El Cairo, 24 jul (EFE).- Los rebeldes sirios preparan una gran ofensiva para tomar el control de la ciudad de Alepo, después de la captura de dos enclaves militares estratégicos de la zona, informó a Efe el portavoz del Ejército Libre Sirio (ELS), coronel Qasem Saadedín.
El portavoz explicó que el objetivo de los insurgentes es dominar por completo Alepo, en el norte de Siria, donde muchos barrios están todavía controlados por las fuerzas gubernamentales.
De esta forma, apuntó, Alepo se convertiría en la segunda capital provincial “liberada” después de la septentrional Al Raqa, tomada por los rebeldes a principios del pasado mes de mayo tras duros combates con las fuerzas del régimen.
Saadedín señaló que tras la captura, el pasado lunes, de la localidad de Jan al Asal, en el oeste de la provincia de Alepo, y de varias victorias del ELS en la región, “ya están abiertos los caminos hacia Alepo”.
Jan al Asal, según el dirigente rebelde, era un bastión de los soldados de régimen y servía para proteger varios cuarteles militares al sur de Alepo, donde los insurgentes también tomaron las localidades de Al Hayira y Al Abida.
En cuanto al resto de la provincia, Saadedín informó de que las zonas rurales están controladas totalmente por los rebeldes, salvo el aeropuerto militar de Meneg y el aeródromo de helicópteros de Kuires.
Desde hace un año, Alepo ha sido blanco de varias ofensivas rebeldes, así como del régimen, en una lucha por su control que se libra incluso en el casco histórico.
Hoy mismo, dos responsables de la ONU llegaron a Damasco, procedentes del Líbano, para tratar con las autoridades la misión del organismo internacional que investigará el presunto uso de armas químicas en Siria, entre otros sitios en Jan al Asal.
El régimen acusa a los insurgentes de haber lanzado el pasado 19 de marzo proyectiles con sustancias químicas en esa población, causando 26 muertos.
Las autoridades sirias hasta ahora han rechazado el despliegue del equipo de inspectores de la ONU a menos que se limite a trabajar en Jan al Asal.
Al menos 93 mil personas han muerto en Siria desde el inicio del conflicto en marzo de 2011, según datos de Naciones Unidas, aunque el Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha elevado ya la cifra a más de 100 mil. EFE