El control de la epidemia se ha visto obstaculizado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la inseguridad en la zona, donde actúan grupos armados y milicias rebeldes que han atacado diversos centros de tratamiento.
Kinshasa, 24 jun (EFE).- El brote de ébola que sacude el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) ha causado ya más de mil 500 muertos y 2 mil 200 contagios desde que fuera declarado en agosto del año pasado, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad congoleño.
En un informe a fecha de 22 de junio, las autoridades situaron en mil 506 la cifra de fallecidos, de los que mil 412 dieron positivo en pruebas de laboratorio; mientas que los casos de contagio ascienden a 2 mil 239, de ellos 2 mil 145 están confirmados.
Este brote -el más letal de la historia de RDC y el segundo del mundo por muertes y casos, tras la epidemia en África Occidental de 2014-, se declaró el pasado 1 de agosto en las provincias de Kivu del Norte e Ituri.
Sin embargo, el control de la epidemia se ha visto obstaculizado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la inseguridad en la zona, donde actúan grupos armados y milicias rebeldes que han atacado diversos centros de tratamiento.
Desde el 8 de agosto de 2018, cuando empezaron las vacunaciones, más de 140 mil 900 personas han sido inoculadas, en su mayoría en las ciudades de Katwa, Beni, Butembo, Mabalako y Mandima, según las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Sanidad.
El pasado día 14 de junio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió no declarar la epidemia de ébola en RDC como emergencia sanitaria internacional, aunque alertó de los riesgos en la región tras la aparición de los primeros casos en la vecina Uganda.
El Ministerio de Sanidad de Uganda había confirmado unos días antes dos muertes por ébola dentro de sus fronteras (un niño de 5 años y su abuela llegados desde RDC con otros familiares) de los tres casos confirmados en su territorio.
Desde entonces, las medidas de prevención se han incrementado en Uganda, donde cerca de 5 mil trabajadores de la salud ya han sido vacunados y existen a lo largo de toda la frontera con la RDC centros de detección de ébola, así como en otros puntos de entrada y salida importantes.
El brote de ébola más devastador a nivel mundial fue declarado en marzo de 2014, con casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea-Conakri, país del que se propagó a las vecinas Sierra Leona y Liberia.
Casi dos años después, en enero de 2016, la OMS proclamó el fin de esa epidemia, en la que murieron 11 mil 300 personas y más de 28 mil 500 fueron contagiadas, si bien esas cifras podrían ser conservadoras, según la ONU.
El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, provoca fiebre hemorrágica y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90 por ciento si no es tratado a tiempo.