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Carlos A. Pérez Ricart

24/05/2022 - 12:04 am

La investigación policial: clave del éxito en la CdMx

“Lo que antes era una desaprovechada Subsecretaria de “Información e Inteligencia” que se encargaba de generar estadísticas de uso interno, es ahora la Subsecretaria de Inteligencia e Investigación policial que, de mano con la Fiscalía de la Ciudad, realiza verdaderas tareas de inteligencia e investigación”.

“¿El resultado? En menos de dos años la policía de la CdMx logró integrar al menos mil quinientos analistas que realizan única y exclusivamente tareas de investigación”. Foto: Victoria Valtierra, Cuartoscuro

El crimen y la violencia en la CdMx se han reducido.[1] Aun los más escépticos y desconfiados comienzan, poco a poco, a aceptar que, en los últimos dos años, la situación de seguridad pública en la ciudad ha mejorado drásticamente. Pero ¿por qué?, ¿es la reducción de más del 58 por ciento de los homicidios resultado de la instrumentalización de buenas políticas públicas del Gobierno de la capital?, ¿eso es?, ¿por dónde empezar a analizar este fenómeno?

Hace dos meses comencé la búsqueda de los porqués. Ello me llevó a dedicar una columna en este mismo espacio para hablar sobre el buen sistema de videovigilancia de la CDMX, el famoso C5.[2] Hablé de cómo, entre otras cosas, las más de 65 mil cámaras multisensoriales apostadas a lo largo y ancho de la ciudad han sido clave en tres aspectos: detectar patrones delictivos que de otro modo desconoceríamos, generar información georreferenciada de ilícitos y crear mapas que permiten realizar análisis especiales de la concentración del crimen en la entidad. Además, las cámaras han funcionado como insumos estratégicos en la realización de investigaciones ministeriales.

Apenas hay espacio para duda. Contamos con indicios verosímiles de que el buen funcionamiento del C5 ha sido un factor importante en la reducción de la violencia. Podría decirse que es una de varias explicaciones, no la única, y que el grado preciso de su contribución es todavía un factor por estimar y discutir.

Acá va una segunda hipótesis: la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la CdMx —la policía de la ciudad— ha apostado, acaso como ninguna otra en el país, por generar capacidades de investigación. Esto, que parecería obvio, no lo es.

Históricamente, las policías de nuestro país han estado supeditadas al Ministerio Público. Para detener a un sospechoso debían atraparlo en flagrancia, o bien, contar con una orden judicial en la mano. Su función a veces se limitaba a salir a la calle y esperar a que ocurriese un delito frente a sus ojos. Su misión: buscar una aguja en un pajar; un despropósito.

En México, son los ocho mil ministerios públicos repartidos en el país los responsables, según la Constitución mexicana, de conducir la investigación de los más de 35 millones de delitos que se cometen cada año. Una tarea imposible que hace de los ministerios públicos administradores de la injustica; las policías son, entonces, en el mejor de los casos, meros auxiliares. El cuello de botella que se genera es enorme; la justicia, una quimera.[3]

Afortunadamente esto ha comenzado a cambiar. Aunque las facultades de investigación continúan estando constitucionalmente bajo “conducción y mando” del Ministerio Publico,[4] la Ley General del Sistema de Seguridad Pública ya permite que las policías establezcan unidades de investigación propias. Algunas pocas corporaciones en México, como la Policía Municipal de Chihuahua, han sido especialmente rápidas en ver las ventanas de oportunidad que ofrece este cambio.[5] La Ciudad de México no se ha quedado atrás.

La llegada de Omar García Harfuch a la SSC en octubre de 2019 detonó el uso de la investigación como herramienta de primera línea en la policía de la capital. A manera de hipótesis, propongo que su trabajo y experiencia como titular de la Policía de Investigación de la Fiscalía General de Justicia de la CdMx le dieron los elementos necesarios para comprender la importancia de la investigación en la tarea policial. De ahí que al poco tiempo de asumir como secretario de Seguridad Ciudadana de la capital impulsara la reforma a la Ley del Sistema de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México y la Ley Orgánica de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, leyes que terminaron por forjar las condiciones para que la policía capitalina pudiera verdaderamente realizar tareas investigativas.

¿El resultado? En menos de dos años la policía de la CdMx logró integrar al menos mil quinientos analistas que realizan única y exclusivamente tareas de investigación (de un total de 37 mil policías en la corporación). Lo que antes era una desaprovechada Subsecretaria de “Información e Inteligencia” que se encargaba de generar estadísticas de uso interno, es ahora la Subsecretaria de Inteligencia e Investigación policial que, de mano con la Fiscalía de la Ciudad, realiza verdaderas tareas de inteligencia e investigación.

En las últimas semanas tuve la oportunidad de mantener largas conversaciones con varios mandos de la policía; entre otras, con el Subsecretario de Inteligencia e Investigación Policial, Hermenegildo Lugo Lara.

Lugo Lara, quien lleva más de treinta años de servicio, no puede dejar de asombrarse de la magnitud del cambio. Dice: “Antes teníamos muchísima información, pero no podíamos hacer nada […] todo era de contadito […]. Ahora, nuestra información vale para la carpeta de investigación y tenemos facultad de darle seguimiento a las indagatorias. Antes cada policía tenía demasiadas investigaciones, por eso se quedaban archivadas. Ahorita no”. Además, Lugo Lara, así como el resto de los mandos, coinciden en que la generación de inteligencia de poco serviría si no existiera buen entendimiento con la Fiscalía de la CdMx. La lección parece clara: todos los cambios legislativos son insuficientes si no hay voluntad de las fiscalías para trabajar en conjunto con la policía —una de las principales tareas pendientes a escala federal.

Las palabras claves del éxito de la SSC son dos: inteligencia y coordinación. Sabemos que no están exentas de problemas. Desde el Estado y la sociedad debe asegurarse que la inteligencia se use para fines lícitos y como base para el diseño de política pública y que la coordinación entre fiscalía y policía no elimine tramos de control importantes. Esto es: la inteligencia no puede perder su carácter público y ser cooptada para tareas de espionaje, y la coordinación no puede ser sinónimo de encubrimiento. Es tarea de todos, empezando por la SSC de la CDMX que la policía investigadora se conduzca a la altura de sus expectativas en el futuro. Por lo pronto, los resultados están ahí. Seguiremos observando.


[1] Carlos A. Pérez Ricart, La reducción de homicidios en la CDMX, Sin Embargo, 22 de marzo de 2022. Véase: https://www.sinembargo.mx/22-03-2022/4146533

[2] Carlos A. Pérez Ricart, C5 en CDMX y su papel para reducir la violencia, Sin Embargo, 29 de marzo de 2022. Véase: https://www.sinembargo.mx/29-03-2022/4152137

[3] Lilian Chapa Koloffon, Se solicita policía investigadora en México, Nexos, 1 de octubre de 2019. Disponible en: https://seguridad.nexos.com.mx/se-solicita-policia-investigadora-en-mexico/

[4] Pues las Policías de Investigación dependen del titular de la fiscalía general de la CDMX.

[5] Véase el documental “Detectives en Chihuahua” dirigido por Lilian Chapa Koloffon y Marien Rivera y producido por World Justice Project, https://www.youtube.com/watch?v=7BnbbmbCyuM

Carlos A. Pérez Ricart
Carlos A. Pérez Ricart es Profesor Investigador del CIDE. Es uno de los integrantes de la Comisión para el Acceso a la Verdad y el Esclarecimiento Histórico (COVeH), 1965-1990. Tiene un doctorado en Ciencias Políticas por la Universidad Libre de Berlín y una licenciatura en Relaciones Internacionales por El Colegio de México. Entre 2017 y 2020 fue docente e investigador posdoctoral en la Universidad de Oxford, Reino Unido.

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