Death Stranding es una entrega ambiciosa, es arriesgada, profunda, pero, sobre todo, es diferente. Toma elementos como el equilibrio, el balance o el crear tus propias armas para sobrevivir, te hace pensar si esconderte o atacar es la mejor opción y pone muchas decisiones sobre la mesa. Death Stranding representa un poco lo que vimos en Breath of the Wild e introduce nuevamente la cuestión de que cada persona pasará el juego a su modo y por el camino que quiera.
Ciudad de México, 24 de noviembre (SinEmbargo).- Cuando en 2015 supimos de la ruptura entre Hideo Kojima y Konami, una de las parejas más emblemáticas en la historia de los videojuegos con la saga de Metal Gear; lo primero que pasó por nuestra mente era qué pasaría con Kojima Productions y qué proyectos podrían hacer. Aunque no pasó mucho tiempo para que Sony hiciera una alianza con Hideo Kojima para el desarrollo de una nueva IP (Death Stranding), sí tuvieron que pasar casi 4 años para conocer el resultado de este nuevo equipo. Hideo Kojima “recicló” elementos con los que estaba trabajando en una nueva entrega de Silent Hill, como lo son Norman Reedus o Guillermo del Toro para involucrarlos en un proyecto totalmente nuevo, mucho más ambicioso y completamente diferente, y así es como nació Death Stranding.
Death Stranding nos pone en el papel de Sam Porter Bridges (Norma Reedus), al que podemos clasificar como un mensajero desde el inicio del juego. El mundo ha pasado por muchos problemas y eventos catastróficos que se convierte en un escenario post apocalíptico, sin embargo, la civilización restante en EU busca rehacer su vida y descubrir como volver a conectar las ciudades y por ende el mundo. Dicha tarea la realizaba nuestra hermana Amelie quien ha sido capturada en una base y por lo que no ha logrado completar su misión principal otorgada por la Presidente de EU (quien resulta ser nuestra madre). Dicha tarea nos es encomendada para reconectar nuevamente estas ciudades y rescatar a nuestra hermana, encomienda nada sencilla.
Dentro de este mundo post apocalíptico existen seres conocidos como “BT’s” que llegaron con el suceso conocido como “Death Stranding”, estos seres de una realidad entre la vida y la muerte que buscarán acabar con los seres humanos.
Estos “BT’s” llegan con un suceso conocido como “Timefall”, el cual básicamente comienza con una lluvia y mientras más nos acercamos a ellos mayor peligro corremos. Contamos con un dispositivo conocido como “Baby Bridge” o “BB”, el cual es un bebé real que ha sido tomado del vientre de mujeres con muerte cerebral y reconectados en un “Baby pod” el cual simula el vientre de una madre, gracias a esto los “BB” tiene una conexión más cercana al “mundo de los muertos” lo que nos ayuda a detectar a los “BT’s”, esto mediante una conexión neuronal con nuestro “BB”.
Escapar no es una tarea fácil, pero se puede hacer, podrás sostener tu aliento para no ser escuchado y moverte lentamente, sin embargo, tendrás que medir tu barra de estamina, porque tendrás que tomar aliento en algún momento lo que puede convertirse en un problema, en dado caso que tengas que recurrir a los enfrentamientos podrás hacerlo gracias a granadas que creas con tus fluidos corporales que resultan letales contra los BT’s, pero esta debe ser tu última opción, ya que no puedes ir por el mundo enfrentando BT’s.
Además de esto, como lo mencionamos en un inicio, la tarea principal de Sam es recolectar y entregar paquetes. Estas tareas las podremos encontrar en cada una de las ciudades como misiones principales o secundarias y como paquetes pérfidos en el mundo del juego; todos y cada uno de estos paquetes representan una carga y un peso diferentes donde podremos llevar desde materiales como metales, alimentos, medicina y herramientas que nos ayudarán a recorrer el mundo como escaleras, cuerdas o hasta un par extra de botas para caminar.
Death Stranding lleva al límite el tema de sobrevivir en el juego, tendremos que calcular el peso que llevamos con los paquetes o de lo contrario podemos caer o avanzar demasiado lento, aunque existen vehículos en el mundo nunca podremos llevar más del peso que podamos cargar; ya sea en la espalda, en los brazos o piernas y en cada mano, todo esto representa un balance y equilibrio desafiante para el jugador, porque no sólo puedes cargarte y correr, necesitas mantener en este caso R2 y L2 presionados para mantener siempre el equilibrio o en dado caso que estés cargando paquetes en la manos, siempre tendrás que tener estos botones apretados, claro que el peso que podamos cargar irá aumentando conforme avancemos en el juego, pero tienes que estar al pendiente de tus alrededores porque además de los BT’s existen carroñeros que buscarán obtener tus paquetes a toda costa. Otro de los puntos importantes del juego es que cuando llega la lluvia o “Timefall” nuestros paquetes sufren daños, por lo que mientras más rápido los entregues es mejor para ti.
El mundo abierto está más vivo que nunca y es gracias al internet, ya que podremos dejar elementos en el mundo que podrá ayudar a alguien más que esté jugando, desde mensajes o direcciones hasta cuerdas, escaleras, depósitos y hasta paquetes, armas, granadas, escaleras y demás que quieras compartir. Tal vez alguien pensó primero por donde sería mejor subir o poner un depósito para entregar paquetes saliendo de una zona y cada uno de estos elementos alimentan el juego para disfrutarlo más.
Death Stranding es una entrega ambiciosa por todos los lados dónde se miré, es arriesgada, es profunda, pero, sobre todo, es diferente. Toma elementos como el equilibrio, el balance o el crear tus propias armas para sobrevivir, te hace pensar si esconderte o atacar es la mejor opción y pone muchas decisiones sobre la mesa. Death Stranding representa un poco lo que vimos en Breath of the Wild e introduce nuevamente la cuestión de que cada persona pasará el juego a su modo y por el camino que quiera.
Y aunque a lo largo de estas últimas semanas hemos visto calificaciones perfectas, opiniones divididas y demasiados argumentos, al final del día la calificación que tenga está en el consumidor final, en la persona que lo disfrute, que le saque todo el jugo posible y que pase horas pegado al televisor hasta acabar por completo el juego. Death Stranding, hace muy bien su labor como juego, entretiene, es diferente y cuenta una gran historia; y aunque la perfección no existe, es un producto que todo deberíamos jugar por lo menos una vez en nuestras vidas.
