciudad de México subió al primer lugar al registrar 2 mil 916 muertes.
En segundo lugar está el Estado de México con 2 mil 498 muertes y en tercero, Jalisco con 2 mil 101 casos.
Pese a las casi 7 mil muertes acumuladas entre estos tres estados, la realidad es que estas entidades registraron una disminución del 85, 88 y 80 por ciento respecto a 2021.
El año pasado el Estado de México contabilizó 21 mil 378 decesos, seguido de la Ciudad de México con 19 mil 732 y Jalisco con 10 mil 866 muertes.
De acuerdo con el Informe Técnico Semanal, hasta el 13 de diciembre en México se han confirmado 7 millones 165 mil 257 casos positivos.
Las 10 primeras entidades que acumulan el mayor número de casos son: Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León, Guanajuato, Jalisco, San Luis Potosí, Veracruz, Tabasco, Puebla y Sonora, que en conjunto conforman el 64 por ciento de todos los casos acumulados registrados en el país.
MEXICO DIJO ADIÓS AL CUBREBOCAS
En octubre de este año, México se unió a la lista de países que dejaron de recomendar el uso de cubrebocas en espacios cerrados ante la disminución en los casos y defunciones de COVID-19.
El 7 de octubre, la Secretaría de Salud federal emitió los nuevos “Lineamientos para la continuidad saludable de las actividades económicas ante COVID-19”, documento en el que se recomendó limitar el uso de cubrebocas sólo en espacios cerrados en donde no se pueda establecer una sana distancia entre personas, de al menos 1.5 metros.
Días más tarde, el Gobierno de la Ciudad de México anunció en la Gaceta oficial de la capital que el uso de cubrebocas sería opcional en espacios abiertos o cerrados a partir del viernes 14 de octubre, aunque se recomendó mantener su uso en lugares cerrados sin sana distancia o buena ventilación.
“A partir del viernes 14 de octubre de 2022 los establecimientos mercantiles y oficinas, tanto gubernamentales como privadas, espacios culturales, así como cualquier otra instalación, deberán observar las siguientes medidas generales de protección a la salud: uso voluntario de cubrebocas en espacios abiertos; o bien, en espacios cerrados cuando exista sana distancia y adecuada ventilación”, mencionaba el documento.
Sin embargo, las autoridades recomendaron mantener el uso de cubrebocas en los siguientes supuestos: espacios cerrados cuando no exista sana distancia o adecuada ventilación; lugares de alta afluencia de personas, como escuelas, transporte público u hospitales; actividades o espectáculos públicos en espacios cerrados; personas mayores, personas con enfermedades respiratorias, personas con patología crónica o inmunodepresión; personas sospechosas o confirmadas de COVID-19; y personas que decidieron no vacunarse.
La medida fue adoptada en casi todo el país, pero podría revertirse ante el reciente aumento de casos. El Gobierno de Nuevo León ya ha anunciado el regreso del uso obligatorio de mascarilla en espacios cerrados.
El pasado 12 de diciembre, Alma Rosa Marroquín, titular de la dependencia estatal, en conferencia de prensa, señaló que la medida será implementada pues además de la COVID, por la presente temporada de invierno, el cubrebocas puede disminuir el contagio de otras enfermedades como la gripa o la influenza.
La funcionaria explicó que con esta medida se pretende prevenir llegar a una situación alarmante en el Semáforo Epidemiológico que lleve a tener que tomar medidas severas.
En tanto, Hugo López-Gatell Ramírez, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, informó que el Gobierno no impondrá ninguna medida de carácter obligatorio para la prevención de enfermedades infecciosas como la COVID-19.
“No vamos a poner ninguna medida de carácter obligatorio porque existe una prueba de experiencia científica en la salud pública, de que las medidas que se imponen no sean útiles, no son efectivas”, dijo.
Sin embargo, reconoció que el cubrebocas es un instrumento que ayuda a la disminución de la transmisión de líquidos y secreciones respiratorias, pero que pierde su utilidad entre más ventilado está el espacio donde se está ocupando.
Al mandato de Nuevo León se sumaron otros estados. En Puebla se determinó su uso obligatorio desde el miércoles 21 de diciembre. En Baja California Sur se decidió la misma medida, aunque sólo en espacios cerrados y transporte público. A ello se sumó, un decreto publicado en Tamaulipas para portarlo en hospitales, centros educativos, centros de asistencia social, guarderías, consultorios médicos y espacios cerrados con conglomeraciones. A su vez, el Estado de México recomendó usarlo en espacios poco ventilados o con mucha aglomeración, y en San Luis Potosí se invitó a portarlo en las fiestas de fin de año.
AUMENTO DE CASOS POR INVIERNO
Hugo López-Gatell Ramírez, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, dio a conocer el incremento de casos de la COVID-19 mantenía un incremento de seis semanas por la temporada invernal, periodo en el que el virus dura más tiempo en el aire, tal como ocurre con otras infecciones respiratorias.
López-Gatell explicó que a pesar del aumento en el número de casos, estos han tenido un avance más lento comparado con olas de contagio anteriores.
“Un incremento lento comparado con la velocidad con la que han crecido, por ejemplo, la cuarta, la quinta ola”.
El funcionario reiteró que como en todo el mundo, siempre en temporadas de frío, en el periodo entre el otoño y el invierno, las infecciones respiratorias como la COVID-19 tienden a incrementar.
“Estos casos o contagios de la COVID-19 atienden a la misma lógica de las infecciones respiratorias: que todas las temporadas de frío, otoño-invierno, en todo el mundo y desde hace centenas o milenios, incrementa”, dijo.
“Las enfermedades respiratorias causadas por virus tienen una mayor capacidad de transmisión durante la temporada fría, sencillamente porque las gotas de líquido respiratorio, de secreciones respiratorias duran más tiempo en el aire y eso las hace más viables para que contagien de una persona a otra”.