Un usuario de Facebook pidió ayuda luego que las cámaras afuera de su negocio captaron el instante en el que los tres jóvenes tomaron cosas de la ofrenda.
Ciudad de México, 24 de octubre (SinEmbargo).- Un hombre llamado Héctor López denunció a través de Facebook que tres jóvenes se robaron objetos del altar de muertos que colocó afuera de su negocio en la colonia portales de la Ciudad de México.
En el video grabado por una cámara de vigilancia se observa cómo los tres jóvenes pasaban por la calle, se detienen en la ofrenda para observarla cuidadosamente, después, empiezan a selecciones objetos y a meterlos en sus bolsillos.
“Quiero poner en evidencia a la rata ayúdeme se roban mis cosas de la ofrenda”, publicó Héctor en su cuenta de Facebook. La acción de quienes aparecen en el video desató el enojo de los internautas quienes exigieron respeto para los muertos y para la tradición de venerarlos.
LAS OFRENDAS DEL DIA DE MUERTOS EN LA TRADICIÓN
Los orígenes de la tradición del Día de Muertos son anteriores a la llegada de los españoles. El altar de muertos es un elemento fundamental en el conjunto de tradiciones mexicanas del Día de Muertos, que consiste en instalar altares domésticos en honor de los muertos de la familia donde se ofrece como ofrenda alimentos, velas, flores y objetos de uso cotidiano del difunto.
Es una construcción simbólica resultado del sincretismo de las ideologías prehispánicas, la cosmovisión endémica de las culturas mesoamericanas y las creencias religiosas europeas de carácter abrahámico traídas por los conquistadores y misioneros españoles encomendados a la colonización y conversión de los pueblos nativos del actual territorio mexicano. Las creencias mesoamericanas sincréticas, para rendir tributo a los antepasados familiares, a los difuntos cercanos o a personajes importantes.
El registro arqueológico de los pueblos mesoamericanos da testimonio de que en los ritos funerarios de estas civilizaciones era bastante común dejar en la sepultura objetos de uso cotidiano, herramientas del oficio del difunto, joyería, ropas, alimentos y piedras semipreciosas, entre otras cosas, para ayudar al difunto en su travesía y estancia en el otro mundo.