Hoy en día hablar de alimentación, es hablar desde la producción hasta el consumo, y de las implicaciones ambientales, económicas, sociales y de salud que suponen nuestros hábitos alimentarios.
Escuchamos constantemente sobre el cambio climático, desigualdad alimentaria, enfermedades, temas aparentemente distantes pero que indudablemente están ligados a lo que comemos y la forma en la que lo producimos.
En Igualdad Animal, hemos documentado la crueldad inmensurable a la que millones de animales se enfrentan día a día dentro de la industria ganadera, sin embargo, la reciente pandemia puso a flote la emergencia ambiental, y de salud que también genera esta actividad.
El sistema alimentario actual es insostenible, la industria alimentaria genera más de una tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero, usa más de un tercio del agua potable y utiliza dos terceras partes de las tierras disponibles del mundo, y ante la necesidad de alimentar a una población creciente, es urgente transitar a un sistema alimentario que sea sostenible a nivel social, cultural y económico.
Una alimentación sostenible ayuda, entre otras cosas, a reducir el índice de pobreza, mejorar la salud de las y los mexicanos, reducir la emisión de gases de efecto invernadero, minimizar el uso y contaminación de agua potable y proteger la biodiversidad.
Para lograr esto, se requiere un cambio a nivel legislativo y ejecutivo para que las leyes, programas, proyectos y políticas públicas tengan un contexto y visión sostenible.
Es por ello que presentamos hace poco más de un mes, junto con la asociación mexicana sin fines de lucro, Alianza Alimentaria y Acción Climática A.C., -cuyo objetivo es impulsar acciones enfocadas a mitigar el cambio climático y mejorar el bienestar mediante la implementación de dietas sostenibles-, a través de la senadora Nancy de la Sierra Arámburo, integrante del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo, una iniciativa de ley ante la cámara de senadores para reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de tal forma que se faculte a la Federación, Estados, Ciudad de México y sus demarcaciones y los municipios para poder legislar en materia de alimentación con una visión integral de sostenibilidad donde se considere el bienestar de las personas, el medio ambiente y los animales por igual.
La iniciativa busca reformar el artículo 73 constitucional para facultar al Congreso de la Unión para expedir la legislación correspondiente a la promoción, respeto y garantía de una alimentación sostenible, nutritiva, suficiente y de calidad.
Esta propuesta, abrirá la puerta para permitir al poder legislativo y ejecutivo tener responsabilidades, facultades y obligaciones en los tres órdenes de gobierno que garanticen a toda la población el acceso no solo a alimentos de alta calidad nutricional, sino también a un medio ambiente sano.
Es necesario actuar ahora, desde lo individual, pero también en global, cambiando el paradigma de los hábitos alimentarios, para reducir el consumo de alimentos de origen animal y adoptar una alimentación mayormente conformada por legumbres, semillas y vegetales que nos conduzca a la sostenibilidad. Un camino que ya están tomando naciones de todo el mundo y del que México no puede quedarse atrás. Esta iniciativa coloca a nuestro país en este camino.
Por ahora, la iniciativa está en proceso de dictaminación en la comisión de Estudios Legislativos, y es de urgencia que se agilice su dictaminación porque es una reforma necesaria para poder generar una Ley en materia de Alimentación que sirva de marco general y que será el camino para que todo habitante de nuestra nación pueda acceder a una alimentación que contribuya a disminuir el impacto ambiental y que sea más compasiva y respetuosa con los animales.