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Alondra Maldonado

24/06/2016 - 12:01 am

Sabores del Pacífico | El terruño

La chef Alondra Maldonado comparte sus conocimientos de gastronomía en la columna Sabores del Pacífico

Las playas del Pacífico. Foto: Shutterstock
Las playas del Pacífico. Foto: Shutterstock

Nací a una hora del mar Pacífico, específicamente del Puerto de San Blas y la playa de Matanchén, Nayarit. Matanchén es un mar calmo, que solía ser de una amplia bahía; San Blas con su conocida playa Del Borrego, fue el lugar preferido de jóvenes estadounidenses durante los años 60, cuando huían del envío masivo por parte del Tío Sam a Vietnam. Esa época fascinante (que la conozco por relatos) de hippies sobre sus tablas de surf al son de los Beatles, hace mucho que quedó atrás, pero su herencia permanece y se hace presente. Muchos jóvenes locales aún practican el equilibrio y torean olas sobre sus tablas, pero lo que no escapa a nadie, es el famoso pan de plátano herencia de una joven enamorada californiana, que nos heredó su receta y, la verdad, ahora es ícono de toda la zona. Puedes encontrar en cada palapa junto al pescado zarandeado, pan de plátano. Nayarit es un verdadero vergel, semilla que toca el suelo, semilla que germina; el plátano se da en distintas variedades, los hay de cáscara amarilla, roja, morada, de tamaño chico, mediano y grande. Así que aunque la receta se haga en otras latitudes, jamás se comparará con el pan que se elabora con los plátanos que crecen en la selva bañados con la brisa salina del mar.

La costa oeste de nuestro convulsionado, doliente y querido México está bañada por el océano Pacífico, que a través de su navegación permitió un intercambio económico y, uno muy sabroso de ingredientes y técnicas culinarias asiáticas como de otras latitudes del continente Americano. Hacia 1800 la Nao de China llegaba directo al puerto de San Blas, después llegaba a Colima, Guerrero, y seguía su ruta hasta el sur de nuestro continente. Dejemos de lado, por un momento, al resto de los países de América; reflexionemos sobre las distintas geografías que se bañan en el Pacífico, el desierto de las Californias, Sonora, Sinaloa, la región de manglares de Sonora, Nayarit, Jalisco, la diversidad de Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Todo un entramado de sabores.

El sistema de manglar que se extiende por Nayarit y Sinaloa, es uno de los más grandes de México, ecosistema que le imprime un sabor muy particular a nuestros mariscos por la condición salobre de sus aguas, que además le otorga un carácter muy especial a los que son ahumados con el humor de leña de mangle. Aquí el camarón toma un sabor sin igual, se dan al por mayor los ostiones de las variedades de placer, raíz y piedra; Sonora hace alarde de sus callos; Baja California de sus langostas; el sur de Nayarit es rico en atún, mantarraya; Guerrero, prefiere al huachinango para su pescado a la talla y caldo de langostinos.

¡Qué sabroso recorrido por el Pacífico! Los invito a acompañarme en esta aventura donde se entretejen maíz y camarón, especias e ingredientes de oriente como el arroz, comino, jengibre con los ingredientes prehispánicos como el chile, frijol y jitomate, que visten a un mundo de productos del mar.

Chef Alondra Maldonado Rodriguera

[email protected]/ www.saboresdenayarit.com

 

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