Metroid Dread representa la cima dentro de la franquicia y el género, además nos recuerda que un juego 2D puede ofrecernos una de la experiencias más desafiantes de los últimos años.
Ciudad de México, 24 de octubre (SinEmbargo).- La saga de Metroid como el personaje de Samus Aran, tienen un lugar muy especial en el corazón de muchas personas, una de las franquicias más emblemáticas de Nintendo y una de la que más años tuvieron que pasar para volver a tener una entrega en 2D, pero no sólo eso, sino que es una entrega que cierra la historia que vimos en Metroid Fusion, por allá del año 2002. Casi 20 años han pasado para que nuevamente la saga regrese a la actual consola de Nintendo: el Nintendo Switch, aprovechando el lanzamiento de su nueva versión “OLED” y dándonos una de las mejores entregas en la franquicia, sino es que la mejor.
Metroid Dread llega de la mano de MercurySteam, un estudio español que anteriormente se había encargado del remake de Samus Returns para el Nintendo 3DS, sentando las bases y conociendo la franquicia para lograr lo que representa esta nueva entrega. La historia de Metroid Dread tiene lugar poco después de los acontecimientos de Metroid Fusion, Samus Aran tras infectarse con el parásito X y posteriormente ser la única persona capaz de salvar la galaxia gracias a una vacuna con ADN Metroid, representa una nueva etapa para heroína en una perspectiva muy personal. Después de esto, se nos informará de una nueva amenaza en el planeta ZDR donde la Federación Galáctica envía a los robots E.M.M.I a investigar lo ocurrido, sin embargo, poco tiempo después se pierde su rastro y cualquier paradero posible, siendo este el inicio de la nueva aventura de Samus Aran.
Sin entrar a detalle en la trama general y final de esta entrega que sirve como cierre al arco narrativo de la historia de manera breve, con un gran nivel de exploración y de jugabilidad, así como acciones bastante concisas en lo que podemos ir descubriendo para indagar más en los eventos que suceden a nuestro alrededor y aunque es una historia relativamente corta (entre 8-10 horas de juego), es realmente satisfactoria. Siendo la exploración dentro de un juego de plataforma en el género Metroidvania una de las características principales en su diseño 2D de los diferentes niveles o escenarios que podremos descubrir, justo en este aspecto Metroid Dread hace un trabajo realmente espectacular, brindándonos una experiencia diferente y bastante única a lo que hemos visto en la saga; todo esto, combinado con el nivel de dificultad y el sentimiento de persecución gracias a la amenaza constante que representan los enemigos, hacen de esta entrega algo realmente destacable.
Estaremos solos con nuestra intuición y capacidad de exploración, algo que hace que el desafío que representa esta nueva aventura sea aún mayor, ya que si bien el mapa nos señalará zonas que vayamos descubriendo, muchas de ellas no serán accesibles de manera inmediata, por lo que estaremos en una constante travesía de ida y venida, además, conforme vayamos avanzando en la historia, podremos tener acceso a desbloquear habilidades nuevas que nos ayudarán, así como mejoras a nuestras armas para poder derrotar a ciertos enemigos. Cabe mencionar que no todos los enemigos responden de la misma manera a los ataques, por lo que tendremos que ser bastante cuidadosos de contra quién nos enfrentamos, a quién sí podemos derrotar o a quién no.
La jugabilidad en Metroid Dread es otro de los puntos fundamentales y más enriquecidos que nos ofrece el juego, desde las diferentes capacidades que podemos ir aprendiendo relacionadas al movimiento de nuestro personaje como deslizarse por zonas bastante pequeñas, conseguir la habilidad de “morph ball” que nos transforma en una especie de pelota para pasar por lugar que son poco accesibles o imposibles deslizándonos, la habilidad para hacernos invisibles y evitar ser detectados por sensores de movimiento de nuestros enemigos u obtener mejoras en nuestro traje para soportar temperaturas bastante altas, entre otras cosas.
La parte del combate se siente bastante fluida y precisa con controles que podremos ir conociendo desde los inicios de esta aventura, así como diferentes opciones de ataque que iremos ideando conforme desbloqueemos más habilidades. Además, los diferentes tipos de enemigos, desde pequeños hasta los más grandes, nos dan una variedad bastante entretenida de poder experimentar diferentes formas de combate y batallas que nos sacarán más de una cana verde.
Metroid Dread representa la cima dentro de la franquicia y el género, además nos recuerda que un juego 2D puede ofrecernos una de la experiencias más enriquecedoras y desafiantes de los últimos años, esperando que sea el principio para ver más entregas en un periodo menor a 20 años dentro de una de las franquicias más emblemáticas de Nintendo y de la industria de los videojuegos.