De acuerdo con el presidente de Televisa Emilio Azcárraga Jean, ningún medio o ninguna plataforma son capaces de poner a alguien, en México o en el mundo, en la silla Presidencial. O a la inversa, considera que es un error que como empresa tomen decisiones basados en situaciones políticas o movimientos sociales particulares. Lo anterior lo dijo durante una entrevista con el periódico El Universal, donde además aseguró que su empresa ha tenido que modificar tanto su programación como sus dinámicas de distribución de la información, debido a una sociedad mexicana cambiante, y puesto que las nuevas tecnologías se han establecido a modo de una competencia real.
Ciudad de México, 24 de agosto (SinEmbargo).- El presidente de Grupo Televisa, Emilio Azcárraga Jean, considera que las televisoras no pueden crear a un candidato presidencial o a un Presidente de la República y aseveró que la Reforma Electoral quedó rebasada por el avance tecnológico, pues según él, los spots y la comunicación masiva “ya no satisfacen a nadie”.
En entrevista con El Universal, el empresario dijo que la capacidad de las compañías de televisión para colocar a un Primer Mandatario “son de esas leyendas urbanas que se construyen con base en que alguien la dice y es fácil criticar”. Además, dijo estar “convencido de que ningún medio o ninguna plataforma puede o ha construido en México, o en ninguna parte del mundo, a un Presidente o candidato presidencial”.
Asimismo y de acuerdo con el medio citado, expresó que la legislación electoral, producto de la reforma de 2007-2008 que permite la transmisión de millones de spots en los medios electrónicos, debe cambiar. Estas declaraciones se inscriben en el marco de los cambios por los que actualmente pasa la programación de Televisa.
En ese sentido, el directivo mencionó que el proceso por el que pasa su empresa está ligado a la situación del país, ya que según su testimonio, en “nosotros somos soldados de México… Si a México le va bien, a Televisa le va bien”.
La anterior declaración se explica debido a la creciente preocupación de Azcárraga por servir a una audiencia cambiante en gustos y aspiraciones, pues profirió que “vemos las nuevas plataformas y vemos que de repente son más cortas, más ágiles, quizás hay plataformas que son de menor calidad. Entonces, creo que hay que tener una adaptación”.
Según él, los cambios empezaron a plantearse desde el 2008, debido a que los avances y la influencia de la tecnología en la vida cotidiana de las personas no sólo los informa más, sino que los vuelve una audiencia más demandante, por lo que Televisa se ha visto en la necesidad de modificar su contenido y los medios a través de los cuales llega a los hogares mexicanos.
“Nosotros empezamos a experimentar con programas bajo demanda, series e interacción con usuarios desde 2008 […]. Para mí siempre fue un sueño el poder darle a la gente el contenido, contenido cuando quiera, como quiera, en el dispositivo que quiera y a la hora que quiera; hoy es un hecho”, dijo al Universal.
De acuerdo con el empresario este es el segundo cambio que sufre el medio, siendo que el primero habría sido enfrentado por su padre, Emilio Azcárraga Milmo, durante su gestión al frente de la compañía televisiva. Sin embargo, en esta ocasión reconoce que la batalla que libran las televisoras es con las redes sociales, mismas que poco a poco cobran mayor importancia en la vida de las personas, por lo que se han vuelto “una competencia real”.
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Tan lo ha sido, que Grupo Televisa tuvo que lanzar una aplicación para mantenerse a la vanguardia. Es el caso de Blim, competencia directa de plataformas como Netflix y similares.
“Hay una calidad de contenidos hechos desde los años 70 y lo sigue viendo la gente [como en el caso de “El Chapulín Colorado”, que tiene cerca de 100 millones de visitas diarias]. Creo que es un complemento y una oportunidad para que el contenido tenga una salida aparte de la TV lineal de la zona. Creo que juega por los dos lados: la competencia por un lado, pero la complementariedad y la ventana que te da para producir un contenido diferenciado para esas plataformas”, aseveró.
Para Azcárraga Jean el contenido es lo más importante, de ahí la apuesta a la generación de materiales con alto valor y por la que Televisa está interesada en dos negocios: en la producción y distribución de contenidos.
En ese respecto, el empresario dijo que no sabe cuando habrá de morir la televisión abierta, puesto que depende del crecimiento de la televisión de paga y de los niveles socioeconómicos de las personas para contratar sistemas de información y entretenimiento privados.
Cuestionado sobre el rumbo que habrá de tomar Televisa, Azcárraga explicó que “lo que estamos buscando es un foco bien claro, que es la producción y distribución de entretenimiento México-Estados Unidos […]. Es decir, generar una conectividad de mayor calidad”.
Sin embargo y con relación a la situación por la que atraviesa el país, con una situación económica complicada, en un escenario de efervescencia socio-política, el presidente de Televisa indicó que “nunca se han tomado decisiones con base en situaciones políticas o movimientos sociales particulares. Creo que sería un error [hacerlo]”. Empero, “esos cambios que vemos en la sociedad en general, en los jóvenes, en lo que quieren y cómo lo quieren, eso motiva los cambios en Televisa […]. Los cambios siempre van a estar motivados en darle un mejor servicio a las personas y estar bien atento a lo que la gente quiere ver”.
Cuestionado sobre los cambios en los programas informativos y noticieros, dijo que nunca le ha tocado sufrir las amenazas de un gobierno autoritario y que “está convencido de que lo que necesitamos es seguir abriendo los espacios, mostrando las noticias que son importantes”, pues “ya no es un asunto de la tele, es un tema que cada dispositivo móvil es un reportero, cada dispositivo móvil en la red es una nota”.
Finalmente, explicó que ve una sociedad mucho más politizada que quiere estar mucho más informada y participar de manera más activa en la política, por lo que han tenido que cambiar las plataformas, inclusive incluyendo programas de sátira política.