Keith Raniere está acusado de ser un embaucador sádico que abusó de mujeres bajo la cobertura de enseñarles «un sendero hacia el crecimiento personal». Sus abogados dijeron que su defendido no tenía intenciones criminales y que todos los encuentros sexuales con las seguidoras que se le sumaron en un grupo llamado NXIVM fueron consensuados.
Emiliano Salinas Occelli, hijo del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, dijo este día que cuando supo de experiencias de abusos en la secta en la que estaba involucrado “corté de manera inmediata cualquier tipo de contacto con NXIVM”.
Por Tom Hays
Nueva York, 24 de mayo (AP).– Algunos miembros de una familia mexicana viajaron al estado de Nueva York a inicios de la década del 2000 con la intención de recibir iluminación espiritual del gurú de autoayuda Keith Raniere. Pero lo que recibieron fue mucho más sórdido.
La Fiscalía dijo que Raniere explotó sexualmente a tres hermanas de la familia y confinó a una de ellas durante dos años por desafiar sus arbitrarios edictos.
“Todo era mentira”, dijo esta semana la hermana cautiva durante el juicio federal contra Raniere por tráfico sexual, que se realiza en Brooklyn. “Fui entrampada”.
La historia de la familia es una trama secundaria importante en un juicio en el que Raniere está acusado de ser un embaucador sádico que abusó de mujeres bajo la cobertura de enseñarles un sendero hacia el crecimiento personal. Sus abogados dijeron que su defendido no tenía intenciones criminales y que todos los encuentros sexuales con las seguidoras que se le sumaron en un grupo llamado NXIVM fueron consensuados.
Parte de la evidencia más sensacionalista contra Raniere se relaciona con acusaciones de que requería que las “esclavas sexuales” que se le unían en una asociación secreta dentro de NXIVM fuesen marcadas con sus iniciales.
Pero el desgarrador testimonio sobre el trato dado a las hermanas mexicanas antes de que comenzaran los marcajes cautivó a la corte esta semana, mientras el hombre conocido como “Vanguard” por sus seguidores miraba desde la mesa de la defensa, tomando notas, pero sin mostrar emoción alguna.
Una de las hermanas (cuyos nombres completos no fueron revelados por la fiscalía por razones de privacidad) ofreció un testimonio sexualmente gráfico de la experiencia de su familia con Raniere.
Todo comenzó cuando sus padres, tras tomar cursos de NXIVM, cayeron bajo la influencia de alguien que la organización describía como “el hombre más inteligente del mundo”, declaró.
La mujer, ahora de 33 años, abandonó su educación formal para ir a la sede del grupo en el área de Albany para trabajar como pasante en el 2002, cuando tenía 16 años, dijo.
Conocer a Raniere era como conocer a una “estrella de rock”, declaró, pero la experiencia se tornó amarga muy pronto cuando se encontró realizando trabajos domésticos sin paga. También fue acusada de “violaciones éticas” inventadas.
Raniere, quien tenía cuarenta y tantos años en ese entonces, se ofreció a tutelarla antes de insinuar que debía tomar su virginidad cuando cumpliera 18, relató la mujer.
Pronto fue incluida en un “círculo interno” de seguidores que cumplía todas las necesidades de Raniere, fueran sexuales o de otro tipo, añadió. Él decía que el sexo era necesario para “ayudarles a crecer”, relató.
Tiempo después, su hermana mayor fue enviada a NXIVM y también se convirtió en una de las muchas parejas sexuales de Raniere, señaló. Todas tenían que cumplir con una serie de normas estrictas: No tener sexo con otros hombres, no usar anticonceptivos, no engordar y no decirle a nadie.
En un momento dado, Raniere intentó seducirla a ella y a su hermana mayor para que hicieran un trío, denunció. Pero antes de que las cosas pudieran llegar tan lejos, señaló, “estaba llorando. Ella estaba llorando. Me sentía sucia”.
La situación empeoró cuando una hermana menor, en ese entonces de sólo 15 años, fue enviada al mundo de NXIVM, dijo la testigo. Cuando Raniere le dijo que estaba teniendo relaciones sexuales con la hermana adolescente, en un principio ella se sintió “celosa” de que “me hiciera esperar hasta mi cumpleaños 18”.
Vio cómo su hermana menor cayó en una depresión tan profunda que comenzó a hacerse cortadas. En retrospectiva, “lamento profundamente que no la saqué de allí”, agregó.
A medida que las tensiones con Raniere aumentaban, él dejó de hablarle a la hermana de en medio y le ordenó a una de sus seguidoras más fieles que la metiera en una recámara en la que sólo había un colchón, una pluma y papel para que le escribiera disculpas al líder.
Esa seguidora, Lauren Salzman, declaró como testigo que coopera con el Gobierno que lo que se suponía iba a ser un castigo breve para la hermana se extendió casi dos años por órdenes de Raniere y con la aprobación de los padres de ella. Cuando por fin ella exigió que la dejaran salir en 2010, fue enviada de regreso a México.
La hermana continuará su historia con más testimonios en el juicio el martes. Salzman insinuó que no tiene un final feliz.
Los familiares “tenían una relación cercana cuando llegaron con nosotros, y esas relaciones fueron increíblemente fracturadas”, afirmó Salzman. “Y no sé cómo puedes recuperarte algún día de eso. Creo que es terrible”.