Evergrande arrastra un pasivo total de más de 300 mil millones de dólares, de los cuales 37 mil se corresponden a préstamos por devolver antes del final del primer semestre de 2022.
Pekín, 24 oct (EFE).- El gigante inmobiliario chino Evergrande aseguró este domingo que ha reanudado los trabajos en más de 10 proyectos, poco después de que la prensa local apuntase a que la empresa abonó los intereses de un bono offshore justo un día antes de incurrir oficialmente en impago.
El grupo comunicó hoy a través de la red social Wechat que algunos proyectos en ciudades como la meridional de Shenzhen han entrado “en la fase de decoración interior para ser entregados” y que el grupo está terminando de construir otros edificios.
Evergrande, paradigma de la política aperturista del país asiático desde la década de 1970, arrastra un pasivo total de más de 300 mil millones de dólares, de los cuales 37 mil se corresponden a préstamos por devolver antes del final del primer semestre de 2022.
El sector inmobiliario chino comenzó a sobrecalentarse a finales de 1990, cuando los reguladores de entonces abrieron la mano a promotoras ávidas por aprovechar el “boom” del ladrillo chino.
Las restricciones a la salida de capitales y la volatilidad de los mercados bursátiles locales han hecho que las propiedades sean uno de los vehículos de inversión preferidos en China, en parte debido a que todavía no existe un impuesto sobre bienes inmuebles a nivel nacional: según Moody’s Analytics, las viviendas representan casi el 60 por ciento del patrimonio de los hogares chinos y más de un 75 por ciento de sus deudas.
Al margen, las autoridades han tratado en los últimos años de regular el sector para controlar su expansión desmedida, obligando a las empresas a reducir pasivos y a ofrecer descuentos cada vez mayores para mantener la liquidez.
Algunos expertos estiman que el peso directo e indirecto del sector inmobiliario y del de la construcción alcanza entre un 20 y un 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
También se cree que entre el 13 por ciento y el 22 por ciento de las viviendas urbanas del país están vacías, especialmente en las ciudades más pequeñas, en algunas de las cuales las autoridades ya han comenzado a establecer límites a cuánto pueden bajar de precio los pisos para “mantener la estabilidad” del mercado.