La tecnología de tratamiento conocida por el uso de un receptor de antígeno quimérico (CAR T por sus siglas en inglés) aprovecha las células del propio paciente para aumentar su capacidad de combatir el cáncer.
Ciudad de México, 24 de septiembre (RT).- La práctica de reprogramar las células inmunes de los pacientes con cáncer para tratar la enfermedad está en desarrollo en lo que va de siglo, y dos investigadores estadounidenses han hecho una evaluación de su eficacia.
Su informe, que el sitio web Medical Press publicó el viernes pasado, habla de “una revolución en la inmunoterapia”, aunque advierte también de los elevados costes de este novedoso método.
La tecnología de tratamiento conocida por el uso de un receptor de antígeno quimérico (CAR T por sus siglas en inglés) aprovecha las células del propio paciente para aumentar su capacidad de combatir el cáncer. Las células se le extraen de la sangre o la linfa, son modificadas en laboratorio para que puedan reconocer y atacar a las células cancerosas, y finalmente el “pequeño ejército” de células “quimeras” es devuelto al paciente.
Para facilitar esas modificaciones experimentales se desarrollaron dos medicamentos que funcionan a nivel celular: Kymriah y Yescarta. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EU dio luz verde a ambos en el año 2017 y ahora está disponible la primera estadística de su aplicación a distintos grupos de pacientes.
RESPUESTA MAYORITARIA
Los mayores éxitos fueron registrados en los casos de leucemia linfoblástica y linfoma de células B grandes. En los pacientes con esa variedad de leucemia la “respuesta completa” oscilaba entre el 60 por ciento y el 93 por ciento de los casos, aunque había “altas tasas de recaída que limitan el éxito general”. En los pacientes niños se registró un 73 por ciento de éxito.
El uso del CAR T contra el linfoma dio porcentajes más bajos de respuesta completa, pero también se observaron pocas recaídas.
Esos porcentajes de remisión firme se alcanzaron en varios ensayos clínicos sin ningún tratamiento adicional. Con los tumores sólidos no hubo una respuesta comparable, pero los autores del informe estiman que en el futuro se podrán superar las “inconvenientes actuales” del método CAR T.
Sin embargo, la mayor preocupación de los autores del informe sobre este tratamiento innovador es su coste, ya que inyectar en la sangre del paciente una dosis del fármaco Kymriah vale en torno a 475 mil dólares, mientras que el precio de una dosis de Yescarta rondaría los 373 mil dólares.