Expertos advirtieron las consecuencias que están teniendo las restricciones para frenar el coronavirus en los niños y los adolescentes.
Por Concha Tejerina
Madrid (España), 24 oct (EFE).- El acumulamiento de medidas para frenar la COVID–19 desborda en los niños y adolescentes las cotas de “estrés tóxico” para un sistema nervioso en crecimiento, y produciendo alteraciones o incluso daños a nivel de estructura y función cerebral” que pueden condicionar su salud física y mental, advirtieron especialistas españoles.
El estudio sanitario, social y educativo en menores de edad ha sido firmado por dos mil profesionales que consideran “especialmente perjudiciales” algunas medidas impuestas en las escuelas y en algunas instituciones.
LAS MASCARILLAS COMO BARRERA EXPRESIVA
“Somos un grupo de profesionales que estamos preocupados”, afirmó a EFE el pedagogo y educador familiar Gorka Saitua, uno de los promotores de la iniciativa que pone como ejemplo el uso ininterrumpido de mascarillas por parte de las personas que son un referente de los menores en edades muy tempranas.
Los niños de cero a cinco años necesitan “ver la cara” de sus figura de apego -padre, madre o docente- para “regular el estrés. Precisan captar las señales de seguridad que ofrecen porque sabemos que una cara inexpresiva reporta a esas edades unos niveles de estrés que no se pueden tolerar”, explicó Saitua.
También tiene gran impacto en los menores la inexistencia de periodos de adaptación, las medidas de aislamiento en caso de enfermedad o la imposibilidad de mantener relación con otros niños o niñas afines que pertenecen a otro grupo burbuja, entre otras medidas.
EL IMPACTO PSICOLÓGICO EN NIÑOS Y JÓVENES
Los investigadores piden atender el impacto de algunas medidas sanitarias todavía vigentes como prevención de la COVID-19, especialmente durante la primera infancia -de cero a seis años- aunque también en la segunda infancia y adolescencia”.
Tras recordar el repunte de la incidencia de trastornos de salud mental entre la población infantil y juvenil debido al estrés agudo o crónico desde el inicio de la pandemia, insisten a las autoridades “a considerar, en sus decisiones, el impacto que estas medidas pueden tener en ellos a corto, medio o largo plazo”.
Gorka Saitua aclaró que no son “activistas antimascarillas” y que respetan “las medidas que se han tomado hasta ahora”, pero creen que en el momento epidemiológico actual “quizá hay que revisar determinadas medidas porque están dañando a la infancia”.
LOS PELIGROS DEL ESTRÉS TÓXICO EN MENORES
Este llamado surgió luego de la publicación de una orientadora de un centro educativo que advertía de un incremento de menores que “estaban bloqueados” y no podían explorar ni en compañía de los profesores ni de sus padres.
“A partir de ahí se comentó, desde distintos ámbitos, que también observaban cosas muy preocupantes de sintomatología en niños, niñas y adolescentes” y que la acumulación de medidas para hacer frente a la COVID-19 les estaban “aportando unos niveles de estrés tóxico” importantes.
Saitua explicó que el concepto de “estrés tóxico” se refiere a los niveles de cortisol (hormona del estrés) que se acumulan en el cuerpo y acaban funcionando como veneno, con “complicaciones muy severas a nivel del desarrollo neurológico del menor”.
“El daño que se sufre en la temprana infancia, sobre todo de cero a tres años, no es fácil de reparar -advierte- porque la plasticidad cerebral (la capacidad del cerebro para ordenarse y estructurarse) en función de algunas realidades se va perdiendo a lo largo de los años”.
Según explicó, los profesionales “estamos viendo que muchos niños y niñas de la población general, que muchas veces consideramos que no tienen problemas, ya están empezando a verse afectados por estos niveles de estrés tóxico y teniendo una sintomatología que a veces es compatible con la que los menores abandonados y maltratados tienen en procesos como el de protección a la infancia”.
“Pero nos preocupan más lo que ya de por si tienen otro tipo de dificultades, como aquellos que han sufrido maltrato o abandono, que necesitan un trato especial”, afirmó el especialista.