Chalco es un municipio ubicado al oriente del Estado de México y parte de la Zona Metropolitana del Valle de México, que comenzó a crecer aproximadamente hace 50 años para hospedar a miles de personas que llegaban a trabajar a la Ciudad de México, –aunque el boom de esto ocurrió en los 90–. Es un municipio dormitorio donde ahora viven cientos de miles de personas en colonias construidas de manera irregular sobre cerros y llanuras, estas últimas son las que ahora sufren los estragos de las inundaciones. La más reciente, los 23 días que llevan bajo aguas negras calles de, al menos, 13 colonias.
Ciudad de México, 24 de agosto (SinEmbargo).- Dos mil casas, más de 7 mil 600 personas, llevan 23 días viviendo bajo aguas negras en 13 colonias del municipio de Chalco, Estado de México. ¿Qué pasó? El sistema de drenaje colapsó, un problema estructural que comenzó con los asentamientos urbanos en esa zona, hace poco más de 50 años, pero que se complicó en los 90 cuando dicho desagüe fue construído. Fue durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari que este sistema se instaló pero no para la cantidad de personas que ahora habitan ahí lo que, sumado a la acumulación de basura, da como resultado una catástrofe.
La última promesa para Chalco, una posible solución a las inundaciones que viven desde hace 14 años de manera más grave, fue antes del gobierno de Delfina Gómez, con Alfredo del Mazo (PRI), quien en noviembre de 2022 anunció una megaobra de 115 millones de pesos para terminar el colector de agua Solidaridad, remodelarlo, alargarlo y facilitar la salida del drenaje. Debía estar listo a finales de 2023 pero no ocurrió, la obra fue detenida y se encuentra al 40%, situación que ahora pagan los vecinos con sus patrimonios y afectaciones a la salud.
“Que limpien los drenajes, eso es lo más urgente porque desde antes de que pasara todo esto yo pedí que limpiaran la coladera donde se conecta el drenaje de mi casa y no hicieron caso. Todos mis cuartos están con agua, muebles echados a perder, basura y lodo que no podemos limpiar mientras no se vaya el agua”, contó la señora Ana, vecina de la colonia Culturas de México en Chalco. En esta familia, aunque permanecen la mayor cantidad de miembros habitando el segundo piso de la casa, se fueron con otros familiares una mujer adulta mayor y una niña de dos años porque enfermaron de infección en el estómago.
La idea de una colonia inundada por aguas negras podría dar paso a la imagen de que, por esas condiciones, está deshabitada pero no es así. Pese al agua –cuyo nivel llega al tobillo en unas zonas pero hasta la cintura o pecho en otras–, los vecinos salen, salen a conseguir de comer o a ver si alcanzan alguna de las despensas que el gobierno estatal reparte. Algunas más intentan, sin éxito, sacar el agua negra de sus patios, a cubetazos o con mangueras; algunas familias se han mudado, con pocas cosas, con otros familiares y dejan sus casas solas, otros permanecen vigilando sus pertenencias pues aseguran que por las noches han habido robos en las casas inundadas.
Estar en la colonia Culturas de México es oler todo el tiempo caño, un olor fétido que se impregna en la nariz por horas; es pisar lodo mezclado con suciedad de todo tipo. Visitar esta u otra de las 12 colonias inundadas desde hace 23 días es ver de cerca la tragedia, la pérdida de patrimonio y la desesperación por recibir ayuda del gobierno. Los vecinos no quieren más de lo que tenían: sus pertenencias en buen estado, salud y poder salir a trabajar, lo que muchos dejaron de hacer por la falta de condiciones. Como el señor Mario, quien trabaja como mecánico en el patio de su casa ahora inundado de aguas negras.
“Entre toda la porquería, no puede uno cocinar”, dice la señora María Victoria, vecina de la calle Yaquis en Culturas de México, pues su cocina quedó bajó el agua y ahora preparan la comida en el segundo nivel, donde vive su hijo con su familia. En esta casa, las bardas que desde hace tres semanas tienen aguas negras, ya muestran graves daños por la humedad, por lo que piden al Gobierno que la ayuda sea para reparar esas afectaciones.
“Mire mis bardas llenas de humedad. Y pues no, yo no he recibido apoyo del gobierno, vivimos en la última calle de la colonia y acá siempre nos olvidan”. La señora María relató que han perdido sus trabajos y el único proveedor de la casa es su hijo, además de las enfermedades que ya tienen, diarrea, por vivir entre aguas fétidas: “lo que pedimos ya es que desazolve, por favor, ya es urgente. Dicen que son gobiernos de austeridad pero se ve que esa austeridad la están aplicando en nosotros”.
DÉCADAS PIDIENDO AYUDA
Chalco es un municipio ubicado al oriente del Estado de México, y parte de la Zona Metropolitana del Valle de México, que comenzó a crecer aproximadamente hace 50 años para hospedar a miles de personas que llegaban a trabajar a la Ciudad de México y necesitaban un lugar en las periferias para dormir. Es un municipio “dormitorio” –término utilizado para referirse a una ciudad cuyos residentes normalmente trabajan en otra, aunque vivan y coman en ella–, donde habitan 400 mil 057 personas en colonias construidas de manera irregular.
Fue en la década de 1970, ante el crecimiento explosivo de la población migrante hacia la Ciudad de México, que empezaron a crecer los asentamientos irregulares en esa zona que después formarían Chalco, uno de los municipios con mayor tasa de crecimiento poblacional del país. Además, está en un lugar con orografía complicada pues la diferencia de altitud entre los terrenos del municipio es significativa: los habitantes bien pueden vivir en cerros como en llanuras, estas últimas son las que ahora sufren los estragos de las inundaciones pues toda el agua, de lluvia y de los desagües de las colonias altas les llegan a colonias como Culturas de México.
El drenaje principal de este municipio fue construido en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, pensado para una población mucho menor sin planeación futura. Según el alcalde de Chalco, Miguel Gutiérrez, hace 30 años se asentaron viviendas de manera irregular sobre el colector Solidaridad, por lo que desde ese entonces se han complicado las labores de reparación y mantenimiento, y sus características actuales no permiten el desalojo efectivo de las aguas.
Además del tapón que impide el paso del agua y llevan semanas intentando desazolvar, el colector por el cual se desahogan las aguas negras tiene tres hundimientos y contrapendientes de hasta 2.2 metros, esto a lo largo de los tres kilómetros que mide. Otro problema, no deja de recibir aguas combinadas de otras colonias y del municipio vecino, Valle de Chalco.
En una conferencia mañanera pasada, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que se trata de un problema estructural: “es un drenaje con dimensiones muy limitadas, muy pequeño, que fue rebasado. Además, también, con problemas de basura. Es un drenaje de muy poco diámetro para todo lo que ha estado lloviendo, es una zona baja. Se requiere buscar una solución de fondo, pero ya se está atendiendo y lo vamos a seguir haciendo”.
Acorde a esto se ha pronunciado la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, quien en días pasados recordó que el crecimiento de la zona oriente del Estado de México fue con Salinas de Gortari sin planeación y que su gobierno atenderá esta situación a fondo.
“Son zonas bajas que requieren sistemas de desagüe importantes. Nosotros estamos trabajando ya con Clara Brugada, próxima Jefa de Gobierno; y con Delfina Gómez, también con el gobernador de Hidalgo para un programa especial de agua y saneamiento para Zona Metropolitana del Valle de México. Ahorita no es sencillo sacar el agua porque están trabajando ya el gobierno federal y cuando entremos nosotros vamos atender de manera estructural”, dijo Sheinbaum.
Mientras que la gobernadora mexiquense, Delfina Gómez, aseguró que las inundaciones se atienden “desde el día uno” con desazolve, atención a la población en temas de salud de manera gratuita y reparto de despensas. Aún con todo esto, no hay fecha para cuando los habitantes de Chalco afectados puedan volver a vivir sin aguas negras en sus casas.