Para este ponche se usan frutas como arándano, guayabilla, ciruela pasa, granada, coco con piña o hasta tamarindo para darle un toque de frescura a la mezcla.
Ciudad de México, 24 de septiembre (SinEmbargo).- Comala es el “Pueblo Blanco de América”, un destino plagado de tradiciones en Colima que contagia a todas las personas que lo visitan; si hay una bebida representativa del lugar que inspiró Pedro Páramo es el Ponche. Un elixir que desde hace más de 100 años ha deleitado el paladar de millones de personas que han sucumbido ante su sabor.
El Ponche de Comala es una bebida con sabor único que se prepara con agua o leche, frutas o granos y una dosis variable de alcohol puro de caña. Algunos productores también suelen usar leche bronca de vaca, mezcal o tuxca, que es un destilado artesanal elaborado con más de diez variedades de agaves salvajes. Esta bebida ha sobrevivido de generación en generación, gracias a los populares “botaneros familiares”, negocios ubicados en el primer cuadro del pueblo donde se preserva y promueve esta bebida.
Los comaltecos encargados de elaborar el ponche usan frutas como arándano, guayabilla, ciruela pasa, granada, coco con piña o tamarindo para darle un toque de frescura a la mezcla, aunque también tienen gusto por el café, almendras, pistaches, cacahuates, nueces y la cajeta para los ponches cremosos a base de leche. La nuez de macadamia tiene mención especial, la popularidad de este fruto seco originario de Australia es amplia en nuestro país, ya que además de los sembradíos en Comala, la macadamia tiene presencia en tierras de Michoacán, Puebla y Veracruz.
Gracias a su inigualable sabor y beneficios a la salud, la producción y venta de ponche representa una valiosa fuente de ingresos para decenas de familias comaltecas y un deleite para los visitantes nacionales y extranjeros.