Hernán Quezada, integrante del equipo de gobierno de la comunidad jesuita, indicó que el asesinato de sus compañeros es producto de años de deterioro de la vida y seguridad en la sierra Tarahumara. Además, dijo, este hecho demuestra que la violencia ha llegado a un punto en el que ha sobrepasado ciertos límites que se creían irrompibles como el atentar contra la vida de dos sacerdotes.
Ciudad de México, 24 de junio (SinEmbargo).- La comunidad jesuita en México hizo un llamado al Presidente Andrés Manuel López Obrador para atender de fondo el problema de la violencia que acecha desde hace varios años a la sierra Tarahumara, luego del asesinato de los sacerdotes jesuitas Joaquín Mora Salazar y Javier Campos Morales al interior de la iglesia del pueblo de Cerocahui, en el municipio de Urique, en Chihuahua.
“Nuestro llamado por la justicia tiene que ver con una atención de fondo a la situación que se vive desde hace mucho tiempo en la sierra Tarahumara que no ha sido atendida, que no hay estrategias para atenderlas y como el mismo Presidente ha dicho, es una región donde hay una presencia fuerte del crimen organizado y lo hemos tenido claro, eso no está bien y se tiene que hacer algo ahí”, dijo Hernán Quezada, integrante del equipo de gobierno de la comunidad jesuita en entrevista con Álvaro Delgado y Alejandro Páez en el programa Los Periodistas que se transmite por YouTube a través del canal de SinEmbargo Al Aire.
Hernán Quezada indicó que el asesinato de sus compañeros jesuitas es producto de años de deterioro de la vida y seguridad en la sierra Tarahumara. Además, dijo, este hecho demuestra que la violencia ha llegado a un punto en el que ha sobrepasado ciertos límites que se creían irrompibles, como el atentar contra la vida de dos sacerdotes.
“No es problema únicamente el asesinato, sino es resultado de muchos años de deterioro de la vida de las personas, de la seguridad en la sierra Tarahumara, es una exacerbación de la violencia que hoy la vemos expresada en esta situación, no al punto de que fueron asesinados dos sacerdotes solamente, sino que eran Joaquín y Javier dos jesuitas que tenían décadas en la sierra Tarahumara, que tenían una autoridad moral entre la gente, que hablaban la lengua, sumamente amados, respetados por toda la gente de la región y el ser alcanzados por la violencia cruza una línea que nos muestra esta exacerbación de la violencia, este rompimiento de ciertos límites que a lo mejor imaginábamos, pero que hoy nos queda muy claro que se desdibujaron”.
Los sacerdotes jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos fueron asesinados a balazos el pasado 20 de junio al interior de la iglesia del pueblo de Cerocahui por un sujeto identificado como José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, sobre quien hay una recompensa de 5 millones de pesos.
Los hechos ocurrieron cuando Pedro Eliodoro P.G., guía turístico de Cerocahui, fue detenido y trasladados al centro religioso por sujetos armados. De acuerdo con el relato que ofreció un jesuita sobreviviente, los sacerdotes le exigieron al presunto delincuente detener el ataque en la iglesia y minutos después fueron todos ejecutados de varios disparos. Los atacantes se llevaron los cuerpos a pesar de las súplicas del sacerdote sobreviviente, quien pidió que los dejaran en el lugar, informó la oficina de prensa de la Compañía de Jesús en México.
Ante esta situación, el integrante del equipo de gobierno de la comunidad jesuita dijo que luego de ser informados del asesinato de los sacerdotes, además de la tristeza que los invadió, se generó un sentimiento de preocupación por todos sus compañeros que se encuentran en Cerocahui.
“Cuando recibimos esta noticia realmente nos sacudió, eran dos hermanos sumamente queridos por nosotros, cercanos a nosotros, entonces vino un momento de mucha tristeza y luego una preocupación por los que están allá, no solamente los que se quedaron en Cerocahui, pero también no son solamente los jesuitas, es un equipo pastoral de religiosas, de gente comprometida que trabaja ahí”, comentó.
Hernán Quezada indicó que a pesar de lo sucedido, y de la preocupación por la seguridad de la comunidad religiosa que se encuentra en Cerocahui, sus compañeros decidieron permanecer en el lugar para no abandonar a la gente.
“El segundo sentimiento fue mucha preocupación por la seguridad de los que están allá, cómo podemos garantizar de que estén bien, ellos decidieron no salir, y los comprendemos perfectamente, es parte de nuestra vocación permanecer en circunstancias como estas, para eso estamos hechos los jesuitas, ellos deciden no salir ante el deseo de no abandonar a la gente. Luego vino la necesidad de encontrar los cuerpos, un sentimiento de mucha angustia”.
Finalmente, Hernán Quezada aseguró que la justicia no llegará una vez que se detenga y procese al responsable del ataque, pues dijo, existe un sentimiento de inseguridad que se expande por todo el país y con el cual la gente se está acostumbrando a vivir.
“El otro sentimiento es una necesidad de justicia, tenemos un deseo de que llegue la justicia, y cuando decimos justicia, quiero enfatizar que para nosotros esto no se va a satisfacer cuando nos confirmen el nombre o atrapen al asesino o procesen al asesino, esto va mucho más allá […] Hay un ambiente que va creciendo de inseguridad que va creciendo en todo el país y nosotros nos vamos acostumbrando a un miedo que se nos va incorporando pero no es normal, no es sano en nuestra sociedad”.
El martes pasado, los cuerpos de Javier Campos y Joaquín Mora, así como el del guía de turistas Pedro Palma, fueron recuperados.
“Hemos logrado localizar y recuperar, y esto comprobado por medicina forense, los cuerpos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos, Joaquín Mora, y el guía de turistas Pedro Palma, esperamos tener información más adelante, les estaremos informando”, informó la Gobernadora de Chihuahua María Eugenia Campos.
La Fiscalía General del Estado de Chihuahua anunció ese mismo día una recompensa de cinco millones de pesos a quien o quienes aporten información que conduzca a la captura de José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, asesino de los sacerdotes jesuitas.
También se activó, junto con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), una cédula de búsqueda por el delito de homicidio calificado ocurrido en Cerocahui, Chihuahua.
De acuerdo con las investigaciones, “El Chueco” ha sido visto en las regiones de Cerocahui, Bahuichivo, Porochi, Poblado Rodeo y Urique.
Por acuerdo del Gabinete de Seguridad Nacional fue desplegado un operativo especial para su búsqueda, en coordinación con autoridades estatales y municipales.
Las autoridades pidieron a la ciudadanía que para cualquier información relacionada con “El Chueco” se comuniquen al número 089 Denuncia Anónima.