Ciudad de México, 24 de agosto (SinEmbargo).- El Proyecto Etileno XXI es un negocio irregular de Petróleos Mexicanos (Pemex) que generó pérdidas y gastos innecesarios por al menos 7 mil 124 millones 963 mil 300 pesos entre 2015 y 2018, debido a pagos por servicios no efectuados, castigos por incumplimiento de contrato y políticas contractuales injustas para la Empresa Productiva del Estado, de acuerdo con información oficial analizada por la Unidad de Datos de SinEmbargo.
El abogado Paulo Díez Gargari –quien denunció actos de corrupción e irregularidades en Etileno XXI desde 2008– asegura que se trata de un caso con varios niveles de colusión entre privados y funcionarios públicos del Gobierno federal, que incluye conflictos de interés con puerta giratoria, sobornos y redes criminales fraguadas desde el Estado durante los sexenios de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018).
Un documento filtrado de la Fiscalía General de la República (FGR) sobre las declaraciones de Emilio Lozoya Austin coincide con lo anterior. Según el exdirector general de Pemex (2012-2016) del peñanietismo, el negocio de Etileno XXI entre el consorcio Braskem-Idesa y Pemex Gas y Petroquímica Básica (hoy Pemex Transformación Industrial) consistió en que la compañía subsidiaria de Odebrecht compraría etano a la petrolera, con un “descuento inexplicable de 25 por ciento sobre el precio del mercado, lo que hacía super desventajosa la posición de Pemex”.
La relación de Braskem-Idesa y Pemex forma parte de “un esquema criminal diseñado y ejecutado por una sofisticada red de corrupción en la que participan empleados públicos y empresarios, en perjuicio de Pemex y de la economía nacional”. Para Díez Gargari, Etileno XXI es un claro ejemplo de un “pacto de impunidad transexenal” que “no es monopolio del Partido Revolucionario Institucional [PRI], aunque éste sea su más conspicuo representante, sino que es transversal a todos los partidos políticos”.
Desde el proceso de licitación, que incluyó un “incremento ilegal del impuesto a la importación de polietileno [a partir de 2015] que llevó a cabo el Gobierno federal con la intención de beneficiar indebidamente a Braksem-Idesa”, la concesión estuvo amañada, se lee en una denuncia de Díez Gargari ante la FGR con fecha del 7 de agosto de 2020.
Las cifras registradas por éste medio digital con base en la información de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) indican que en los tres años posteriores al inicio del contrato del Proyecto Etileno XXI en 2015, las pérdidas y gastos innecesarios fueron equiparables a 2 mil 374 millones 987 mil 766.67 pesos por año. De mantener éste ritmo, el perjuicio económico para Pemex durante la duración del contrato –15 años más con opción de prórroga por 15 años adicionales– sería de entre 40 mil 374 millones 792 mil 33 y 75 mil 999 millones 608 mil 533 pesos.
El contrato obtenido por Braskem-Idesa no se explica sin los actos de corrupción al amparo de los gobiernos panistas y priistas. De acuerdo con las declaraciones ante la FGR de Emilio Lozoya Austin, “por esa operación, muchos panistas dentro del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa recibieron fuertes sumas de dinero y con ello Braskem se posicionó”, tanto que incluso hubo “una sesión de su Consejo de Administración en Los Pinos con la presencia de Felipe Calderón Hinojosa”.
Asimismo, Díez Gargari ha documentado los conflictos de interés entre Idesa y los gobiernos de Calderón y Peña, no sólo indicando que uno de los dueños de Idesa, Gerónimo Gutiérrez Fernández, fue subsecretario de la Secretaría de Gobernación en 2010, sino también refiriendo que es cercano a políticos como Jose Antonio Meade Kuribreña y Luis Videgaray Caso, bajo cuya gestión en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Gutiérrez Fernández fue nombrado Embajador de México en Estados Unidos.
Entre los responsables directos de éste contrato, que atraviesa las administraciones de Felipe Calderón Hinojosa y de Enrique Peña Nieto, Díez Gargari señala a los expresidentes, a Meade Kuribreña y a Videgaray Caso, así como a exfuncionarios del talle de Carlos Rafael Murrieta Cummings, Carlos Ruiz Sacristán, Emilio Lozoya Austin, Jordy Hernán Herrera Flores, José Antonio González Anaya, José Luis Uriegas Uriegas y Juan José Suárez Coppel.
No obstante, en una misiva dirigida a SinEmbargo, Braskem-Idesa refiere que la compañía ha realizado “exhaustivos procesos de investigación interna, con abogados independientes, que concluyeron que no había actividad inapropiada o vínculo de éstas con actos de la Constructora Odebrecht en México”.
Al final de éste texto usted puede consultar la misiva y todos los documentos utilizados por la Unidad de Datos de SinEmbargo.
CONTRATO E IRREGULARIDADES
El 19 de febrero de 2010, Braskem, Grupo Idesa y Pemex Gas y Petroquímica Básica (PGPB) celebraron un “Contrato de suministro de Etano” por 20 años con opción de renovación hasta por 15 años más, para “el desarrollo de un complejo de producción de etileno y sus derivados con una capacidad de aproximadamente un millón de toneladas de etileno por año”.
De acuerdo con la compañía de origen brasileño, “Braskem Idesa invirtió 5.2 mil millones de dólares para construir y poner en funcionamiento la planta Etileno XXI” que hoy genera “importantes beneficios para el país, incluyendo sin limitar, empleos de calidad principalmente en el sureste, así como un importante impacto positivo en la balanza comercial de México”.
El proyecto planeado en 2008 y concesionado en 2010, debía estar operando a más tardar el 30 de junio de 2015, fecha a partir de la cual comenzaron a correr los 20 años de vigencia de la concesión. Hasta ahí, la ASF determinó que el proceso de subasta del Proyecto Etileno XXI “se autorizó por el Consejo de Administración de PGPB y se realizó de conformidad con lo establecido en las ‘bases de subasta’”, se lee en la auditoría financiera y de cumplimiento 16-6-90T9M-02-1800 1800-DE.
Para que Braksem y Grupo Idesa pudieran producir etileno, PGPB se comprometió a venderle la materia prima necesaria para ello, que es el etano. Y de acuerdo con el contrato, el volumen mínimo de suministro de etano por parte de Pemex es de 66 mil barriles diarios.
Para poder suministrar etano al Proyecto Etileno XXI, el 13 de diciembre de 2012, PGPB firmó un “Contrato de Servicios de Transporte de Etano” para la construcción de un etanoducto de 226 kilómetros de longitud, para conectar los centros procesadores de gas de Ciudad Pemex, Nuevo Pemex y Cactus, además del complejo petroquímico La Cangrejera, con la planta de Etileno XXI, ubicada en Nachital, Veracruz.
La obra citada fue aprobada por funcionarios de la Oficina de la Presidencia de la República, así como por servidores de las secretarías de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Energía (Sener) y Función Pública (SFP), además de integrantes de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y personal de las subdirecciones de Ductos, Planeación, Producción, Gas Licuado y Petroquímicos Básicos de PGPB.
Las bases contractuales son claras con respecto al papel de Pemex como vendedor de etano, siendo que la petrolera “pagará todos los costos relacionados con el transporte del etano hasta el punto de entrega incluyendo, en forma enunciativa más no limitativa, los costos relacionados con los gasoductos del vendedor utilizados para la entrega del etano de conformidad con este contrato, y todas las demás inversiones, comisiones o cargos requeridos para permitir que el vendedor transporte las cantidades requeridas de etano hasta el punto de entrega”.
Ya fuera que Pemex obtuviera el etano de sus reservas de gas natural “o de cualquier otra fuente”, el suministro debía llegar a Etileno XXI de manera constante y sin demora.
En caso de que Pemex o Braskem-Idesa no pudieran cumplir con su responsabilidad contractual, es decir, el suministro de 66 mil barriles diarios de etano por parte de Pemex y su compra-recepción por parte de Braskem-Idesa, cualquiera de las partes tendría seis meses para reponer el volumen total que quedó a deber en meses anteriores, además de mantener el suministro o consumo diario estipulado en el contrato, según cada caso.
Si pasados los seis meses el incumplimiento no fuere resarcido, el contrato estipula penas monetarias por daños, perjuicios y pérdidas.
Pemex, por un lado, está obligado a pagar el equivalente al “200 por ciento del precio promedio del etano durante el periodo en que hubiera ocurrido el incumplimiento, multiplicado por el volumen de dicho déficit que no hubiera sido compensado durante los dos trimestres subsecuentes, hasta un máximo de 300 millones de dólares durante cualquier año”.
Braskem-Idesa, por otra parte, está obligado a pagar a Pemex el equivalente al “30 por ciento del precio promedio del etano durante el periodo en que hubiera ocurrido el incumplimiento, multiplicado por el volumen de dicho déficit que no hubiera sido compensado durante los dos trimestres subsecuentes, hasta un máximo de 200 millones de dólares durante cualquier año”.
La ASF documentó cuatro incumplimientos entre 2016 y 2018 que ameritaron penalizaciones monetarias.
En 2015 y 2016, Braskem-Idesa le pagó a Pemex 321 millones 418 mil 400 pesos por no haber comprado el volumen de etano estipulado en el contrato de 2010. Y entre 2016 y 2018, Pemex incumplió al menos tres veces el volumen de suministro de etano, por lo que tuvo que pagar un total de 2 mil 813 millones 543 mil 300 pesos, se lee en la auditoría financiera y de cumplimiento 16-6-90T9M-02-1800 1800-DE.
Además de las pérdidas por penalización hubo gastos innecesarios de Pemex por servicios no suministrados.
De acuerdo con la ASF, entre 2015 y 2016, Pemex realizo pagos que en conjunto sumaron 668 millones 986 mil 400 pesos por servicios no suministrados que tuvieron lugar por un “desfase en el inicio de operación del ‘Complejo Etileno XXI’”. En la opinión de la ASF, aun cuando el etanoducto se encontraba en condiciones de prestar el servicio de transporte desde enero de 2015, Braskem-Idesa no inició operaciones hasta marzo de 2016. Un retraso de nueve meses, que además de generar penalizaciones para Braskem-Idesa, tuvo costos para Pemex.
Las penalizaciones por incumplimiento y los servicios no suministrados no fueron los únicos motivos de pérdidas económicas por parte de Pemex. Asimismo, la Empresa Productiva del Estado tuvo perjuicios por la venta de etano.
Entre 2016 y 2017, Pemex perdió 3 mil 642 millones 433 mil 600 pesos porque el valor de las ventas de etano a Braskem-Idesa fue inferior al costo de producción y transporte del etano vendido, sin considerar los gastos de administración ni otros, de acuerdo con las auditorías 16-6-90T9M-02-1800 1800-DE y 2017-6-90T9M-15-0504-2018 504-DE.
Las cifras de la ASF indican que en ese periodo, el costo conjunto estimado de producción (5 mil 210 millones 488 mil pesos) y transporte (2 mil 610 millones 34 mil pesos) del etano vendido a Braskem-Idesa fue de 7 mil 820 millones 522 mil pesos. En contraste, el monto recaudado por Pemex derivado de la venta de etano a Braskem-Idesa fue de 4 mil 178 millones 88 mil 400 pesos.
Por lo anterior, la ASF determinó que Pemex Transformación Industrial (PTRI) “vendió el etano por debajo de su costo de producción, ya que en la fórmula del precio de venta sólo se consideraron precios internacionales a los cuales se les aplicaron los descuentos y el tipo de cambio, por lo que en el precio otorgado al Complejo Etileno XXI no se reconocieron los costos reales. En consecuencia, no existen las condiciones para generar valor económico a PTRI, en incumplimiento del objetivo de las Reglas de Operación del Comité de Precios y Aspectos Económicos de la Política Comercial de Petróleos Mexicanos, en el cual se establece que se deben autorizar los mecanismos para determinar los precios y las tarifas de los bienes y servicios que Pemex produce, comercializa y presta a sus empresas productivas subsidiarias y, en su caso, empresas filiales, a terceros o entre sí, al interior de las mismas, o entre las distintas líneas de negocio para buscar la generación de valor económico”.
La ASF cuestionó a Pemex por las irregularidades. En respuesta, la Empresa Productiva del Estado informó que estaba renegociando el precio de venta del etano con la empresa de origen brasileño, pero que no podía actualizar su fórmula de precio “debido a que el Complejo Etileno XXI se ha negado a suscribir con PTRI el nuevo modelo de contrato de venta de primera mano o comercialización”, ya que Braskem-Idesa manifestó en un oficio con fecha del 14 de marzo de 2018 “que no le interesaba ni pretendía adoptar los modelos de contratos propuestos por la Comisión Reguladora de Energía”.
De acuerdo con la información oficial, la fórmula que aún se utiliza para calcular el precio de venta del etano a Braskem-Idesa es la misma que fue autorizada en 2010 por la CRE, cuando fue celebrado el contrato. Dicha fórmula responde a las condiciones de producción, comerciales y económicas que regían en ese año y, de acuerdo con la ley vigente, como se trata de un producto regulado, no se puede modificar sin acuerdo.
Incluso, en un oficio fechado al 29 de septiembre de 2017, PTRI reconoció que su costo de producción es elevado y que como alternativa para reducirlo “analiza la posibilidad de modificar la fórmula con la que se determina el precio de compra de la materia prima (gas húmedo) a PEP”. Sin embargo, la ASF determinó que PTRI “no acreditó que con dicha modificación del costo de ventas, la venta de etano ya no generará más pérdidas”.
Si continúan prevaleciendo las condiciones mencionadas, dice la ASF, “la operación de la venta de etano al ‘Complejo Etileno XXI’ continuará siendo deficitaria para PTRI, por lo que resta de la vigencia del contrato”.
PRODUCTIVIDAD A LA BAJA
En 13 de agosto de 2008, año en que inició el proceso de asignación del Proyecto Etileno XXI que desembocó en la firma del contrato (2010) entre Pemex y Braskem-Idesa, el entonces director general de PGPB advirtió problemas con el abasto de etano a Pemex Petroquímica (PPQ) y al propio Etileno XXI. En el Acta del Consejo de Administración de PGPB número 121 Ordinaria de 2008, el directivo de Pemex menciona que sin nuevos desarrollos en el sureste del país, Pemex tendría el reto de encontrar abasto suficiente de etano para proveer a PPQ y Etileno XXI.
Asimismo en 2010, ocho meses después de la firma del contrato entre Pemex y Braskem-Idesa, un consejero del Comité de Estrategia e Inversiones de Pemex señaló que en el “Proyecto Etileno XXI hay un alto riesgo, pues el abastecimiento de etano se basa en el descubrimiento de reservas nuevas”, tal y como consta en el Acta número 037 Extraordinaria del Comité, fechada al 13 de octubre de 2010.
La falta de producción y el riesgo era ampliamente conocido por Pemex. Documentos como el denominado “Balance de etano de 1999 a 2008” dan cuenta de que Pemex sabía que en ese periodo sólo hubo cuatro años (1999, 2000, 2001 y 2004) en que la Empresa Productiva del Estado fue capaz de generar excedentes suficientes para cubrir el volumen mínimo (66 mil barriles diarios) de etano que habría de ser vendido a la ganadora del contrato. A partir de 2008 y hasta 2016, de acuerdo con las cifras de Sener, Pemex nunca pudo aumentar el nivel de excedentes para cubrir el volumen mínimo contractual.
Incluso las cifras de producción de etano por parte de Pemex indican que la productividad continuó a la baja en 2020. Mientras que los datos anualizados refieren que en 2019 la producción de etano alcanzó su nivel más bajo desde 1990 con una capacidad de producción de 1 millón 595 mil 242 toneladas por día, es decir, 51 por ciento menos producción que en 1990, las cifras por semestre arrojan que en los primeros seis meses de 2020, la producción de etano alcanzó su nivel más bajo en 30 años, con una capacidad de producción de 786 mil 89 toneladas por día, o bien, 50 por ciento menos producción que en el primer semestre de 1990.
Más allá de los datos oficiales, en el contrato de 2010 quedó claro algo: que PTRI no sólo debía generar suficiente para proveer a Etileno XXI, sino también para proveer 66 mil 900 barriles diarios de etano a Pemex Etileno (PETIL). Es decir que, en realidad, Pemex debía producir 132 mil 90 barriles diarios de etano para cumplir con el contrato.
Sin embargo y de acuerdo con el abogado Paulo Díez Gargari, “PGPB celebró el Contrato de Suministro sabiendo que Pemex no tenía reservas suficientes de gas natural y que, por lo menos, tendría que importar gas natural caro para que PGPB pudiera cumplir su obligación de vender etano barato a Braskem-Idesa bajo el Contrato de Suministro”.
Al respecto, las cifras disponibles de Sener y de la Secretaría de Economía indican que la importación de etano y etileno fue al alza. En la siguiente tabla, en los apartados de “Importación de Etano” e “Importación de Etileno” usted puede consultar la información oficial.
Desde que inició el contrato en 2015, la capacidad de Pemex para producir etano estaba limitada. Tanto que en 2016, la ASF indicó al respecto que “se concluye que PGPB no contaba con elementos que le permitieran asegurar la producción de etano requerida y generó compromisos basados en proyecciones inciertas. Asimismo, debido a que el contrato es por 20 años […] en el momento en que el comprador requiera los 66 mil barriles diarios, PTRI deberá reducir el suministro a Pemex Etileno o, en su caso, incumplir con el contrato de suministro de etano, so pena de recibir penalizaciones por parte del ‘Comprador'”.
Un año después, con un oficio del 29 de septiembre de 2017, PTRI reconoció que la disminución de la oferta de gas húmedo amargo calculada para el periodo 2017-2032 “impacta significativamente en la producción de etano, por lo que el compromiso de suministro de los 66 mil barriles diarios al comprador se cumplirá únicamente hasta el 2024, y de 2025 a 2032 pasaría de 57 a 19 mil barriles diarios, respectivamente”.
Asimismo, PTRI señaló que “se observa que las iniciativas para incrementar la oferta de etano están en proceso de elaboración para su aprobación, por lo que no se tiene la certeza de que sean puestas en marcha en 2018”. A su vez, la ASF indicó en la auditoría financiera y de cumplimiento 16-6-90T9M-02-1800 1800-DE que “con el decremento en la producción del etano proyectada a 2035 […] se confirma que PGPB no cuenta con elementos que le permitan asegurar la producción de etano requerida por la vigencia del contrato”.
Ejemplo de las deficiencias de Pemex para producir y suministrar etileno y etano quedaron asentados en las auditorías 2017-6-90T9J-15-0493-2018 493-DE, 2018-6-90T9G-19-0461-2019 461-DE y 2018-6-90T9J-19-0473-2019 473-DE.
En dichos documentos, la ASF señala que en 2017 PETIL operó sus plantas de etileno al 48.2 por ciento de su capacidad de producción, lo que además de falta de abasto y subutilización de infraestructura productiva, generó un deterioro de las plantas productivas de 1 mil 854 millones 713 mil 500 pesos que incrementó el costo de lo vendido y suministrado en 10.6 por ciento. También refiere que en 2018, Pemex aseguró que la falta de producción generaba el riesgo de “tener que adquirir la planta del Complejo Etileno XXI […] en 2026, por incumplimiento en el suministro del etano”.
Otra de las circunstancias mencionadas por la ASF es que debido a la baja productividad de las plantas de etano, la importación del producto derivado de gas fue inevitable, incluso a precios excesivos. De acuerdo con la ASF, para el periodo 2018-2020, PETIL firmó un contrato de compraventa de etano con la empresa norteamericana Vitol, a un precio de 6 mil 388.2 pesos por tonelada, cifra 42.7 por ciento superior al precio (2 mil 727.9 pesos por tonelada) que da PTRI por el producto.
La falta de suministro por parte de Pemex inclusive ha sido reconocida por Braskem-Idesa que ha declarado que, “como ya se ha informado públicamente, en los últimos dos años y en 2020, Pemex ha suministrado entre 73 y 75 por ciento de su volumen contractual”.
A continuación usted puede consultar el contrato entre Braskem-Idesa y Pemex, así como la misiva de Braskem-Idesa, los documentos de auditoría de la ASF y la denuncia ante la FGR del abogado Paulo Díez Gargari.
ETILENO XXI